Maddalen Iriarte Okiñena (Donostia, 1963) ha cambiado el traje de jefa de la oposición al Gobierno de Iñigo Urkullu en el Parlamento Vasco, su misión desde 2016, por el de candidata de EH Bildu en Gipuzkoa, donde la coalición abertzale aspira a superar al PNV y dar inicio a un nuevo ciclo político. Su rival es Eider Mendoza. Aunque ha residido en Durango (Bizkaia) en los últimos años afirma que pasa ya tiempo en Donostia y que prevé instalarse en Gipuzkoa, su territorio de origen. Quien fuera uno de los rostros más reconocibles de la radiotelevisión pública vasca apela a una reforma fiscal y repite que hay que afrontar retos del siglo XXI como la transición climática y que no valen recetas del siglo XIX o del siglo XX.
La entrevista a la exentrevistadora está actualizada a la luz de los acontecimientos sobre la presencia de expresos de ETA en las listas de EH Bildu, la gran controversia de la campaña electoral. Iriarte cree que es un debate suscitado por la derecha española y entiende que la retirada de los exterroristas con delitos de sangre es un “paso en la buena dirección” en la línea de la declaración de octubre de 2021 realizada por Sortu, donde asumió la no revictimización con motivo del décimo aniversario del cese de la actividad de ETA. Hija de un torturado en el franquismo por Melitón Manzanas y explusmarquista de Gipuzkoa en 100 y 200 metros lisos, afirma, al ser preguntada por lo que representa España para una independentista como ella, que es un país vecino lleno de “grandes hombres y mujeres” pero cuyo Estado limita las posibilidades nacionales de Euskal Herria. Defiende los acuerdos con el Gobierno de Pedro Sánchez, particularmente la reciente Ley de Vivienda, y exhibe su preocupación por la situación de Osakidetza y por asuntos como el 'caso De Miguel' de corrupción.
¿Qué le parece que las listas de EH Bildu estén copando titulares en este arranque de campaña?
A mí lo que me parece es que este pueblo tiene que mirar al futuro.
Usted ha participado en actos de homenaje a víctimas como Fernando Buesa. La Fundación Fernando Buesa, por ejemplo, también ha mostrado su queja por la composición de las listas. ¿Qué mensaje les trasladaría a las víctimas?
Me pregunto quién ha suscitado esta polémica. Yo no voy a alimentar algo suscitado, en principio, por la derecha española. No, no voy a alimentar esa polémica.
¿A qué se debe que se hayan retirado las candidaturas de siete personas? ¿Es un compromiso con las víctimas o es una decisión estratégica como denuncia el PNV, por ejemplo?
El compromiso de EH Bildu -y el mío personal- con la paz y la construcción de la convivencia está fuera de toda duda. La carta conocida el martes va en la misma dirección que la Declaración del 18 de Octubre en Aiete. Ambos gestos son pasos en la buena dirección. Gestos, pasos, en definitiva, compromisos claros que constatan lo dicho al principio.
Es candidata en Gipuzkoa. ¿Es un paso atrás tras haber sido candidata a lehendakari o es una oportunidad para superar al PNV por vez primera y abrir un nuevo ciclo?
Nada me parece un paso atrás. No entiendo así la política. Cuando vine a EH Bildu, lo que pretendía era aportar mi grano de arena. Me situaba un poco con la gente de la calle que ve que se hace la política en las instituciones o dentro de los partidos y que quiere aportar, desde su inconformismo, otras maneras de hacer, otras maneras de sentir, otras maneras de percibir los problemas. En un sitio o en otro, esa aportación la puedo hacer. Vine al Parlamento y he procurado hacer eso y ahora voy a la Diputación de Gipuzkoa para hacer eso. Creo que tenemos grandes retos a los que dar respuesta. Y esa es mi misión y mi función.
¿Fue una decisión fácil de tomar?
