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La “justicia pendiente” de las cinco víctimas del terrorismo cuyo cadáver aún no ha aparecido

Las cinco víctimas del terrorismo cuyo cadáver aún no ha aparecido

Rubén Pereda

3 de noviembre de 2021 21:30 h

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El 24 de marzo de 1973, tres veinteañeros de origen gallego emigrados a Irún cruzaron la frontera para burlar la censura franquista y ver 'El último tango en París', una película erótica protagonizada por Marlon Brando y Maria Schneider que suscitó el interés de españoles a lo largo de toda una década. Los tres jóvenes amigos —se llamaban Humberto Fouz Escobero, Fernando Quiroga Veiga y Jorge García Carneiro— fueron secuestrados por miembros de ETA, que los confundieron con policías españoles cuando vieron su Austin de matrícula coruñesa estacionado en un bar de copas. Los asesinaron e hicieron desaparecer los cadáveres, que a fecha de hoy no han aparecido. El Centro Memorial de Víctimas del Terrorismo ha solicitado ahora al Parlamento Europeo que saque partido a su “autoridad política y moral” para que inste a quienes pudieran tener información sobre el paradero de estos tres cadáveres a revelarla. También se refiere a los casos de Eduardo Moreno Bergareche, 'Pertur', que había sido dirigente de ETA político-militar y desapareció en 1976, con la sospecha de que había sido asesinado por rivales de dentro de la banda, y de José Miguel Etxeberria Álvarez, 'Naparra', que perteneció a ETA y los Comandos Autónomos Anticapitalistas y se esfumó en Francia en 1980. En este caso, aunque se llegó a sospechar de ETA, fue el Batallón Vasco Español, una organización terrorista parapolicial, el que reivindicó el asesinato.

El Memorial, que se refiere a estos casos como la “justicia pendiente”, se mira en el espejo del IRA y los acuerdos de paz del Viernes Santo en Irlanda. El Ejército Republicano Irlandés había asesinado y luego hecho desaparecer a diecisiete personas, pero, una vez sellado el acuerdo, accedió a revelar una información que permitió hallar los restos de al menos once de ellas. “Con la confidencialidad que se considere pertinente y a través de los cauces que se determinen para garantizar esa confidencialidad”, el Memorial insiste en la importancia de seguir la misma senda y localizar el paradero de los cinco cadáveres hechos desaparecer por terroristas. “Estas familias no solo no tienen justicia, igual que ocurre con las familias de los casos no esclarecidos, sino que además no tienen el consuelo mínimo de saber dónde están enterrados sus seres queridos”, abunda.

Tres jóvenes gallegos de Irún y una película

En su escapada para ver a Marlon Brando y Maria Schneider en la laureada 'El último tango en París', como hacían cientos de jóvenes en aquella década de 1970, Fouz Escobero, Quiroga Veiga y García Carneiro fueron a recalar a un bar de copas de Iparralde en el que alternaban varios terroristas de ETA, que en la época tenían fijado en el País Vasco francés un verdadero santuario. Coral Rodríguez Fouz, sobrina del primero de ellos que fue teniente de alcalde de Eibar, parlamentaria vasca y senadora por el PSE-EE, hizo frente durante años a la falta de apoyo institucional y se acopió de información referida al asesinato y desaparición de su tío y sus amigos. En noviembre de 2017, la presentó en una comparecencia en el Parlamento Vasco. “Consecuencia de esta agresión les fueron causadas a los tres reseñados diversas lesiones graves sabiéndose que a uno de ellos le fue saltado un ojo”, se puede leer en uno de los informes que recopiló sobre el asesinato de los tres hombres.

A raíz de la aparición de unos restos que luego resultaron no ser los de los jóvenes gallegos, Rodríguez Fouz logró acotar el lugar en el que se encontraba la granja en la que podrían haber sido enterrados los cadáveres. Recurrió para ello a la ayuda de un compañero del PSE-EE que había sido “militante de ETA” en su juventud. “¿Dónde se deshicieron de los restos? He venido a pedirles que exijan a ETA que al mismo tiempo que se disuelven los digan dónde se deshicieron de los restos de mi tío y de sus amigos”, clamó en el Parlamento Vasco en su comparecencia de 2017. “A pesar del tiempo transcurrido, no ha sido posible encontrar los restos, aunque hay miembros de ETA de aquella época que podrían conocer lo ocurrido y el destino de los cuerpos”, señala precisamente el Memorial.

