La migración y la diversidad funcional juntas en una obra de teatro: “A veces un colectivo minoritario discrimina a otro”

Cuando Marian Andrés estaba de camino a la comunidad de aprendizaje sobre interculturalidad y creatividad del centro cultural y de innovación de Bilbao BBK Kuna le dijo a su asistente: “A ver cuántas piruletas me ofrecen hoy”. Al ser una persona con diversidad funcional, tener dificultades a la hora de hablar y estar en silla de ruedas, está acostumbrada a que los desconocidos le traten con paternalismo y le infantilicen regalándole caramelos, dándole abrazos o hablándole como si fuera una niña pequeña. “No hubo caramelos, pero sí que hablaron de 'discapacitados', un concepto que en mi opinión nadie debería usar. Yo no soy discapacitada, soy una persona con capacidades diferentes, pero igual que el resto, no soy menos capaz”, asevera.

Sara Arboleda pensó que al llegar a la comunidad tendría que contar que es una mujer migrante y todas las discriminaciones que había sufrido por ello. “Ya venía con mi rollo preparado. Esta sociedad nos discrimina por ser mujeres y más por ser migrantes. Creía que aquí hablaríamos de eso, que me encontraría con otras personas migrantes y hablaríamos de nuestras tierras y de lo que supone migrar. Lo que no esperaba es darme cuenta de que de la misma forma que me habían discriminado a mí, yo también he llegado a discriminar a personas como Marian. A veces un colectivo minoritario puede, aunque sea sin querer, discriminar a otro. Esta comunidad me ha cambiado completamente la mirada, he tenido que deconstruirme y aprender a escuchar a personas diferentes a mí”, confiesa Sara, bailarina que buscaba en la comunidad una forma de conectar con gente a través de su arte.

El objetivo de la comunidad es justo ese, que las personas como Marian y como Sara se encuentren, se conozcan, interactúen y sean capaces de dar rienda suelta a su creatividad para crear algo juntas. Así ha nacido 'La ciudad soñada', una obra de teatro creada por los 15 integrantes que forman parte de la comunidad de aprendizaje de BBK Kuna. La obra incluye baile, canciones y poemas. En ella cada participante aporta su granito de creatividad. “Al principio era un caos. Cada una llegó con una idea distinta, una forma de vida diferente. Y ponerlo todo en común ha sido verdaderamente difícil, aunque de todo ese caos, de ese desorden, ha salido algo precioso”, explica el actor y dramaturgo Cruz Noguera, dinamizador del proyecto, que además de la obra teatral cuenta con un cuaderno de bitácora en el que han recogido a través de comentarios y fotos cada una de las más de 20 sesiones que han tenido para hacer realidad el proyecto.

La comunidad ha sido un proceso de empoderamiento para las mujeres que estamos encerradas en lo privado

“La comunidad ha sido un proceso de empoderamiento para las mujeres que estamos encerradas en lo privado. Se ha creado una red de apoyo mutuo en el que todas nos ayudamos y es algo muy bonito. Gracias a ello nos hemos dado cuenta de que las personas que pertenecemos a grupos minoritarios poco a poco estamos saliendo de nuestra zona de confort y se nos está empezando a escuchar”, reconoce Marian, que no pierde la sonrisa y busca, a través de su parte de la historia en 'La ciudad soñada', quitar el “drama”. “Me di cuenta de que tampoco podía haber tanto drama en la historia, tenía que tener un poco de humor. Tenemos que decir lo que sentimos y que se nos escuche, pero no queremos dar pena. La clave va a ser que la obra va a provocar en el público muchas emociones”, sostiene.

Al igual que Sara, Malvina Cruz también es una mujer migrante que esperaba encontrarse con personas con una historia similar a la suya. Malvina es poeta y no dudó en formar parte del proyecto, abierto a todas las personas que tengan interés en la cultura. “Al hablar de interculturalidad y de diversidad pensaba que hablaríamos de inclusión, pero me vino a la cabeza las personas migrantes o LGTBI+, no pensé en las personas con diversidad funcional. Pertenecen a un grupo de personas invisibilizadas. Mientras el resto de grupo minoritarios estamos siendo poco a poco más aceptados en la sociedad, las personas con capacidades diferentes siguen igual. Con esta comunidad hemos logrado romper ese estigma y lograr entender y mantener conversaciones con personas como Marian y los demás”, detalla.

Mientras el resto de grupo minoritarios estamos siendo poco a poco más aceptados en la sociedad, las personas con capacidades diferentes siguen igual

Otra de las personas que ha hecho posible la comunidad de aprendizaje ha sido Begoña Guzman responsable de cultura de Unesco Etxea, que en un principio se encargaba de coordinar la comunidad, pero ha pasado a ser parte “como una más” del diverso grupo que han creado. “Todas ellas son personas diferentes, pero a medida que se han ido conociendo han descubierto que tienen muchas cosas en común. A pesar de ser física o intelectualmente distintas o venir de diferentes lugares muchas de ellas tienen las mismas inquietudes y eso les une. Muchas de las inquietudes tienen que ver con el arte y lo que ha logrado este proyecto es que, aquellas personas que creían que en su vida solo iban a poder ser espectadoras, han pasado a ser protagonistas. Tanto de una obra de teatro como de su propia vida”, detalla.

A la obra de teatro solo le quedan unos últimos retoques. Debe estar lista para poder representarla el próximo 17 de noviembre en la sala BBK de Bilbao en la que, las ahora actrices, contarán al público cómo es su ciudad soñada. “'La ciudad soñada' es aquella en la que todo el mundo puede ser quien quiera. Mis sueños hasta ahora han estado dormidos, pero en esa ciudad yo puedo ser una persona, puedo bailar, cantar, bordar y hacer todo lo que me gusta”, señala Marian. Mientras Sara recalca. “No hemos querido crear una ciudad utópica, queremos ser lo más fieles a la realidad posible, pero crear una realidad que pueda existir en el futuro. 'La ciudad soñada' es un mundo en el que todas las personas, sin importar sus diferencias, estén unidas a través de la cultura”, concluye.