El Departamento de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente, dirigido por Arantxa Tapia, remarca que ha sido riguroso al autorizar con condiciones la ampliación del BAKH, la ciudad deportiva del grupo Saski Baskonia-Deportivo Alavés, de Josean Querejeta. Son unas obras que afectan a un espacio protegido como son los humedales de Salburua del anillo verde de Vitoria. Además, muestra su entera confianza en que el Ayuntamiento hará “seguimiento” y controlará que se respeten las pautas ambientales fijadas para minimizar el impacto. Con todo, como consta en la documentación oficial presentada en su momento, las obras de dos campos de fútbol, de un colegio internacional privado -que complementa a la Universidad Euneiz, ya en vías de autorización también- o de una residencia de jugadores acabarán con dos acequias “que conforman un hábitat de agua dulce naturalizado con presencia de diversas poblaciones de fauna y flora, destacando las formaciones de saucedas”.
La consejera Tapia realiza estas consideraciones en un informe enviado al Parlamento a instancias de la portavoz del grupo Elkarrekin Podemos-IU, Miren Gorrotxategi. El Ejecutivo señala que “se ha respetado el marco normativo en materia de medio ambiente y patrimonio natural” y redunda en que “en ningún caso” ha “vulnerado” los mecanismos de protección de un espacio el de Salburua. Es más, señala que “la conservación de los lugares incluidos en la Red Natura 2000 no prevé una prohibición expresa de uso”. Reseña, además, que la competencia urbanística y de gestión es enteramente municipal ya que no se aplicaría en ningún caso la nueva -y polémica- figura de los proyectos “de interés público superior” que permiten al Gobierno vasco ejercer el control siempre que se trate “dotaciones o instalaciones” de gran “interés social”. El Ejecutivo insiste en que la autorización ambiental salida desde la Administración autonómica establece “medidas protectoras, correctoras y compensatorias”. Y a Vitoria le toca “ejercer el seguimiento de la aplicación de las medidas e identificar con prontitud cualquier efecto adverso no previsto para permitir llevar a cabo medidas adecuadas para evitarlos”.
¿Cuál son esas medidas correctoras? El Gobierno insta al grupo Baskonia a “generar” una “nueva zona húmeda en sustitución de la que se eliminará con el proyecto” de ampliación del BAKH, para lo cual “se recurrirá al empleo de técnicas de ingeniería naturalística”. Este nuevo espacio deberá estar listo antes del inicio de las obras de modo que se puedan “traslocar” (trasladar) los anfibios, invertebrados y la vegetación de interés “a la nueva charca”. “Se desecarán paulatinamente las acequias con el bombeo de agua a la zona nueva, lo que permitirá detectar con más facilidad a todos los ejemplares presentes en ellas”, planteaba la autorización condicionada del área de Medio Ambiente, adscrita al Departamento de Tapia. Asimismo, tocará suplir la “eliminación” de los sauces por un nuevo “hábitat ribereño de saucedas junto a la nueva zona húmeda” y “cuyas dimensiones deberán asemejarse a las de la superficie de saucedas perdidas”. Se tendrá que plantar igualmente 1.200 metros cuadrados de 'quercus robur' (robles) y crear “banda arbolada” que haga de “pantalla visual, acústica y lumínica” entre el espacio protegido y la ampliada ciudad deportiva para “mitigar” el “impacto” para las especies animales del entorno.
La operación urbanística afecta a dos sectores de Salburua, el E3 y el E4. El enclave E3 es de 28.560,03 metros cuadrados. El resto del plan afecta a la parcela E4, de 38.290,40 metros cuadrados y que ya acoge el complejo original, que tiene campos de baloncesto, de pádel, piscinas interiores y exteriores y una pista de hielo privada que sustituyó al recinto público histórico de la calle de Logroño. Esta zona de Salburua “forma parte de un emplazamiento de interés hidrogeológico, constituido por depósitos aluviales y aluvio-coluviales del cuaternario”. Es “alta” la “vulnerabilidad” a la contaminación del acuífero y el “condicionante” más importante del desarrollo urbanístico es la “proximidad al humedal de Salburua”. El E3 y el E4 lindan con el humedal, que forma parte de la Red Natura 2000 y es, a la vez, ZEC (Zona de Especial Conservación) y ZEPA (Zona de Especial Protección para las Aves). Y Salburua “está incluido en la lista RAMSAR de humedales de importancia internacional”. En el pasado, el Ayuntamiento ya detectó que el BAKH había realizado captaciones ilegales de agua de esa zona.
Y se añade: “La sensibilidad de estas especies (avifauna, quirópteros, visón europeo) a la contaminación acústica, lumínica y a otras molestias derivadas de la implantación del equipamiento deportivo y los usos terciarios que plantea [...] es una cuestión importante que puede condicionar la viabilidad ambiental de estas actuaciones. El citado decreto 121/2015, de 30 de junio, identifica la transformación urbana del entorno del humedal como la presión más importante para la conservación de Salburua. Además de la limitación que supone la escasez de hábitat natural, los usos urbanos conllevan otras presiones sobre la fauna que pueden provocar deserciones, desorientación de migrantes nocturnos, aumento de las tasas de depredación nocturna, etc., entre otras presiones ligadas al uso público”.
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