Nerea Kortajarena, EH Bildu: “Nuestro compromiso con la reparación de todas las víctimas es incuestionable”

Iker Rioja Andueza

Donostia —
17 de abril de 2024 21:45 h

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Nerea Kortajarena Ibáñez (Donostia, 1974) ha sido la jefa de la oposición en la recta final de la última legislatura vasca. Sustituyó a Maddalen Iriarte como portavoz de EH Bildu en el Parlamento Vasco y ha ido ganando en peso político con sus 'cara a cara' con el lehendakari, Iñigo Urkullu. Pero no es la candidata de la coalición. Es la cabeza de lista por Gipuzkoa y sustituye a Pello Otxandiano en algunos debates y entrevistas. Cita a este periódico en la sede central de la formación en Donostia, donde ya está todo listo para el 21 de abril.

Kortajarena es optimista con las expectativas de EH Bildu y ve posible la victoria, al tiempo que lamenta que sus rivales peneuvistas recurran a vídeos de vacas y al voto del miedo para frenarles. Insiste “desde el cariño” en que los votantes potenciales de Sumar y Elkarrekin Podemos Alianza Verde les apoyen por ser la opción con más posibilidades de derrotar al PNV. Avisa también de que si nacionalistas y socialistas pactan con el PP para que no gobiernen cometerán un error. “No se pueden poner puertas al campo”, ironiza. Según EH Bildu, Osakidetza, la vivienda o la falta de políticas contra la corrupción son problemas acuciantes de la sociedad vasca. Creen que la vuelta de ETA a la agenda política responde al deseo de no querer hablar de esos problemas acuciantes y recalcan que es “incuestionable” su compromiso con las víctimas. EH Bildu no renuncia a la independencia pero admite que busca un acuerdo “en Madrid” aprovechando la “oportunidad” que implica tener a Pedro Sánchez en La Moncloa.

¿Por qué el candidato, Pello Otxandiano, no ha querido conceder una entrevista a este periódico?

La verdad es que yo no gestiono ese tipo de cosas. No lo sé, la verdad. No le puedo contestar a eso. Pero entiendo que yo también represento a la candidatura y que seguramente elDiario.es no tiene ningún problema en entrevistarme a mí.

Empecemos: ¿van a ganar las elecciones?

Veremos lo que pasa el domingo. En este momento, todas las tendencias indican que hay una opción real de que se pueda dar esa situación. Vemos con mucha tranquilidad las encuestas. Y con mucha humildad política. Para mí, lo que están demostrando es que esa opción de cambio es real. Pueblo a pueblo estamos viendo mucha ilusión, muchas ganas, gente que está muy emocionada. Es un momento muy ilusionante para nosotras. Creo que las cosas van a cambiar. De hecho, ya están cambiando. Estamos muy tranquilas y veremos lo que pasa el domingo.

¿El objetivo es ganar al PNV en escaños o también en votos?

No nos hemos marcado objetivos en ese sentido. Ya hemos dicho en esta campaña en numerosas ocasiones que entendemos que estamos en un ciclo nuevo y que las lecturas políticas también tienen que ser nuevas. Estamos viviendo un momento ilusionante y no porque a EH Bildu le vaya mejor o peor, sino porque entendemos que este país, que esta parte del país, afronta unos retos muy importantes y que necesita empezar a hacer las cosas de otra manera. Tenemos problemas que ya son indisimulables y que requieren de una solución. La ciudadanía nos lo está demandando. Más allá de los resultados que pueda tener EH Bildu, lo importante es que podamos poner en el centro una agenda de país y que las cosas empiecen a cambiar.

Es un momento muy ilusionante para nosotras. Creo que las cosas van a cambiar. De hecho, ya están cambiando

Pero entenderá que es importante el resultado porque el PNV siempre ha ganado en votos y, salvo en una ocasión, también en escaños en todas y cada una de las autonómicas.

Sí, claro. Los resultados siempre son importantes. Pero estamos muy tranquilas. Evidentemente, EH Bildu se presenta para ganar las elecciones y, además, con vocación de gobernar. Lo que nos sitúe más cerca de todo eso serán, para nosotras, los mejores resultados.