Pues sí. Fue una decisión fácil de tomar porque, efectivamente, después de haber trabajado en este Parlamento durante siete años en la oposición, vi que tenemos una posibilidad de avanzar en Gipuzkoa y de hacerlo, además, respondiendo un poco a la sociología de Gipuzkoa, que se coloca a la izquierda y es abertzale. Gipuzkoa está muy acostumbrada a trabajar en común, con una inteligencia muy amplia que ha sido capaz de poner en marcha modelos como las cooperativas. Los planteamientos que EH Bildu hace para estas elecciones se adecúan muy bien a esa idiosincrasia. La gente lo está sabiendo leer muy bien. Tengo ilusión.
¿Continúa residiendo en Bizkaia?
Ahora mismo estoy en Donostia. Duermo los fines de semana en Bizkaia con mi familia y, bueno, la idea es residir en Gipuzkoa, claro.
Si los números dieran, incluso siendo segunda fuerza, ¿exploraría un acuerdo con el PSE-EE y Elkarrekin para desalojar al PNV en Gipuzkoa?
Me habrá oído más de una vez en el Parlamento decir que estamos dispuestos a los acuerdos. Hemos hecho acuerdos tanto con el PNV, como con Podemos o con el Partido Socialista en diferentes ayuntamientos, en Nafarroa o en Madrid. Cuando llegamos a un acuerdo, primamos los contenidos. Si van a ser buenos para la gente, estaremos en los acuerdos. Habrá que explorar todas las vías para determinar cuál es la manera de mejorar la vida de la gente. EH Bildu tiene la ventaja de que puede estar en los acuerdos en un plano más nacional con el PNV y en un plano más de izquierdas con Podemos o con el Partido Socialista. No es cuestión de “desalojar” a nadie, sino de ver cuál es el acuerdo que mejor va a responder a las necesidades de Gipuzkoa en este momento.
Pero da la sensación que el Partido Socialista acepta esos acuerdos cuando es él el que va a liderar las instituciones en Madrid, en Navarra, en Eibar o en Irún, pero no al revés.
Lo fundamental ahora es que la gente vote y que veamos cuál es el mapa que nos queda a cada uno. Y, a partir de ahí, tendremos que hablar, negociar y ver cuáles son los acuerdos que tenemos encima de la mesa.
En las autonómicas, que son las últimas elecciones que se celebraron, la abstención fue altísima, casi del 50%. ¿Es algo que le preocupa?
A mí me preocupa mucho la abstención. Veo que en este momento hay una desafección hacia la política. Me preocupa porque a partir de ahí se dan muchos movimientos autoritarios, fascistas en algunos casos. Se está dando una involución en toda Europa. Creo que a los demás nos toca hacer autocrítica de cómo nos dirigimos a la ciudadanía y de qué soluciones les damos. En la medida en que seamos capaces de dar soluciones y de hacerlas llegar de manera que se entiendan, la ciudadanía también responderá de otra manera. Creo que la izquierda tiene que hacer también su autocrítica particular de cómo llega a la ciudadanía y cómo le plantea las propuestas para que la ciudadanía se sienta concernida y decida participar.
EH Bildu tiene la ventaja de que puede estar en los acuerdos en un plano más nacional con el PNV y en un plano más de izquierdas con Podemos o con el Partido Socialista
En Iparralde, en las últimas elecciones francesas, no fueron pocos los apoyos a las formaciones de ultraderecha. ¿Podría ocurrir ahora un fenómeno similar?
Creo que en Gipuzkoa no va a ocurrir esto. La sociedad guipuzcoana ha luchado mucho durante muchos años contra el fascismo y contra movimientos autoritarios. Conoce muy bien y todavía tiene recientes algunas épocas a las que no quiere volver. La sociedad guipuzcoana tiene que mirar al futuro. Sabe que tenemos unos retos grandes, unos retos como seguramente nunca hemos conocido. Hablo de la transición climática, los cuidados o una nueva fiscalidad. La sociedad guipuzcoana tiene las cosas claras y mira al futuro para poder dar respuesta a esos retos que nos afectan directamente a nosotros y a las generaciones venideras. Quiero pensar que no hay peligro en ese sentido.
