El metro de Bilbao recaudó 1.140.810,62 euros de más entre los usuarios que viajaron entre el 1 y el 13 de julio de este año. Por un retraso en la tramitación interna, que no se ha producido en ningún otro medio de transporte público, durante esos días no se aplicaron los descuentos del 50% que llevan en marcha desde septiembre de 2022 para combatir la inflación y reducir el uso del vehículo privado y que están cofinanciados por el Estado, el Gobierno vasco y los titulares de los operadores concretos. Aquellas fechas coincidieron con dos eventos muy relevantes en la ciudad, la salida del Tour de Francia y el BBK Live. Las Juntas Generales ya han aprobado una resolución para que los afectados se vean resarcidos.
La cifra consta en un informe remitido al Parlamento por el consejero de Planificación Territorial, Vivienda y Transportes, Iñaki Arriola, en respuesta a una pregunta del representante de EH Bildu Unai Fernández de Betoño. Según el desglose de los datos, el grueso de ese dinero cobrado de más (969.202,89 euros) corresponde a viajeros que cancelaron su billete con la tarjeta Barik o con el resto de títulos compatibles, como la Bat alavesa o la Mugi guipuzcoana. En total, fueron 322.047 personas que hicieron 1.884.212 viajes, a tenor de la estadística. Una buena parte de la recaudación (el 71,5%) corresponde con tarjetas anónimas, las más comunes, mientras que en el resto se tienen los datos identificativos.
Sin embargo, se recaudaron también en exceso 86.592,78 euros por 413.401 viajes de 82.765 personas con tarjetas Gizatrans (tarifa social) o Hirukotrans (la de las familias numerosas). Asimismo, se vendieron 4.092 unidades de los bonos multiviaje Bidai 50 y 70, con esos usos disponibles en un mes, de sus variantes para jóvenes y de las modalidades Oro estándar y juvenil, con viajes ilimitados en el mes. Aquí se estima en otros 85.014,95 euros el sobrecoste abonado por los pasajeros que pasaron por las taquillas o máquinas expendedoras.
¿Por qué se pararon los descuentos? Le medida se creó el 1 de septiembre de 2022, se prorrogó el 1 de enero de 2023 y de nuevo el 1 de julio hasta, en principio, final de año. El Consorcio de Transportes de Bizkaia (CTB) alegó que la normativa interna le obligaba a dar 30 días de exposición pública ante cualquier cambio tarifarios y, como se hizo tarde, no pudo acordar la prórroga hasta el 12 de julio. No ocurrió ni en Bilbobus ni en Bizkaibus, como tampoco en Álava y en Gipuzkoa. No se niega que no se actuó con la debida diligencia.
A finales de septiembre, en el primer pleno de la nueva legislatura foral, las Juntas Generales aprobaron por unanimidad una propuesta también de EH Bildu y en cuya redacción participaron después los partidos del Gobierno, PNV y PSE-EE, para compensar la falta de descuentos en esa primera parte de julio. Al menos, se conjuraron para llegar a la “mayor parte” de los afectados. Raúl Méndez, de coalición abertzale, verbalizó su “ilusión” por el hecho de que todos los partidos estrenaran el nuevo cuatrienio con un pleno consenso en torno a una medida que va a beneficiar a “miles” de familias.