El PNV suele decir que EH Bildu no le ha quitado votantes, sino que quienes ya no le apoyan se refugian en la abstención, que hay que movilizarlos. ¿A EH Bildu le interesa, como insinúa el PNV, una participación baja?

Para nada. Queremos que la ciudadanía se manifieste. EH Bildu es cada vez más una referencia. Nosotras seguimos trabajando y nos gustaría que la gente participara, porque eso querrá decir que hay un interés y una adhesión en un momento muy importante para ello.

El PNV está apelando al voto del miedo. Está recordando la gestión de ustedes en Gipuzkoa de 2011 a 2015.

No es un momento para trasladar miedo. Ya tenemos bastantes situaciones encima, como la crisis que se está dando en Osakidetza, la carestía de la vida, los problemas de nuestros hijos e hijas para emanciparse… Vamos a afrontar grandes retos y eso genera cierta incertidumbre entre la gente. Y no creo que la función de los políticos y las políticas sea añadir a eso más miedo y más incertidumbre. Nos toca ofrecer nuevas soluciones. Nos toca ofrecer esperanza. Nosotras ofrecemos propuestas concretas para cuestiones concretas. Hay formas diferentes de entender la política.

Supongo que habrán visto los vídeos y actos del PNV con metáforas de vacas enfurruñadas o yogures. ¿Cómo lo analizan?

Cuando entré en EH Bildu, le escuché decir a Arnaldo Otegi que al adversario político siempre se le respeta. Hicimos un llamamiento al inicio de la campaña para abordarla desde el respeto, intentando hacer un debate serio y elevando un poco el nivel. En eso nos hemos mantenido durante todo este tiempo. La gente tiene preocupación por lo que está pasando en Osakidetza o por la vivienda. Creo que se merecen respuestas. Ese tipo de política de vacas y demás no me interesa demasiado. En los días que quedan de campaña, es momento de elevar el nivel de debate político y de tratar todo desde el respeto.

Que EH Bildu crece es incuestionable. ¿Cómo explicaría que es más que lo que era antes la izquierda abertzale tradicional?

Obedece, en primer lugar, a estar acertando en la lectura de los momentos políticos. Esa lectura, además, incluye una mirada a largo de lo que viene, de las grandes transformaciones. Ahí estamos acertando. Y creo que estamos acertando también en ofrecer esas respuestas que nos está pidiendo la ciudadanía. La ciudadanía ve cómo trabajamos, cuál es nuestro proyecto, cómo entendemos la política en los ayuntamientos, por ejemplo. Sólo en Gipuzkoa son 51 municipios en los que gobernamos. Ven que hay personas que, dejando quizás de lado sus zonas de confort, asumen responsabilidades y hacen política de cercanía. Hay cada vez más gente que se siente identificada con esa forma de hacer política. Hoy en día, EH Bildu es vista como una fuerza política que tiene capacidad para gobernar.

El crecimiento de EH Bildu obedece, en primer lugar, a que estamos acertando en la lectura de los momentos políticos

¿Qué queda de Eusko Alkartasuna, de Alternatiba y de Aralar dentro de EH Bildu?

Evidentemente, quedan las aportaciones que las diferentes culturas políticas hacen al proyecto. Siempre hemos dicho que EH Bildu se constituye desde las diferentes miradas que aporta cada uno, las de los que vienen de los diferentes partidos políticos o las de todas aquellas personas que nos hemos encontrado aquí sin venir de ninguno de ellos. EH Bildu es cada vez más un punto de encuentro de gente que quiere que las cosas se hagan de manera diferente y que quiere dar a este país su lugar en el mundo y su lugar en el futuro. Somos un punto de encuentro.

Según las encuestas, son la formación con más penetración entre los jóvenes.

Parece que sí. Diría también que hay muchos jóvenes que están participando de la elaboración del proyecto de EH Bildu. Jóvenes y las que no somos tan jóvenes estamos compartiendo de manera intergeneracional algunas preocupaciones. Las que no somos tan jóvenes tenemos hijos e hijas de esa edad y nos preocupa su futuro. Hacemos políticas emancipadoras, políticas de buen vivir, políticas en las que buscamos que se puedan desarrollar proyectos de vida dignos.

