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'Mujeres tras las rejas', la exposición de 'arteterapia' de las presas de Martutene: “Necesitamos que nos escuchen”

Dibujos realizados por Marta, una de las internas de la cárcel de Martutene

Maialen Ferreira

Donostia —
30 de diciembre de 2023 21:46 h

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“Nunca sentiré un dolor más fuerte del que se siente cuando eres consciente de que estás haciendo daño a tu propia gente”. Con letra rosa Marta colorea mensajes que lleva tiempo sintiendo dentro, pero que hasta ahora no ha tenido la oportunidad de plasmar en un folio. Pinta una jeringuilla roja junto al mensaje “la pena por la vena” y dibuja sangre. Dibuja una pecera y una mujer dentro del agua con el título 'Presa' junto a un mar con peces de colores y el título 'Libre'. A Marta, cuyo nombre real es otro, le gusta dibujar y sabe hacerlo, pero dentro de la cárcel no ha podido demostrar su talento hasta que comenzó en el taller de arteterapia creado por Maddi Goikoetxea y Sara Galán en Martutene. Marta está presa, como la mujer dentro de la pecera que dibuja, aunque consigue sentirse más libre cuando Goikoetxea y Galán visitan la cárcel, una o dos veces por semana desde el pasado septiembre.

Ana, quien también tiene otro nombre, se dibuja a sí misma junto a sus hijos, a los que dibuja más grandes que a ella misma. Están debajo de un árbol y llueve. A lo lejos, se ve el sol. Junto al dibujo, el siguiente mensaje: “Yo estoy rota, yo soy marrón, yo soy grande cuando estoy junto a mis hijos”. “Para nosotras las internas realizar este tipo de talleres es muy especial. Muchas de nosotras desconocíamos el arte y nos ha servido como terapia. Cada semana esperamos con ansias el momento del taller porque podemos hablar sin que nos castiguen. Las internas necesitamos que nos escuchen”, explica a este periódico Ana a través del teléfono.

Ana describe la cárcel como “un castigo de niños pequeños”. “La falta de libertad es lo más triste que hay. Todo está lleno de normativas y restricciones. Nos tratan como si fuéramos niñas pequeñas. Nos castigan por todo. Poco a poco podemos ir consiguiendo permisos para que nuestras familias nos visiten, pero la separación es muy dura, sobre todo cuando eres madre, como yo. Poder tener un espacio en el que expresarnos, conocernos a nosotras mismas y ser escuchadas es muchísimo”, sostiene la mujer, que entró en Martutene con una condena de 40 días por lo que ella describe como “un delito leve”.

Las obras de Marta, Ana y el resto de presas que han participado en el taller se exponen en centro cultural Loiola de Donostia, ubicado a un kilómetro de la propia cárcel, que tiene fecha de caducidad ya que se prevé la apertura en 2024 de un nuevo recinto en Zubieta. “Desde el primer momento, la acogida que tuvimos en la cárcel fue muy buena. Tenían mucha curiosidad e ilusión. Para ellas ha sido una oportunidad de expresarse y de decir, a través del arte, lo que no pueden decir en voz alta”, explica Goikoetxea en la sala en la que exponen dibujos, collages y figuras de arcilla creadas por las internas de Martutene. Al fondo, se oye un audio de una de las sesiones en las que una de las presas dice una y otra vez “estamos olvidadas en el sistema”.

Durante las sesiones de arteterapia, Goikoetxea y Galán han sido testigos del dolor y la angustia de las mujeres dentro de la cárcel, pero también de la esperanza por su vida una vez que salgan. “Muchas de las mujeres tienen delitos leves, son jóvenes y madres de menores o de niños muy pequeños. La separación con sus hijos es un drama, por eso hay tantos dibujos de niños. Nuestro objetivo ha sido darles un medio para que se expresen, muchas de ellas nos han confesado que después de las sesiones han sentido alivio”, recuerda Galán.

Martutene cuenta desde 2022 con una zona para presas madres de menores de hasta 3 años. Sin embargo, tanto las presas como las creadoras del taller sostienen que la cárcel “no está preparada para la maternidad”. “Muchas de las cárceles no están bien acondicionadas para la maternidad. En el taller no se ha dado el caso de que haya participado alguna madre con su bebé, pero sí que hemos visto el drama de la separación. A casi todas lo que más les duele y les condiciona es el estar separadas de sus hijos e hijas. Es uno de los temas recurrentes en la exposición. Queríamos generar un espacio seguro para que puedan expresar todo eso que sienten”, explica Goikoetxea.

“Algunas tienen la incertidumbre de qué pasará cuando salgan fuera. Saben que están en Martutene por unos hechos, pero no saben qué pasará después. Piensan que igual lo que se encuentran en la calle no es lo que tenían. Hay una incertidumbre y miedo, pero también hay resiliencia. Cada día se sienten diferentes y el resultado de las obras a veces es de rebeldía y otras es más conciliador. Cada obra tiene una historia detrás”, detalla Galán.

Según las organizadoras de la arteterapia, que se han centrado en las mujeres de la cárcel de Martutene para mostrar desde una perspectiva de género “la violencia que se duplica por el hecho de haber nacido mujeres, exponiéndolas a un grave riesgo de padecer violencia psicológica, física y sexual”, la exposición “no tiene la capacidad de mostrar todo lo trabajado durante el proceso”. “Pretendemos que sea una representación simbólica de lo que ha supuesto la experiencia. Esperamos que los dibujos, figuras y audios acerquen al público al día a día de las presas, a descubrir sus historias, anhelos y esperanzas”, concluyen.

Cuando se publique este artículo las sesiones de arteterapia con mujeres internas de la cárcel de Martutene habrán terminado. La última sesión se produjo el jueves, 28 de diciembre, un día después de la elaboración de las entrevistas. Las terapeutas planteaban realizar en esa última sesión una especie de despedida, pero reconocen que, tras la Navidad, época muchas veces complicada para las personas que se encuentran en privación de la libertad, no saben cómo se iban a encontrar a las mujeres. Tampoco saben si el taller va a poder seguir realizándose, puesto que forma parte de un proyecto artístico que comenzó el septiembre pasado y finaliza en diciembre. Desconocen si durante las horas a la semana que impartían el taller las mujeres realizarán otra actividad creativa dentro de la cárcel.

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