La candidata del PNV, Eider Mendoza, ha afirmado que las propuestas económicas de EH Bildu se parecen a las de países como Sudán, Venezuela, Brasil o Chad. ¿Qué tiene que decir a esto?
Las propuestas que ha planteado EH Bildu se adecúan perfectamente a la idiosincrasia de Euskal Herria. La industria, por ejemplo, ha sido la columna vertebral de la economía guipuzcoana y está perdiendo valor sobre el PIB. Hace falta actuar y poner en marcha una política industrial proactiva, atendiendo a las características de las empresas del territorio, en gran medida pequeñas y medianas, en gran medida empresas familiares. Ahora mismo se enfrentan a la necesidad de hacer un relevo generacional. Tenemos ejemplos como el movimiento cooperativo y la forma de trabajar. EH Bildu ha puesto sobre la mesa un plan industrial y de empresa en el que hablamos de innovación, de resiliencia, de que las personas estén en el centro de esas políticas y en los centros de las decisiones. Creemos que de esta manera se garantiza el arraigo y se evita el desarraigo. Me parece que la política industrial que planteamos se adecúa perfectamente a Gipuzkoa.
En materia fiscal, en concreto, ¿cuál es su propuesta?
Ha llegado el momento de configurar un modelo teniendo en cuenta variables como fiscalidad verde. La industria se tiene que enfrentar a grandes transformaciones y lo tiene que hacer alineada con la crisis climática y la transición energética. Cuando hablamos de que tiene que haber un debate público y general sobre una nueva fiscalidad lo decimos porque pensamos que es el momento de repensar las cosas para dar respuesta a las políticas públicas que vamos a necesitar durante los próximos años. Y el Gobierno de Urkullu nos lo ha echado atrás, en ocasiones diciendo que era una línea roja que únicamente se podía decidir en las Juntas Generales, cuando sabe muy bien que la última reforma fiscal se hizo dentro del marco de unos presupuestos de la comunidad autónoma y se hizo con el PP. Entiendo que con las políticas fiscales que suele plantear el PP no es una fiscalidad justa y progresiva. Las deflactaciones que se han planteado tampoco nos parecen justas y progresivas. Al contrario, nos parecen bastante regresivas en tanto en cuanto no ha habido una subida salarial y hay una gran cantidad de gente, sobre todo la más vulnerable, que no puede percibir ni tan siquiera esas ayudas que han puesto en marcha. Tiene que aportar más quien más tiene para que la mayoría de la sociedad guipuzcoana pueda vivir mejor, pueda tener unos servicios públicos mejores y pueda ser protagonista de los cambios y de los retos a los que tenemos que enfrentarnos.
Las deflactaciones que se han planteado tampoco nos parecen justas y progresivas. Al contrario, nos parecen bastante regresivas en tanto en cuanto no ha habido una subida salarial
¿Que el PNV saque a Venezuela o también a ETA quiere decir que tienen miedo a un sorpaso? ¿Podría ocurrir como en Catalunya, donde ERC ha superado ya a lo que era la antigua Convergència?
Observo que de cada tres palabras que dice el PNV dos son dedicadas a EH Bildu. Eso denota, probablemente, algún nerviosismo. Y que tampoco quiere hablar de Osakidetza o de otros asuntos que efectivamente inciden en la vida diaria de la ciudadanía y que no está sabiendo resolver bien.
¿Qué es lo que no quiere decir el PNV sobre Osakidetza?
A veces pienso que nunca se acercan a un ambulatorio… Porque quien lo hace sabe lo que cuesta conseguir una cita presencial con el médico. Quien coge el teléfono para llamar a Osakidetza sabe lo que le cuesta. Saben que diariamente los médicos de atención primaria ven 40 pacientes. Los profesionales están agotados y eso incide directamente en la calidad que pueden dar a los pacientes. Quien ha tenido que ir esta Semana Santa a un PAC sabe que el PAC estaba cerrado. Osakidetza, que ha sido una de las puntas de lanza de la comunidad autónoma en los últimos años, tiene que seguir siéndolo y, además, responder a los retos que se le avecinan. La anticipación es un elemento muy importante en la política. Sabemos que se van a retirar miles de profesionales de la medicina en los próximos años. Saber anticiparnos a esa situación, desde luego, facilitaría todos los pasos que hay que dar en este sentido.
