Desde 2001 se han recuperado los restos de 110 víctimas de la Guerra Civil en Euskadi tras 46 exhumaciones
Desde el año 2001 en Euskadi se han llevado a cabo un total de 46 exhumaciones con resultado positivo, 24 de ellas en Bizkaia, 15 en Gipuzkoa y 7 en Álava. Resultado de esas exhumaciones se han recuperado los restos de 110 víctimas de la Guerra Civil en Euskadi, 108 hombres y 2 mujeres. Sin embargo, tan solo se han podido identificar a 27 de esas personas, cuyos restos han sido entregados a las familias. Las demás reposan en el Columnario de la Dignidad de Elgoibar, en Gipuzkoa.
No todas las exhumaciones han arrojado resultados positivos puesto que en los 18 años de trabajo en Euskadi se han prospectado e investigado posibles enterramientos con víctimas mortales de la Guerra Civil en un total de 128 localizaciones, de las cuales tan solo se han encontrado los cuerpos en 46 lugares. Además de las exhumaciones realizadas en Euskadi, se han recuperado y entregado a sus familias los restos de otros 9 vascos. Se trata de 4 exhumaciones realizadas en Navarra y 5 en otras comunidades.
La mayor parte de las víctimas exhumadas -en concreto, 70- eran combatientes, aunque también se han recuperado los cuerpos de 26 víctimas de ejecuciones extrajudiciales y de 14 personas muertas en cautividad.
Todos estos datos son resultado del 'Plan Vasco 2015-2020 de investigación y localización de fosas para la búsqueda e identificación de personas desaparecidas durante la Guerra Civil', que ha sido presentado este viernes en Bilbao.
“Aunque se tratara de una sola persona, habría merecido la pena”, ha señalado durante la presentación del informe, la consejera de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales. “Se trata de víctimas, personas, que tienen derecho a la dignidad y a la memoria, que tienen derecho a conocer la verdad sobre lo que ocurrió a sus seres queridos desaparecidos”, ha incidido.
Como ha explicado el antropólogo forense Paco Etxeberria, en representación de la Sociedad de Ciencias Aranzadi, cada exhumación esconde tras de sí una historia. Como la de Pedro Basurto, un joven guipuzcoano fusilado en Pamplona, cuyos restos fueron encontrados junto a una nota escrita a lápiz en la que se despedía de su madre con un mensaje en el que se leía “por mí no tenga ninguna pena porque he tenido una muerte muy buena. No tengo nada más que una pena, que usted quede con esa familia”.
“Alguna vez los medios de comunicación nos han preguntado ¿vosotros por qué hacéis esto? ¿por qué hay que recuperar a esas personas que están enterradas en cunetas? la respuesta la dio un familiar. Aunque solo sea por no dejarlos en el lugar donde fueron abandonados por sus asesinos, los vamos a sacar. Ese familiar tenía razón, pero hay algo más y es que todas las víctimas tienen derechos y eso significa que los demás tenemos deberes. Si las víctimas tienen el derecho a la memoria, todos los demás tenemos el deber de memoria. Y en eso estamos”, ha explicado Etxeberria durante el acto en el que han estado presentes los familiares de las personas exhumadas.
El lehendakari, Iñigo Urkullu, que también ha estado presente en el acto, ha explicado que es necesario “restituir la memoria y los derechos de las víctimas exhumadas, y también el derecho de sus familias, a saber dónde se encontraban los restos de sus seres queridos”. “Saldamos una deuda con la memoria y los derechos de toda una generación”, ha apuntado Urkullu, quien ha recordado, a raíz del 40 aniversario del 23-F “el deseo de que se conozca toda la verdad con transparencia, sin secretos ni reservas, al servicio de que algo así no pueda volver a repetirse jamás”.
Cada una de las fosas esconde tras de sí una historia. Como la de Etxaguen, en Zigoitia, Álava, donde se encontraron los cuerpos de 12 víctimas de las cuales tan solo se han podido identificar a tres. En esa fosa se sabe que aún quedan dos personas enterradas cuya exhumación no se ha podido llevar a cabo debido a que la ampliación de la carretera A3608, ensanchada y recrecida en altura cubre parte de la fosa. o Como la de Monte Altun, en Zeanuri, Bizkaia, donde se encontraron 5 víctimas y las cinco lograron ser identificadas gracias a que eran combatientes y fueron enterrados con sus placas de identificación, perfectamente conservadas a pesar de los años.
La lista de personas exhumadas sin identificar es larga, pero aún lo es más la de víctimas de la Guerra Civil que siguen enterradas en lugares sin localizar. Según el censo de víctimas mortales de la Guerra Civil en Euskadi que elaborado por el Gobierno vasco de la mano del Instituto de Memoria (Gogora), hay cerca de 8.000 de las 21.000 víctimas mortales de la guerra y el primer franquismo (1936-1945) en Euskadi enterradas en paradero desconocido.
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