¿Les preocupan esos grupos que están apareciendo entre los jóvenes como GKS y otras escisiones?

Cada uno defiende lo que a cada uno le parece. No nos preocupa, la verdad. En absoluto.

¿Para ganar las elecciones hay que renunciar a la independencia?

Somos un una fuerza política independentista. Lo decimos abiertamente. Nunca vamos a renunciar a eso. Otra cosa es que el proceso de independencia tenga diferentes fases. Pero nosotras no vamos a renunciar jamás a ese objetivo independentista.

En el programa se habla de un modelo “confederal” de relación con el Estado. No se plantea tampoco un referéndum unilateral.

Es un momento muy importante. Los últimos cuatro años han sido muy pedagógicos para entender que necesitamos más soberanía. Situaciones como las vinculadas a la pandemia han mostrado lo limitados que estamos. Durante los últimos años, se ha dado un proceso de constante recentralización. Recordará cómo el propio Gobierno de Iñigo Urkullu sacó ese libro sobre la “erosión silenciosa”… Teniendo en cuenta cuáles son los grandes retos y los problemas que tenemos, resulta fundamental abordar el tema de la soberanía. Necesitamos contar con los instrumentos y las herramientas jurídicas y políticas que nos permitan tomar las decisiones. Está muy vinculado a cosas sencillas. A poder decidir aquí el número de médicos que necesitamos. O el poder establecer un salario mínimo interprofesional acorde a nuestra realidad socioeconómica. Es importante abordar la cuestión de la soberanía. Además, entendemos que éste es un momento en el que también en el Estado se está abriendo una ventana de oportunidad. Aquí, hace dos legislaturas, se consiguió un acuerdo de bases y principios en la ponencia de auto autogobierno. Se consiguió entre el PNV y EH Bildu y también en una parte con la izquierda confederal, en ese momento de Elkarrekin Podemos. Ésa puede ser una buena base para que podamos arrancar el inicio de la legislatura y para que, después, se pueda ir a Madrid. Ese acuerdo ha estado demasiado tiempo en un cajón. Es el momento de sacarlo porque los tiempos así lo requieren y porque se está dando esa ventana de oportunidad del Estado.

Somos un una fuerza política independentista. Lo decimos abiertamente. Nunca vamos a renunciar a eso. Otra cosa es que el proceso de independencia tenga diferentes fases

Que EH Bildu diga que hay que ir a Madrid con un acuerdo ya es una novedad.

A mí no me parece ninguna novedad. Nos podemos organizar aquí y, ahora, en este momento, hay una ventana de oportunidad en el Estado.

¿Qué representa España, su bandera y sus gentes para EH Bildu?

Representa un Estado que no reconoce a nuestra nación. Y su bandera… pues lo mismo. Como decía, ahora parece que se abre una ventana de oportunidad con la que podemos tener un camino para el reconocimiento que debemos tener.

Es posible que EH Bildu gane las elecciones, pero no parece tan probable que pueda gobernar.

Ya veremos qué ocurre. Creo que las cosas están cambiando. Y diría que están cambiando rápido. Más rápido de lo que seguramente mucha gente pensaba o querría.  En este momento de cambio de ciclo también tenemos que empezar a entender las políticas de alianzas y la gobernabilidad en otros términos. Necesitamos Gobiernos con propósito. EH Bildu está absolutamente convencida de que la ciudadanía va a votar políticas más igualitarias y más progresistas. Y que va a votar también a favor de políticas más soberanistas, más abertzales. Ese mandato que nos haga la ciudadanía tiene que ser respondido por el nuevo Parlamento.

Lo importante a partir del 21 de abril es que hablemos de cómo recogemos ese mandato de ciudadanía y lo convertimos en una agenda de país. Para nosotras, la referencia es lo que está pasando en Iruñea o lo que está pasando en Nafarroa. Allí, dejando de lado a las derechas más reaccionarias, el resto de fuerzas políticas estamos siendo capaces de colaborar y de poner en marcha una forma de gobernanza mucho más cooperativa. Estamos poniendo en el centro agendas de transformación. Es un modelo que genera ilusión, que genera adhesión y que genera esperanza. Ésa es nuestra opción y así lo hemos manifestado abiertamente.