'Pertur', el último desaparecido de la democracia

“Esos bestias han creado un clima tal en la organización que ETA no es un colectivo revolucionario, sino un Estado-policía, donde cada uno sospecha del vecino y éste del otro. Este clima influye no a todos por igual (existen auténticos histéricos que no ven sino conspiraciones por todos lados). En ese sentido, te digo que no estoy bien, en el sentido de que no ha…, de zafarme de la mentira, etc. De esta dinámica que tiende a eliminar rivales políticos, no por medio del debate político, sino a través de sucias maniobras en nombre de la disciplina, la seguridad, etc.”. Esas palabras se las dirigió Eduardo Moreno Bergareche, 'Pertur', a su novia, Lourdes Auzmendi, pocos días antes de desaparecer. Cuatro décadas después, la que fuera también viceconsejera de Política Lingüística del Gobierno vasco por el PSE-EE lo recordaba todavía como una persona “irónica”, llena de sentido del humor e imbuida de clarividencia política. Tal es así que, antes de que otros miembros de ETA lo asesinaran e hicieran desaparecer, se había erigido en principal ideólogo marxista-leninista de la banda y abogaba por desdoblarla y hacer brotar de ella un partido revolucionario y de izquierdas que se moviese en la legalidad y defendiese ideas obreras, socialistas y 'abertzale'. Este partido, Euskal Iraultzarako Alderdia (que se puede traducir al castellano como 'Partido para la Revolución Vasca) operó, de hecho, en Euskadi y Navarra entre 1977 y 1981.

La última vez que se vio a 'Pertur' con vida, iba por San Juan de Luz en compañía de 'Apala' y 'Pakito', sus rivales dentro de la organización. Tal y como recogió 'El País', el auto del magistrado de la Audiencia Nacional que investigó la desaparición en 2008 apunta a que este hecho “hace que sea racionalmente concebible que los hechos hubieran sido cometidos por dicha organización terrorista, como también es racional pensar que los mismos hubieran sido cometidos por alguna otra organización y grupo terrorista”. El propio Memorial, en su nota, no descarta “del todo” que 'Pertur' fuera víctima de la extrema derecha. Años después, en 2012, se llegó incluso a tirar de un hilo que apuntaba a una organización terrorista italiana, Ordine Nuovo, integrada por neofascistas, que se encargaba de secuestrar, torturar y asesinar a antifascistas y a dirigentes de ETA y que había tenido relación tanto con la Guardia Civil como con los servicios secretos españoles. Este ángulo de la investigación, sin embargo, no condujo a ningún puerto.

'Naparra': ETA o la extrema derecha

La quinta víctima a la que alude el Memorial en su lista es José Miguel Etxeberria Álvarez, conocido por el alias 'Naparra' y también como 'Bakunin', que desapareció en Francia el 11 de junio de 1980, cuando apenas contaba 22 años. Antes había pertenecido tanto a ETA como a los Comandos Autónomos Anticapitalistas, que se conformaron a partir de escisiones de la banda terrorista. Miembros de estos comandos apuntaron a ETA como responsable del asesinato y la posterior desaparición de 'Naparra', pero fue el Batallón Vasco Español, organización parapolicial de extrema derecha, la que lo reivindicó. “Reivindicamos el secuestro de 'Naparra' en Ciboure, en Francia. Está en España. Después de los últimos asesinatos de ETA su suerte está echada. El Batallón Vasco Español es la única solución. Viva la Unidad de España — Batallón Vasco Español, Comando Esteban Beldarrain”, proclamó a través de un comunicado enviado al diario 'Deia', tal y como recoge un informe sobre la desaparición de 'Naparra' elaborado por la UPV/EHU bajo la coordinación de Enara Garro. Un mes después, y a través de una llamada anónima, este mismo grupo terrorista volvió a ponerse en contacto con el periódico y comunicó que lo había asesinado y que lo había enterrado cerca de San Juan de Luz: “José Miguel Etxeberria 'Naparra' ha sido ejecutado el día 30 y está enterrado cerca de Biarritz, por la zona de Txantako. Nuestros comandos seguirán actuando en Francia contra los terroristas marxistas de ETA y contra instalaciones turísticas del Sur de Francia y Costa Azul”.

Si bien la Gendarmería francesa buscó el cadáver sin éxito, el Batallón Vasco Español siguió insistiendo en que estaba enterrado en aquella zona e incluso llegó a aseverar, a través de un comunicado que hizo llegar al diario 'Egin', que los gendarmes habían recuperado el cadáver y que lo habían trasladado a una localidad cercana a Dax. Años después, en 1999, la familia interpuso una querella ante la Audiencia Nacional y el magistrado Ismael Moreno la admitió. No obstante, zanjó el caso apenas cinco años después con un auto que se refería a los hechos como una “supuesta desaparición”. El mismo juez reabrió el caso en octubre de 2016, pues, después de que la familia presentara nueva información que apuntaba a la localidad francesa de Mont-de-Marsan, la Fiscalía se lo pidió. Un año después, en 2017, se rastreó una zona boscosa en la localidad de Labrit, pero la búsqueda no dio sus frutos.

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