ENTREVISTA Periodista

Juan Vicente Boo: “Los escándalos en la Iglesia tienen un efecto positivo porque permiten descubrir la podredumbre y limpiarla”

Juan Vicente Boo (1954, A Pobra do Caramiñal, A Coruña) fue corresponsal durante 5 años en Bruselas cubriendo informaciones sobre la Unión Europea y la OTAN, cubrió durante 8 años la ONU en Nueva York e hizo un pequeño paréntesis en Hong Kong. Sin embargo, tras 22 años cubriendo el Vaticano desde Roma, ha sentido la necesidad de crear una guía para que jóvenes periodistas e interesados en el tema sepan descifrar lo que la institución más longeva y enrevesada del mundo esconde. “Cuando aterrizas en el Vaticano no te proporcionan nada de información. Hay libros artísticos, históricos, thrilers de asesinatos en el Vaticano o series de Netflix, pero no hay un manual de uso del Vaticano y menos en un lenguaje inteligible para el público. Y esto es lo que he intentado hacer”, ha explicado a este periódico.

¿Cuáles son las claves para descifrar el Vaticano?

La primera es distinguir. Lo que nosotros llamamos 'el Vaticano' son dos entidades enormemente diferentes. Por una parte, está la Santa Sede, que son los organismos que ayudan al Papa en su tarea espiritual y a dirigir la Iglesia Católica, y por otra parte está el estado del Vaticano que es ese estado pequeñito, de medio km2 pero que tiene los museos más antiguos del mundo, la biblioteca con los manuscritos más antiguos del mundo, etc. Después, en la Santa Sede, hay más de 60 departamentos y en el estado del Vaticano más de 20. Hacen un total de 90. Lo que he hecho es desbrozar todo eso. Lo he reducido a los 12 departamentos que son como las 12 columnas en las que se apoya el Papa y a los 7 arcos, que son departamentos que permiten a las personas que están fuera ver lo que sucede dentro del Vaticano y al revés.

¿Qué es lo más complicado de informar sobre él?

Separar la paja del grano. Jerarquizar la importancia de cada tema. Muchas veces lo más latoso es separar las fake news de las verdaderas porque es como la Casa Blanca, un lugar icónico y un surtidor continuo de noticias falsas o confusas. Nuestro trabajo es desbrozar eso. También es complejo entender la lógica de cada uno de los niveles del Vaticano.

En alguna ocasión usted ha dicho que una de las anomalías es que el Vaticano está en Italia. ¿Por qué?

Porque en el Vaticano se notan las virtudes, pero también los vicios de Italia. Italia es un país de genios y se organizan muy bien para Ferrari o para el fútbol, en cambio, las instituciones públicas de Italia, el Gobierno o el Parlamento son muy poco ejemplares, están continuamente cambiando de Gobierno y en el Parlamento cambian de partido continuamente, y esto de algún modo se contagia. La anomalía es que a diferencia de Bruselas, donde fui corresponsal 5 años y donde tanto en la Unión Europea como en la OTAN hay una proporción de belgas muy limitada, o de Nueva York, donde fui corresponsal 8 años en la ONU y hay una proporción de estadounidenses superior a la de otras nacionalidades pero también es moderada, en el Vaticano hay un súper predominio de italianos y eso se nota.

¿Y cómo podría solucionarse?

La solución es internacionalizarlo, que haya gente de todos los países y de todas las culturas. Este es el camino en el que se está, pero van despacio.

¿Cómo ha cambiado el Vaticano con la llegada del Papa Francisco?

Ha sido una bocanada de oxígeno y una especie de cura de rejuvenecimiento, pero lo más importante y lo que va a tener un impacto muy largo y considerable a medio plazo es que Francisco está haciendo una reforma cultural. Está cambiando la cultura de una entidad que miraba mucho por sus tradiciones y rituales a una entidad de servicio. De servicio al Papa, a los obispos, pero también al resto de personas que es el origen del cristianismo.

Cada cinco años los obispos de cada país tienen un encuentro con el Papa. Hace diez años iban como los niños que van a la escuela para que les regañen y pongan las notas. Ahora les acoge, les pregunta cuáles son sus problemas, en qué les puede ayudar. Los encuentros con el Papa son dos: en el primero están algunos cargos de la Curia y dura cerca de una hora y el segundo se encuentran los obispos solos con el Papa sin nadie de la Curia para que se puedan quejar de lo que no les gusta de la Curia vaticana. Esto era impensable en el sistema piramidal que había hasta Francisco.

¿Con qué momento de sus 22 años de corresponsalía en el Vaticano se queda?

Ha habido momentos duros como los últimos años de Juan Pablo II, momentos de peligro como los viajes con Francisco a la República Centroafricana donde tuvimos suerte de salir de allí, momentos gratos como en los vuelos de ida, donde Francisco nos saluda uno por uno en nuestro asiento -a veces tarda una hora u hora y media en hacer todo el recorrido del avión-, pero si tuviese que recordar uno sería el anuncio de la elección de Francisco.