En su despedida del Parlamento Vasco lamentó que no haya cristalizado el acuerdo para superar el Estatuto. ¿Podría ocurrir lo mismo también con la nueva ley educativa?
La reforma educativa parte de un pacto importante entre la mayoría de este Parlamento y creo que en el proyecto que ha llegado desde el Gobierno se recogen -desde nuestro punto de vista- las claves más importantes. A partir de ahí queda todo un trámite parlamentario en el que oiremos otra vez a los diferentes agentes y tenemos un largo plazo para ir mejorando la ley. Confío en que, efectivamente, la situación que alumbró aquel acuerdo pueda llegar a materializarse en una buena ley. Es necesaria después de 30 años.
Observo que de cada tres palabras que dice el PNV dos son dedicadas a EH Bildu. Eso denota, probablemente, algún nerviosismo. Y que tampoco quiere hablar de Osakidetza
¿Y sobre el Estatuto? ¿Hay posibilidad de recuperar aquella propuesta?
Es imprescindible que este país tenga otra relación con el Estado. No podemos estar supeditados a lo que decida el Estado español en materias tan simples como si vamos a ponernos o no una mascarilla. Aquellas bases y principios para nosotros, que somos un partido independentista, no eran todo lo que aspirábamos, pero nos daba una base para poder relacionarnos con el Estado de otra manera. Se reconocía a Euskal Herria como una nación con capacidad del derecho a decidir, se le daba un fondo de poder grande y una relación con el Estado de corte confederal. Me parece importante también que la gente en el siglo XXI pueda decidir sobre su futuro político y sobre otras tantas cosas. No creo que se pueda hacer la política en el siglo XXI como se hacía en el siglo XX.
¿Y qué significa España para Maddalen Iriarte?
España es un país vecino en el que conozco a grandes hombres y mujeres y al que en ocasiones voy de vacaciones. ¿Qué significa el Estado español? El Estado español es un Estado que habitualmente no nos ha dejado existir como pueblo y que en algunas ocasiones nos ha intentado eliminar como pueblo. Los pueblos tenemos derecho a existir y a decidir nuestro futuro político. La gente tiene derecho a decidir su futuro político y a vivir en vecindad y en armonía y con muchísimas relaciones, más siendo un país vecino. Entiendo que el Estado español quiera ser un Estado, pero de la misma manera se puede entender que Euskal Herria sea un Estado.
Ahora EH Bildu busca acuerdos y mejoras para toda España. ¿Están cómodos?
Por supuesto. Siempre que se mejore la vida de las personas de Euskal Herria o del Estado vamos a estar cómodos. Nosotros creemos que este país tiene derecho a decidir. Pero, desde luego, hay que mejorar la vida de la gente. Nosotros siempre decimos que somos internacionalistas. En la medida en que podamos, incidiremos en el Estado español para buscar las mejores condiciones de vida.
Me refería a la Ley de Vivienda. ¿Qué les parece la reacción del PNV ante este acuerdo?
Cuando el PNV acuerda en Madrid asuntos que van a incidir positivamente en la vida y en las condiciones de la gente, siempre me alegro. Siempre. En 2015 el Parlamento Vasco ya aprobó la Ley de Vivienda con el voto en contra del PNV y todos estos años se nos ha dicho que necesitábamos una seguridad jurídica para poner en marcha esa ley. No están cómodos. Me suena todo un poco a excusa.
Han denunciado en los últimos meses, sobre todo a la luz de la sentencia del ‘caso De Miguel’, situaciones de puertas giratorias y de irregularidades y falta de compromiso por parte del Gobierno vasco en la lucha contra la corrupción. Si ganan en Gipuzkoa, ¿van a levantar alfombras para revisar la gestión del PNV?
