La nueva burbuja inmobiliaria, el alquiler de habitaciones en Euskadi: hasta 1.200 euros, según denuncia ELA

Belén Ferreras

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Un informe sobre el estado de la vivienda en Euskadi elaborado por el sindicato ELA, alerta de una nueva burbuja inmobiliaria, la del alquiler de habitaciones, con precios cada vez más elevados y que afecta fundamentalmente a los más jóvenes, que, ante la imposibilidad de alquilar un piso en solitario, se ven obligados a compartir vivienda. Una demanda creciente, que está haciendo que los precios se disparen hasta llegar a 1.200 euros en Euskadi, según denuncia el estudio.

ELA cita un informe del portal Idealista que sitúa el alquiler de habitaciones de las capitales vascas entre “los más más altos del Estado español”. “Al ser cada vez menor la oferta de alquiler, la oferta de habitaciones también ha caído en la última época, lo que provoca un aumento de los precios”, señalan. En concreto, los anuncios en portales como el Idealista y Fotocasa para alquilar una habitación oscilan entre 250 y 1.200 euros mensuales en Donostia, 240 y 955 euros mensuales en Bilbao, los 250 y 500 euros en Vitoria.

En lo que se refiere a la media de edad de los que tienen que acceder a este tipo de alojamientos, es de 32 años en Donostia, 34 años en Bilbao y 42 años en Vitoria. “Es decir, compartir una vivienda es la única alternativa de muchos jóvenes para poder emanciparse”.

El informe 'La vivienda en Hego Euskal Herria: un derecho en manos del mercado', elaborado por el Gabinete de Estudios del sindicato, señala que el problema de acceso a la vivienda, “lejos de solucionarse, es cada vez más grave” ya que, tanto los precios de compra como de alquiler, “siguen creciendo”, y constata que las capitales vascas están “entre las diez más caras del Estado español, donde Donostia es la más cara con un precio de 5.152 euros el metro cuadrado”. En cuanto la alquiler, señalan que en las capitales vascas “no hay viviendas habitables en alquiler por menos de 600 euros, el 30% del salario medio de un trabajador”. “No es de extrañar que la edad de emancipación de las y los jóvenes se acerque a los 30 años”. señalan desde el sindicato.

A esta situación se añade la creciente subida de los tipos de interés, que está poniendo en apuros a los ciudadanos que tienen una hipoteca, con una subida que es ya del 4%, con lo que la “hipoteca media en la comunidad autónoma vasca podría encarecerse hasta 3.500 euros anuales”, señalan.

El informe señala que, pese a esta escasez de vivienda, en Euskadi hay 46.758 viviendas deshabitadas, y es muy crítico con la nueva Ley Vivienda recién entrada en vigor. “La nueva Ley pretende movilizar la vivienda vacía, pero no exige ninguna obligatoriedad. Lo mismo ha ocurrido, por ejemplo, con la ley de vivienda de la comunidad autónoma vasca y su posterior decreto sobre vivienda vacía de 2021, donde los ayuntamientos pueden establecer cánones sobre las viviendas vacías para tratar de movilizarlas. Sin embargo, no existe una voluntad real para hacer que los propietarios paguen por ello”, señala. También considera ELA que la Ley es insuficiente en materia de desahucios, pese a tener “pequeños avances”, y critica que se “olvide” de “la turistificación de las ciudades y de las consecuencias que esta tiene en el problema de la vivienda. Cada vez son más las viviendas que se destinan al uso turístico en nuestras ciudades, en detrimento del parque de vivienda en alquiler”, recuerdan.

Ante esta fotografía, ELA exige “un cambio de modelo en las políticas de vivienda” que pasen en principio por aumentar el gasto de las administraciones en vivienda, al menos hasta el 2% del PIB. Junto a ello, quieren que el derecho subjetivo a la vivienda “se cumple de forma ”efectiva“, ”reformulando los requisitos de acceso y favoreciendo que los colectivos más vulnerables tengan acceso a una vivienda digna“; impulsar el alquiler frente a la propiedad; movilizar todas las viviendas deshabitadas y destinarlas al alquiler; la ”paralización de los desahucios; la limitación de los precios de alquiler, en todas las zonas, no solo en las zonas tensionadas; y limitación y control de las Viviendas de Uso Turístico.