¿Eso implica también una coalición con el PNV, por ejemplo?

Creo que hay que analizar bien ese mandato que nos haga la ciudadanía. Desde ahí, con todas las fuerzas políticas quitando a las derechas, hay que pensar cómo vamos a dar respuesta. Lo que planteamos es que hay que hablar con todas las fuerzas políticas, dejando de lado a las derechas más reaccionarias, insisto. Lo que necesitamos es un Gobierno con propósito, que tenga una agenda de país y transformadora. Si estamos diciendo que en el siglo XXI no sirven las políticas ni las soluciones del siglo XX, también en materia de alianzas tenemos que empezar a pensar más allá de lo que son intereses más cortoplacistas y de los partidos.

Pero, si no hay mayorías absolutas, es incuestionable que hay que llegar a acuerdos. ¿Con quién quieren acuerdos? ¿Con el PNV? ¿Una coalición con el PNV es un modelo satisfactorio para EH Bildu?

Lo que es satisfactorio para EH Bildu es que hablemos de cómo cumplir el mandato que nos hace la ciudadanía. El mandato va a ser claro: políticas más progresistas, más igualitarias y más soberanistas y abertzales. Eso tiene que tener un reflejo en la gobernabilidad. Hasta ahora hemos tenido alianzas que son más reactivas y que responden más a los intereses cortoplacistas y de los partidos. En ese diálogo tienen que participar el resto de partidos, quitando a las derechas más reaccionarias.

¿Siguen creyendo que tiene que dejarse gobernar a la lista más votada?

Estamos en una mayoría parlamentaria.

Hablemos ahora del PSE-EE. Dicen que no van a pactar con ustedes por motivos “éticos”. Esta misma semana les han calificado de “cobardes” por no condenar a ETA.

En campaña se dicen muchas cosas. Voy a ser absolutamente respetuosa en ese sentido. Si la campaña se ha caracterizado por algo, ha sido porque estábamos hablando de Osakidetza, de vivienda, de emancipación, de la recuperación de la política industrial y de las cosas que realmente están preocupando a la ciudadanía. Es bastante curioso que, diez años después de que ETA desapareciera de la ecuación política, se esté sacando este tema. Obedece más a la falta de propuestas y a no querer hablar de los problemas que tenemos.

Si el PSE-EE fuera como el PSN o como el PSOE, ¿todo sería más sencillo?

Tanto en Madrid como en Nafarroa se están abriendo posibilidades de gobernanza que están permitiendo desarrollar agendas muy interesantes de transformación y que además son muy ilusionantes para la ciudadanía, ¿no? Hay que preguntarse por qué lo que allí es posible no lo es aquí.

¿Y por qué?

No lo sé. No lo sé. Tendrán que contestarlo los demás. Son modelos de cooperación. En Nafarroa, más allá del PSN, están participando todas demás fuerzas políticas. EH Bildu, desde luego, deja muy claro su modelo. Los demás tendrán que explicar cuál es el suyo.

Es bastante curioso que, diez años después de que ETA desapareciera de la ecuación política, se esté sacando este tema. Obedece más a la falta de propuestas y a no querer hablar de los problemas que tenemos

Volviendo al tema de ETA, EH Bildu participa con normalidad en homenajes a las víctimas. ¿Por qué no utiliza entonces la terminología que le piden esas mismas víctimas?

Creo que el compromiso de EH Bildu con la reparación y con el reconocimiento de las víctimas de todas las víctimas, es absolutamente incuestionable. Es incuestionable. Los hechos lo avalan y la ciudadanía lo sabe y lo reconoce. Eso es lo verdaderamente importante.

¿Y no sería más sencillo usar para ETA la misma terminología que sí emplean con el terrorismo del GAL, por ejemplo?

Tenemos que ir a debates más allá de lo terminológico. Es un momento de construir futuro. Como ya he dicho, el compromiso de EH Bildu es absolutamente incuestionable. Es incuestionable. Y la ciudadanía lo sabe y lo reconoce. Estamos absolutamente comprometidas con la construcción de un futuro en paz y convivencia. Así vamos a seguir. Lo vamos a seguir haciendo en todo momento. Se va a encontrar a EH Bildu en todos los intentos constructivos.

