'Non dago Mikel?', el documental que retrata cómo vivió la sociedad vasca la desaparición de Mikel Zabalza, víctima de torturas por la Guardia Civil
“Intxaurrondo es el infierno. El efecto de lo siniestro”, lamenta el escritor Ion Arretxe, uno de los protagonistas del documental que fue detenido junto a Zabalza
“No soy una persona que no conocéis de nada, ya llevo unos días con vosotros. ¿No os doy pena? Pues no les da pena (...) Hay algo que hace que no empaticen nada contigo y eso no lo entiendes”, lamenta el escritor Ion Arretxe al describir cómo fue brutalmente torturado en la película 'Non dago Mikel?' –'¿Dónde está Mikel?'–, un documental que narra a través de testimonios e imágenes reales de aquella época los 20 días de desaparición de Mikel Zabalza, el joven que según prueba una grabación que se ha hecho pública este lunes, murió a causa de las torturas que sufrió en el cuartel de la Guardia Civil en Intxaurrondo.
“Primero vas a hablar y luego te mataremos, aquí no se oyen ni los gritos ni los tiros”. Arretxe, ya fallecido, repite delante de la cámara las palabras que escuchó con 21 años cuando le detuvieron y torturaron. “Intxaurrondo es el infierno. El efecto de lo siniestro”, lamenta en el documental. El mismo día que a Arretxe, detuvieron a Zabalza a dos hermanos de éste, Patxi y Aitor, a su pareja Idoia Aierbe y a su primo Manuel Vizcay. Cinco de ellos volverían a casa, el sexto, Mikel Zabalza, desaparecería durante 20 días hasta hallar su cuerpo en el río Bidasoa el 15 de diciembre de 1985.
La versión oficial de la Guardia Civil asegura que el joven, que por aquel entonces tenía 33 años, había escapado durante un supuesto reconocimiento de un zulo en Endarlatsa, Gipuzkoa. Sin embargo, la grabación de una conversación entre el excoronel del CESID Juan Alberto Perote y el capitán de la Guardia Civil Pedro Gómez Nieto prueba que Mikel Zabalza murió tras ser torturado en el cuartel donostiarra de Intxaurrondo. La conversación es parte de la investigación del documental, pero por decisión de sus directores, Miguel Ángel Llamas y Amaia Merino, no aparece en el mismo. Sí que se podrá ver en la webserie 'Galdutako Objektuak', que se publica en Ahotsa.info. 'Galdutako Objektuak' u 'Objetos Perdidos' es el nombre que le han puesto en honor a la madre de Zabalza, que cuando acudió al cuartel de Intxaurrondo a preguntar por su hijo un guardia civil le respondió: “Si lo ha perdido, búsquelo en objetos perdidos”.
Durante del proceso de investigación, Llamas y Merino eran conscientes de la existencia de unos audios que confirmaban la sospecha de que Zabalza murió por torturas, puesto que el diario El Mundo publicó su transcripción. Los audios fueron confiscados al coronel Perote cuando estaba en prisión y uno de ellos acabó en manos de estos periodistas. “Fue la confirmación de lo que mucha gente ya sabía. Los periodistas lo aportan a la causa judicial. Nosotros accedemos al audio y decidimos que de una u otra manera eso se tenía que hacer público y este ha sido el día”, confiesan los directores en una entrevista con elDiario.es/Euskadi.
Seis años y más de 100 horas de grabación no se pueden comprimir en una única película, según señalan, por lo que el 95% restante del contenido que han creado seguirá emitiéndose en capítulos de la webserie. Este martes se publica el séptimo capítulo, en el que se podrán escuchar los audios. “Que un caso de hace más de 35 años vuelva a la actualidad debido a todo nuestro recorrido y los esfuerzos que se han hecho para que eso saliera adelante 'nos llena de orgullo y satisfacción', como diría aquel. Estamos muy contentos porque se vuelve a poner encima de la mesa. Es darle a la familia de Mikel cierta reparación”, señala Llamas, que trata de retratar tras la cámara una sociedad consternada por la tortura que sufrió Zabalza en aquella época, pero que él, años más tarde, también ha sufrido en sus propias carnes cuando le detuvieron en 2011 durante una operación de la Policía Nacional para desarticular la web Apurtu.org. Tras año y medio en prisión, salió en libertad bajo fianza.
