Maider García Martín era solamente una niña en julio de 1987 cuando el Citroën Dyane 6 de su padre, Juan Carlos García Goena, estalló por los aires en Hendaya, la primera localidad de Francia tras cruzar la frontera por Irún. Dos años antes, su familia había encargado a un retratista una fotografía de estudio para enviarla a los abuelos. De esa imagen hubo una segunda toma muy similar que acabó en manos de los terroristas de los GAL, que asesinaron al objetor de conciencia García Goena en la creencia de que era un miembro de ETA. Fue la última aparición de una organización con ramas de colores, una 'verde' por estar formada por agentes de la Guardia Civil, otra 'azul' por el uniformes de la Policía Nacional y otra 'marrón', vinculada al antiguo CESID. Su madre, Laura Martín, falleció en octubre después de décadas clamando Justicia y que se llegara hasta el final. Fue vicepresidenta de Covite y compartió con víctimas de ETA un mismo mensaje de rechazo a la violencia. Maider, la niña ahora adulta, ha recogido ese testigo. En una entrevista por teléfono con este periódico tras escuchar las reflexiones del exministro José Barrionuevo, condenado por su participación en los GAL y luego indultado, se muestra indignada por la falta de verdad desde el PSOE y tiene muy claro que la X de esta ecuación tiene nombre y apellido, Felipe González.
¿Qué sintió al leer las reflexiones de Barrionuevo?
No es algo que me resulta novedoso. Es un secreto a voces, ¿no? Todos sabíamos lo que había detrás de los GAL. No ha desvelado ningún misterio. Obviamente, sí resulta chocante leer esa entrevista. Pero, como le digo a todo el mundo, más que lo que dice es cómo lo dice. Esa prepotencia y una chulería sin un ápice de arrepentimiento. Es doloroso. Es doloroso y, de nuevo, un acto de humillación a las víctimas del terrorismo de Estado.
El PSOE ha conmemorado recientemente los 40 años de la victoria de Felipe González. Sánchez dijo que él se sentía heredero de ese legado. En un tuit, criticaba un cartel con la caricatura de González, Sánchez y Zapatero.
No consigo entender que hoy se siga alardeando de ese personaje. Es un pasado manchado de sangre. Son unas siglas manchadas de sangre. Todos sabemos quién gobernaba en aquella época. No hay mucho más que decir. Es bastante indignante que hoy saquen a pasear a ese señor con todo lo que hay detrás.
¿Cree que los socialistas vascos sí han sido más claros en las últimas horas?
No sé hasta qué punto estoy de acuerdo con esa afirmación. Si la memoria no me falla, creo que ya hace unos cuantos años también dijeron lo mismo. Que condenaban a los GAL. Faltaría más. Pero Eneko [Andueza] pasa un poco de puntillas. Realmente no se moja. Realmente en ningún momento exige a su partido un reconocimiento, una aclaración. Falta lo más importante. Justamente el pedir a su partido que de una vez por todas reconozca lo que ocurrió, la verdad. [El ministro del Interior, Fernando Grande] Marlaska también ha hecho unas declaraciones de las que le diría lo mismo. Falta contundencia. Falta arriesgarse. Parece que les da miedo o que les escuece juntar la palabra PSOE con la palabra GAL cuando realmente van de la mano. Dicen algo así como que los GAL fueron terrorismo, pero es terrorismo de Estado y es un terrorismo de Estado que se creó desde las siglas de un partido.
En redes mencionaba también el silencio del Memorial de Vitoria. Este jueves es precisamente el Día de la Memoria y este miércoles, en el acto organizado por el Memorial, por primera vez se incorpora a una víctima de los GAL. ¿Es un paso suficiente o las víctimas de los GAL son víctimas de segunda en relación a las de ETA?
Considero un paso que acudan las víctimas del terrorismo de Estado. Es un paso. Yo no he visitado el Memorial, con lo cual no puedo hablar tampoco mucho de ello. Tengo pendiente esa visita. Tengo ganas de ver un poco cómo se ha tratado todo este tema del terrorismo de Estado. Hasta que yo no vea con mis propios ojos cómo se ha tratado prefiero no opinar. Pero sí que es verdad que el hecho de que vaya una víctima del terrorismo de Estado a un acto es un pequeño paso, evidentemente.
En el caso concreto de su padre, que fue la última víctima de los GAL, han sido ustedes, la familia, y los medios de comunicación los que han ido avanzando en el esclarecimiento de los hechos.
Judicialmente poco hemos avanzado. Quiero decir, no sabemos mucho. Nuestro caso se ha abierto y se ha cerrado varias veces. De hecho, ahora mismo, si no se ha cerrado, está a punto de cerrarse de nuevo. ¿Es que no hay ningún interés por esclarecerlo? Mi madre, que, como bien dice, ha peleado mucho y ha hecho el trabajo de la Justicia en muchas ocasiones. Ella llegó a defender ante Baltasar Garzón que había pruebas más que suficientes como para seguir avanzando e investigar el caso de mi padre. Pero no se ha querido. ¿Por qué? Yo siempre digo, como hipótesis, que podrían aparecer de nuevo algunos personajes. Pero bueno, eso son hipótesis.
Amedo le dijo a su madre, que acaba de fallecer, que la responsabilidad directa del atentado estaba en Interior. ¿Cuándo se despejará esta X?
Personalmente, la X la tengo despejada desde hace mucho tiempo. Creo que mucha gente también. Todo esto saldrá a la luz cuando esa X ya no esté aquí, entre nosotros. Cuando haya fallecido es cuando posiblemente salgan más cosas a la luz.
Usted da charlas contra la violencia en institutos. ¿Qué conocimiento tienen los jóvenes? Hay investigaciones que dicen que de ETA saben poco o muy poco. ¿Y de los GAL?
Esto es un programa del Gobierno vasco y, cuando me propusieron participar, no lo dudé. Me parecía muy interesante y supernecesario. De ETA saben poco, pero de los GAL, de la Triple A, del Batallón Vasco Español, de los abusos policiales o de todas las torturas no saben nada. ETA no es toda la historia. Ha habido muchas más violencias. A los chavales, en general, lo que más les impacta es cómo puede ser que el Estado haya matado. Creo que sería necesario esto a nivel estatal. Aquí, en Euskadi, quien más quien menos ha vivido situaciones y conoce más de cerca lo que ha ocurrido. Pero fuera de aquí, más allá de ETA no se conoce. Y ahí estamos cometiendo un grave error. Esa labor de narrar esas diferentes violencias, esas diferentes experiencias, es muy importante. De verdad creo que deberíamos trasladarlo a todo el Estado.