¿Ven probable que el PP se sume a fórmulas que impidan gobernar a EH Bildu? Están los precedentes de Vitoria, Durango o Gipuzkoa, donde EH Bildu fue la forza más votada y el PP facilitó las alianzas entre el PNV y el PSE.

Lo ha dicho abiertamente. Han dicho que iban a hacerlo y que no va a ser gratis. Cada uno tendrá que ver si participa de ese tipo de cuestiones y si se van a repetir errores como los que se cometieron en Gipuzkoa. No es inocuo ofrecer un protagonismo a la derecha reaccionaria. Es un protagonismo que no le corresponde y que la ciudadanía no le ha dado. No se pueden repetir errores y aceptar esos votos para mantenerse en el poder. Estamos en otro momento. El nuevo ciclo requiere nuevas alianzas. Los partidos que han participado de la situación de Gipuzkoa deberían pensar que no se puede poner barreras al campo. No se puede hacer política excluyendo a la primera fuerza.

Antes mencionaba que esto es un sistema parlamentario. Lo que se ha conformado en las Juntas Generales de Gipuzkoa es una mayoría alternativa.

Sí. Y con el PP. Repito que no es inocuo hacer protagonista al PP.

Si se diera la circunstancia de que ese modelo de Gipuzkoa se repitiera en el Parlamento Vasco. ¿Dentro de cuatro años el cambio de ciclo ya sería imparable?

Estoy absolutamente convencida de que sí. No se le pueden poner puertas al campo. No se puede hacer política de espaldas a lo que nos pide la ciudadanía, a los deseos de la ciudadanía. No se puede.

El nuevo ciclo requiere nuevas alianzas, no se puede hacer política excluyendo a la primera fuerza

Osakidetza está siendo uno de los grandes temas de estas elecciones. ¿Creen que el PNV está perdiendo las elecciones en la sala de espera de los ambulatorios?

Osakidetza representa una forma de entender la política y de entender los servicios públicos. Es el ejemplo más claro de cómo un buen servicio público entra en declive por las decisiones políticas adoptadas. Ahí están las privatizaciones. Ahí está la falta de planificación, porque se sabía que se iban a jubilar un montón de médicos y no se ha hecho absolutamente nada. Estamos con unos niveles de inversión muy inferiores a los países europeos de referencia. Osakidetza se ha puesto en manos de malos gestores. Para nosotras, desde luego, es una prioridad poner en pie Osakidetza. Va a hacer falta que se haga un diagnóstico honesto y eso implica que va a ser incómodo para los que están o han estado en el Gobierno. Implica también asumir responsabilidades políticas que corresponden al PNV y al PSE-EE. Aunque ahora se quejan, los socialistas han estado sentados en el mismo Consejo de Gobierno y, una de dos, o no se han enterado de lo que estaba pasando o no han tenido capacidad de influir.

Si el PNV dice que no hay médicos y que no puede encontrarlos, ¿de dónde los va a sacar EH Bildu para reforzar la plantilla?

El PNV dice que no hay médicos… pero la realidad es que en la privada sí que los hay. En vez de buscar ese tipo de excusas, que las hemos oído de manera reiterada, hay que ponerse a currar, a poner en pie Osakidetza. Hay que ofrecer unas condiciones de trabajo en Osakidetza que realmente resulten atractivas y hagan que la gente no se vaya. Uno de los grandes problemas que ha tenido Osakidetza ha sido el de las políticas de contratación. El nivel de temporalidad con que se encuentran los profesionales de Osakidetza es brutal. Ustedes han hecho un seguimiento muy cercano de los datos. Aquí los profesionales han vivido situaciones como las de tener que presentarse a unas oposiciones sin que haya se haya resuelto la anterior. Hay que empezar a hacer atractivos esos puestos de trabajo y a incrementar las plantillas en la Sanidad pública.

En el documento sobre Osakidetza que han presentado para la campaña se habla también del problema del “amiguismo”. En el Parlamento también han denunciado la existencia de “corrupción”. ¿Es un problema real en Euskadi?