Lo que haremos será intentar hacer lo que decimos. Y decimos que en una sociedad democrática la transparencia tiene que ser una de las bases de la política. No se puede hacer política y no podemos llamar a una sociedad democrática si hay partes opacas. Es un ejercicio imprescindible para hacer política en este siglo. Daremos todos los pasos para que la política que hagamos sea clara y transparente y para que la ciudadanía sepa exactamente lo que se está haciendo en cada momento.
¿Afectarán al PNV en las urnas este tipo de situaciones que denuncian ustedes?
No lo sé. No lo sé. En una situación normal, diría que deberían afectar. El PNV ha querido quitarse de encima algunos casos, como el ‘caso De Miguel’ diciendo que sí, que eran unos dirigentes del PNV pero que no iba con ellos el asunto. A mí se me hace difícil de creer esto. La ciudadanía tendrá que juzgarlo.
¿Paralizará la incineradora de Zubieta?
No puedo dar a la ciudadanía la palabra sobre algo que no sé si voy a poder hacer. Y me temo que ahora mismo paralizar la incineradora comprometería el presupuesto de Gipuzkoa. En todo caso, lo que veo en este caso es que ha habido vertidos y contaminación. La pelota se ha echado de un lado a otro. Ha habido falta de transparencia. Lo que primero quisiera es ver, efectivamente, qué es lo que ha pasado y asumir el control público de esa incineradora. En todo caso, en el momento en el que nos encontramos no podemos circunscribirnos a infraestructuras concretas para dar respuesta a la crisis climática a la que nos enfrentamos. Tenemos que abrir la lupa y mirar al territorio -y seguramente también mirar a Euskal Herria- y tomar decisiones que no se circunscriban a una única infraestructura.
¿Cómo ven el denominado PTS de renovables para fijar las bases de la planificación de parques eólicos y solares en Euskadi?
Nos parece que este documento ha llegado tarde. Y ha llegado mal porque se trataba de ordenar y no ordena… Tengo que estudiármelo más profundamente, pero me parece que llega mal y tarde.
Donostia es la capital de Gipuzkoa. ¿Le preocupa la situación de la ciudad en asuntos como la vivienda, el turismo o la movilidad?
A la ciudadanía de Donostia le preocupa la situación de Donostia. El 66% piensa que el turismo ha llegado a un tope ya. Basta con andar por las calles de Donostia en verano para ver que la gente se siente desplazada en algunos casos. No cabe duda de que el turismo es también uno de los sectores económicos del territorio y que supone el 5,2% del PIB. Pero hay que aunar eso que económicamente supone con que aquí hay un país. Éste es un pueblo que tiene una cultura, que tiene una lengua y que lo queremos poner en el mundo. Queremos que la gente que venga a conocer este país sepa dónde está, qué somos y cómo hablamos. Las sociedades que se han supeditado al turismo y que les llega en masa, en algunas ocasiones, no han conseguido que sea sostenible. De lo que se trata es de tener un turismo sostenible y equilibrado. Me ha preguntado también por la vivienda. En el caso de Donostia, tiene unos precios que son inasumibles para la mayoría de la ciudadanía. Un piso vale el doble de lo que vale en el resto del territorio. Está afectando ya a los municipios del entorno. Entonces, no hablamos de emancipación juvenil. Sólo uno de cada seis jóvenes puede emanciparse realmente en Gipuzkoa. Y emanciparse no es sólo irse de casa de sus padres, sino poder hacer un proyecto de vida. Hay que tomar medidas. Me parece que la Ley de Vivienda que hemos acordado en Madrid nos da la seguridad jurídica para poner en marcha la ley vasca de 2015. Podemos dar pasos adelante para empezar a que la vivienda sea accesible para la gente que vive en Donostia, que quiere vivir en Donostia y que considera que no es un capricho vivir en Donostia.
A la ciudadanía de Donostia le preocupa la situación de Donostia. El 66% piensa que el turismo ha llegado a un tope ya. Basta con andar por las calles de Donostia en verano para ver que la gente se siente desplazada en algunos casos