¿Por qué?

Porque nos parecía que era imposible todavía en aquel momento. La elección del Papa polaco fue un cambio después de cinco siglos de papas italianos y luego consolidó con un Papa alemán esa tradición. Nos temíamos que el ambiente no estaba todavía maduro para un Papa americano porque sería mucho más rompedor y los candidatos eran el cardenal Bergoglio de Buenos Aires y el cardenal O'Malley de Boston y era posible, pero parecía poco probable. Cuando apareció no nos lo creíamos, la próxima sorpresa será un Papa asiático.

Uno de los grandes problemas de la Iglesia son los abusos de menores. ¿Cómo se vive eso desde el Vaticano?

Francisco continua el trabajo que empezó Juan Pablo II y que lamentablemente está siendo mucho más largo de lo que se esperaba. El primer documento en toda la historia de la Iglesia sobre abuso sexual de menores es una carta a los obispos americanos de Juan Pablo II en 1993. En ese documento el Papa decía que esto es intolerable e inadmisible y que había que prevenirlo y ayudar a las víctimas. Entonces, dice que no es tarea fácil este cambio y que les llevaría cerca de cinco años. Han pasado 27 y en muchos países los obispos no obedecieron a Juan Pablo II y siguieron protegiendo a sacerdotes abusadores y siguieron escondiendo la basura por debajo de la alfombra. En algunos casos se ha tardado años y en otros Francisco ha tenido que tomar medidas drásticas como en 2018 cuando se dio cuenta después de un viaje a Chile de que había una especie de complicidad entre los obispos del país para no denunciar y hacer la vista gorda entre obispos encubridores Francisco les citó a todos en Roma y les cesó a todos. Fue la primera vez en la historia que un Papa se deshace de todos los obispos de un país.

Ha habido avances en la prevención de abusos y los abusos nuevos son ya muy pocos. Lo que hay es una gran cantidad de abusos antiguos que van apareciendo en el tiempo porque las heridas del abuso, depende de lo que haya durado y otros factores, deja secuelas que duran toda la vida y muchas víctimas no son capaces ni siquiera de hablar de eso en 10, 20 años o a veces en 30. La gran tarea y es lo que está haciendo Francisco, es ayudar a todas las víctimas, no solo las de abusos cometidos por profesores, sacerdotes o religiosos en instituciones católicas si no todos los abusos que son frecuentes en todos los ambientes.

El Vaticano es como la Casa Blanca, un lugar icónico y un surtidor continuo de noticias falsas o confusas

Recientemente hemos conocido el caso de los bienes inmatriculados de la Iglesia. ¿Qué se sabe acerca de ello?

Ese es un tema del que yo no conozco y el Vaticano no entra.

¿Cómo afectan los escándalos de abusos de menores y de corrupción al prestigio de la Iglesia y del Vaticano?

En esto está habiendo un cambio de enfoque. Lo inició Benedicto XVI y lo ha acelerado Francisco. Los escándalos tienen un efecto positivo porque permiten descubrir la podredumbre y limpiarla. El hecho de que salgan a la luz no es malo, lo malo es que hayan sucedido. El último escándalo es sobre corrupción económica y lo sacó a la luz la Gendarmería vaticana y eran cargos intermedios de la Secretaría de Estado. Recuerdo en una de las conferencias de prensa que tenemos en los vuelos de regreso en que se habla sin barreras, con toda claridad y llamando a las cosas por su nombre. Alguien preguntó por este caso de corrupción respecto a los fondos reservados haciendo inversiones inmobiliarias sin sentido en Londres y Francisco dijo 'esto es una pena que haya sucedido, pero dense cuenta de que por primera vez hemos destapado la joya desde dentro en lugar de enterarnos por la prensa, y eso es un paso“.

Desde que hubo el escándalo de fuga de documentos de Benedicto XVI, que fue abordado por la Gendarmería vaticana, los fiscales del Vaticano y el tribunal penal del Vaticano hay ya una tradición sistemática de que a los delincuentes les hace frente la Gendarmería, los fiscales y los jueces. Y acaban con condenas de cárcel. Hace dos o tres semanas hubo una condena a antiguos directivos del banco del Vaticano que habían robado entre tres 55 millones de euros. Uno de ellos murió, pero a los otros dos les cayó 8 años de cárcel a cada uno.

¿Cuál es su objetivo final con este libro?

Son dos, el primero, facilitar información a personas con interés por el Papa y el Vaticano separando las fake news de las verdaderas y dando claves para separarlas. Un ejemplo de esas claves es que cuando se citan fuentes italianas el 90% de las noticias son falsas o cuando se dan noticias muy llamativas sobre el Papa hay que ver el nivel del documento que establece ese cambio tan importante. El segundo objetivo es facilitar a periodistas que se enfrentan a este lío para que sepan dónde tienen que mirar desde el principio y sepan distinguir niveles, lo que es la Santa Sede y lo que es el estado del Vaticano.

elDiario.es/Euskadi

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