El ‘caso De Miguel’ ha sido uno de los casos más notorios en este sentido. Han mantenido en la Admnistración a los implicados hasta que se han hecho efectivas las sentencias. Esas cosas demuestran cierta falta de rotundidad. Y ha habido más casos. Me llama poderosamente la atención que, tras una legislatura como ésta en la que ha habido una producción legislativa brutal, se haya terminado casualmente sin que la ley de Transparencia haya visto la luz. O que se haya seguido votando en contra de poner aquí una Oficina Anticorrupción. En la próxima legislatura, la cuestión de la transparencia tiene que ser un elemento central también de las políticas públicas en Araba, Gipuzkoa y Bizkaia.

En los últimos días se están lanzando descaradamente a por los votos de Sumar y de Elkarrekin Podemos Alianza Verde.

Hemos puesto de manifiesto que estamos comprometidas con representar a todas esas personas que entienden que es necesario un cambio. La opción real que tiene verdaderamente opciones de sumar es EH Bildu en este momento. Ese es el llamamiento que hacemos. Lo hacemos humildemente y desde el cariño.

Pero puede que haya votantes que, por ejemplo, vean que EH Bildu no cuestiona la existencia de la educación concertada.

Claro. Cada uno puede hacer las interpretaciones que desee en relación a las propuestas y decidir en función de eso. Nosotros tenemos un compromiso con la escuela pública que también es incuestionable. No es una opción quedarnos como estamos ahora. Llegamos a un acuerdo en el pacto educativo en el que se formuló un Servicio Vasco de Educación en el que estábamos todos menos las derechas. Después, en el desarrollo de la ley, vimos que no se concretaban lo suficiente las condiciones que deberían cumplir los centros para ser entendidos como un servicio público. O qué pasaba si no se cumplían esas condiciones. Eso fue uno de los motivos por los que votamos en contra de la reforma educativa. Pero nuestro compromiso con la escuela pública también es clarísimo.

¿Una ikastola privada es un servicio público?

Si cumple los requisitos que establecimos en ese Servicio Vasco de Educación… Pero esos requisitos no quedaron detallados en la ley. El pacto educativo no se ha desarrollado en espíritu y en letra conforme a lo que se había acordado.

¿Han sido segregadoras las ikastolas?

Hay un problema de segregación en la educación de Araba, Gipuzkoa y Bizkaia. Es incuestionable. Es otro de los elementos que también EH Bildu puso encima de la mesa cuando se abordó el pacto educativo. Para nosotras tiene mucha importancia. Y también en el programa tenemos recogido todo el desarrollo del plan de contra la segregación escolar.

¿No supone una contradicción interna demandar la publificación en Osakidetza –ambulancias, cocinas y un montón de ámbitos– y no poner tan en cuestión que el 50% del alumnado esté en centros de titularidad privada?

No apoyamos la segregación ni la concertación universal. Si nos remitimos a lo que antes le estaba diciendo, con el Servicio Vasco de Educación teníamos un punto de encuentro para empezar a desbloquear una situación enquistada. No es una solución el seguir manteniendo esa situación del 50-50%.  Vamos a dar pasos hacia un escenario en el que se dé esa convergencia hacia la pública. Pero también entiendo que tiene que haber una definición clara de lo que queremos que sea la escuela pública.

Ha sido la portavoz habitual en materia de renta de garantía de ingresos (RGI) en estas legislaturas. ¿Está cómoda con que la exconsejera socialista Gemma Zabaleta apoye ahora a EH Bildu cuando ella fue la que aplicó reformas y recortes que ustedes también han denunciado con intensidad?

Desde luego, yo me manifesté claramente en contra de esos recortes. No tengo ningún problema en repetirlo. En ese momento estaba trabajando en una entidad que trabaja con personas perceptoras de la RGI. También desde que estoy en EH Bildu he trabajado para que esos recortes se terminen y para que pueda haber una RGI que responda a los nuevos tiempos y garantice vidas dignas. Me he encontrado en EH Bildu con Gemma Zabaleta y también he encontrado que tengo muchos puntos de encuentro con ella, sobre todo en lo referido a los cuidados. Puede haber momentos de la práctica política en los que estás más de acuerdo o en desacuerdo con algunas cosas que se ponen en marcha. Pero en este momento yo estoy absolutamente encantada de que Gemma Zabaleta esté participando con nosotras en reflexiones en torno a los cuidados o a otros temas vinculados con las políticas sociales. No tenemos por qué estar absolutamente de acuerdo en todo.