La tortura, una práctica que ha ido “evolucionando”
“La tortura no es una práctica que desarrollen los miles de policías que estén en el Estado español o los miles de policías que están destinados en Euskal Herria. La tortura la practican grupos pequeños de policías muy especializados en esas técnicas. Tienen unas técnicas muy sofisticadas y que además a lo largo de la historia han ido evolucionando porque en el año 2010 no se podían permitir lo que se podía permitir en 1980. Aunque sí que es verdad que ha habido excepciones, como Unai Romano. La tortura ha evolucionado mucho y se han dado cuenta de que contando con técnicas psicológicas obtenían unos resultados muchísimo mejores que con la tortura meramente física. Te detienen por la noche en tu casa. Te amenazan. Estás acojonado perdido porque sabes que estás en sus manos y, aunque realmente la tortura física no haya sido salvaje como vemos en las películas, ha llegado un momento en el que ellos te tienen donde quieren y te empiezan a torturar e incidir en el aspecto psicológico. Te llegas a creer que esas personas han sido capaces de detener también a tu madre, que no tiene nada que ver con esta historia, que le han torturado y que le han matado y a Unai Romano eso fue lo que le hicieron creer y ahí fue cuando hizo 'click' y se autolesionó y se intentó suicidar”, admite Llamas al recordar el caso del joven gasteiztarra detenido por la Guardia Civil en 2001.
En el documental se presentan datos como un informe del Gobierno vasco realizado por el equipo del médico forense Paco Etxeberría que cifra en 4.113 los casos de tortura en Araba, Gipuzkoa y Bizkaia entre 1960 y 2014. A pesar de que no se haya realizado un estudio similar en Navarra, tras sus investigaciones, Llamas y Merino confirman que hay más de 1.000 casos de personas torturadas. “Los últimos torturados en Nafarroa son personas que acaban de ganar en Estrasburgo tres denuncias contra el Estado español por no investigar torturas, precisamente esa operación policial la dirigió el que hoy es ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska. Estrasburgo le dice a Marlaska '¿qué pasa, que no investigas la tortura?'. Y eso fue ayer mismo. Y de repente se deja de torturar. ¿Qué pasa?, ¿que los torturadores se han jubilado?, ¿que se han arrepentido de torturar? No. Les han dado la orden de no torturar. Hay una orden de torturar que se activaba y se desactivaba según convenía políticamente. En cualquier momento, porque está vigente la Ley Antiterrorista, pueden volver a tomar la decisión de volver a torturar”, alerta el director.
“En mi caso yo estaba totalmente acojonado. Yo sabía lo que me esperaba, pero realmente tenía pánico a lo que me podían hacer. Te ponen un antifaz para que no puedas ver, no tienes ninguna referencia horaria, estás en un calabozo con una luz encendida todo el rato. Te cansan, no te dejan dormir, estás en posturas forzadas, te extenúan físicamente, pero también impiden que tu cuerpo descanse. Entonces, es como que las puertas de tu mente se abren de par en par para que ellos entren. Tu cabeza empieza a pensar cómo salir de ahí, cómo hacer que te dejen de torturar, que dejen de aplicarte la bolsa o que te dejen de golpear. Qué puedes hacer para lograrlo. Me decían que mi única salida era reconocer lo que había hecho, pero yo no lo había hecho. Me inventaba lo que ellos querían oír, pero me decían 'no, de esa manera es imposible que lo hicieras'. Hasta que al final construí una versión que ellos querían oír y la firmé para que eso acabara”, cuenta a este periódico Llamas, que estuvo más de dos días sin dormir y durante los interrogatorios le amenazaban diciéndole que sus amigos también estaban detenidos. “Hay un momento en el que la cabeza te hace 'crack' y ellos te han ganado. En cierto modo te han ganado, pero tú tienes que seguir adelante y lo más importante es que tú sigas siendo tú después de pasar esa experiencia”, lamenta.
“En Euskadi todo el mundo conoce a alguien que ha sido torturado”
El escritor Ion Arretxe decía, y el director sostiene, que los interrogatorios con torturas son como un partido de fútbol en el que el equipo contrario se va turnando. “Los otros jugadores se van turnando y tú eres siempre el mismo y estás hecho polvo. Puedes aguantar un, dos o tres interrogatorios, pero al cuarto son otras personas que no están cansadas y tú sí, sigues y pasa un día y llega el segundo”, narra.
“En Euskadi todo el mundo conoce a alguien que ha sido torturado o que tiene una hermana o hermano. Es más fácil pensar que no porque quieres confiar en el Estado de Derecho y es más fácil confiar que aceptar que ha habido sistemáticamente un método de tortura para sacar información a un grupo de gente muy determinado. Es muy duro, un disgusto por el que no quieres pasar, pero tienes que pasar”, sentencia Merino.
'Non dago Mikel?' se estrenará este viernes 26 de febrero de la mano de la distribuidora Atera Films en las tres capitales vascas, Pamplona, Madrid y Barcelona. El documental tiene como finalidad contar en una película lo que pasó durante los 20 días en los que Mikel estuvo desaparecido y cómo lo vivió su familia y el resto de la sociedad en Euskadi, aunque sus directores no pierden la esperanza: “Aspiramos a que el caso se reabra aunque no tengamos esas pretensiones. Confiamos en la fuerza del cine”, concluyen.
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