Pactó la reforma de la RGI con el PP de Javier Maroto…

Como ya he dicho, no lo comparto y no lo compartí en aquel momento. Han pasado ya bastantes años desde aquello. Cada una ha hecho su recorrido. Ahora, cuando me he encontrado aquí con Gemma Zabaleta, he visto que tengo muchos elementos en común. No, no veo un drama el desacuerdo en algunas cosas. Con respecto a aquella reforma de la RGI, claro que yo no la comparto. He trabajado desde fuera y desde dentro de EH Bildu para revertirla. Pero eso no me genera ningún problema con Gemma Zabaleta.

¿Y está cómoda Alternatiba y Oskar Matute con Javier Madrazo [responsable de Ezker Batua, de la que Alternatiba se escindió] apoyando a EH Bildu?

No lo sé. Se lo tendrá que preguntar a Oskar Matute y a las personas de Alternatiba. Yo ni soy Oskar Matute ni pertenezco a Alternatiba.

Las feministas que estamos acompañando a Otxandiano nos vamos a encargar de que de que ese liderazgo tenga un peso en políticas feministas importantísimo

¿Se pueden hacer políticas feministas con liderazgos masculinos?

Se pueden hacer. Los liderazgos en EH Bildu son bastante compartidos. Si algo es incuestionable es que EH Bildu es un movimiento feminista en el que las mujeres formamos parte de las decisiones que se toman en el día a día. Nosotras tenemos la posibilidad de tomar decisiones y participar de todo. Evidentemente Otxandiano representa y encuerpa lo que es él, que es un hombre. Pero Otxandiano se ha manifestado clarísimamente en este sentido. Él ya ha trasladado que entiende que el futuro pasa por el desarrollo de políticas feministas. Y, desde luego, las feministas que estamos acompañando a Otxandiano nos vamos a encargar de que de que ese liderazgo tenga un peso en políticas feministas importantísimo.

No se conocen los resultados electorales pero es incuestionable que lo que no va a haber es una mujer lehendakari.

Otxandiano, en nuestro caso, tiene todos los requisitos que requiere un líder para este cambio de ciclo. Me siento muy representada por Otxandiano y por el proyecto que tiene. Tras él o, mejor, junto a él, el peso de mujeres feministas en este proyecto es incuestionable. Supongo que el que haya una mujer lehendakari llegará. Lo importante es que cuando esa mujer llegue a ser lehendakari, más allá de ser mujer, sea una feminista que tenga capacidad de implementar políticas feministas.

El PNV les acusa de querer “meter la mano en el bolsillo” de los contribuyentes al plantear retirar las deducciones por compra de vivienda.

Me gusta ser bastante rigurosa. Lo de “meter la mano en el bolsillo”…  Estamos hablando de fiscalidad. La fiscalidad es un elemento esencial en la redistribución de la riqueza. Es esencial para el desarrollo de políticas públicas. Hay que ser un poquito más cuidadosos con respecto a las deducciones. Lo que pedimos es que se tienen que revisar. Pero nadie que ahora esté percibiendo esa deducción o que esté beneficiándose de ella la va a perder. Nadie. Todas las políticas públicas tienen que ser revisadas. Y, por cierto, esto no es una cuestión que se le ocurre a EH Bildu únicamente. Esa revisión estaba ya prevista en el Plan Director de Vivienda del Gobierno vasco.

¿Ven realmente posible una Ertzaintza desarmada o menos armada?

La Ertzaintza, tal como está configurada hoy, no está generando más seguridad entre la ciudadanía. Es necesario abordar con tranquilidad y con serenidad el tema del modelo policial. Es evidente que tenemos un problema. Abogamos por una Policía de cercanía y democrática. Lo que se ha planteado es que pueda haber experiencias piloto en algunas zonas y en colaboración con alcaldes y alcaldesas para experimentar qué pasaría si algunas patrullas van desarmadas. Urge abordar el modelo policial.

elDiario.es/Euskadi

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