Las ocho torres de Iberdrola en la villa medieval de Labraza: el primer parque eólico en Euskadi en dos décadas

La torre Iberdrola, el rascacielos más representativo de Bilbao, tiene 165 metros de altura. Esta empresa y la sociedad pública autonómica Ente Vasco de la Energía (EVE) van a construir a partir de esta primavera ocho molinos de viento de 190 metros junto a la minúscula villa medieval riojanoalavesa de Labraza, perteneciente al término municipal de Oyón. El proyecto recibirá luz verde de manera definitiva este miércoles en el pleno local, si no media una gran sorpresa. Lo hará entre la fuerte oposición vecinal y las promesas de Iberdrola de que el parque eólico reportará beneficios económicos y sociales a los 75 habitantes estables del concejo.
Euskadi, que declaró la emergencia climática en 2019, precisa de más energías renovables. Actualmente, es un territorio importador y, en el 'mix' energético, solamente es renovable alrededor de un 9%. El Gobierno de PNV y PSE-EE ya pactó con EH Bildu una ley en 2024 con un horizonte de neutralidad en 2050 pero con hitos intermedios. A la par, se tramita el denominado PTS, el mapa de los posibles emplazamientos eólicos o solares. El último parque eólico se inauguró en 2006, en Punta Lucero, en Bizkaia. Han pasado casi dos décadas.
Este proyecto de Labraza permitirá abastecer a unos 30.000 hogares, alegan los promotores, agrupados con la marca Aixeindar (detrás, con un 60%, está Iberdrola y el otro 40% es público, del EVE). Se estima la inversión necesaria en 49 millones de euros para los ocho aerogeneradores de 5 megavatios de potencia. “Producirá anualmente 99.679 MWh que abastecerán mediante energía renovable a 29.951 hogares, lo que evitará la emisión a la atmósfera de 16.300 tCO2. Se prevé la creación de hasta 90 empleos durante la fase de construcción”, recalca Aixeindar.
Este miércoles, el pleno del Ayuntamiento de Oyón, un municipio colindante a Logroño de la Rioja Alavesa gobernado por EH Bildu, dará luz verde al primero de los proyectos de una aparente nueva remesa de instalaciones que buscan hacer más renovable el 'mix' energético vasco. El alcalde, José Manuel Villanueva, ha dado a entender en los últimos días que parece no tener más remedio que votar a favor aunque, en el pasado, estuvo en contra del parque de Labraza. “Yo he peleado contra ese parque... pero ese parque viene sí o sí. Todos los informes son positivos”, ha explicado en Radio Vitoria.

Asegura que sabe “perfectamente” lo que tiene que hacer porque, de oponerse, “aldía siguiente aparcaría en Oyón un autobús de abogados”. Habría “responsabilidades penales” o una “posible inhabilitación” para su persona de no tramitar el proyecto, además de “indemnizaciones” por retrasar la instalación. “Quedaría el Ayuntamiento de Oyón en la ruina”, alega el regidor de esta localidad riojanoalavesa, que dista en unos diez kilómetros del punto exacto donde se pondrán los molinos, un núcleo de población protegido por su arquitectura amurallada.
Ironiza Villanueva que “por lo menos” las negociaciones han logrado que el proyecto “esté bien compensado”. Ha llegado a ironizar que ha tenido que tirar de habilidad de “torero” para lidiar con Aixeindar. Según sus datos, la “fundación” de Iberdrola va a resultar una “fuente de ingresos” para las juntas administrativas, ya que también Barriobusto está parcialmente afectado por el parque además de Labraza. En Álava, los concejos o pedanías tenían su propia junta o Gobierno ultralocal. Alega Oyón que esos organismos “triplicarán” sus ingresos actuales. Aparentemente, el 50% del denominado ICIO y el 85% de los impuestos se derivarán a las zonas afectadas. “Si los van a poner, vamos a sacar al menos el máximo beneficio posible”, razona el alcalde.
En esta línea, desde Iberdrola indican que quieren hacer partícipes a los vecinos de las “ventajas” del proyecto, convertirlos en una suerte de “cooperativistas” con beneficios en las facturas. Pero también insisten en que los pueblos donde se ubican estos parques reciben de la empresa otros beneficios como “clases de inglés para los niños” o ayudas económicas para restaurar calles o monumentos, por ejemplo. Esto no es nada diferente a lo que en su momento hacía Nuclenor en el entorno de la central nuclear de Santa María de Garoña, por ejemplo. El EVE del Gobierno vasco se remite a Iberdrola en lo tocante a este proyecto.
Begoña Martínez de Olcoz es la 'alcaldesa' de Labraza y también la portavoz de la plataforma creada contra la llegada del parque eólico y atiende por teléfono a este periódico. En primer lugar, recuerda que en la cercana zona de Codes, ya en Navarra, existen ya del orden de 140 aerogeneradores. En segundo punto, insiste en que los vecinos son partidarios de las renovables pero ironiza que no han podido poner placas solares para “autoconsumo” porque es una villa protegida y que ahora van a florecer allí, a apenas 1.000 ó 1.500 metros, ocho grandes estructuras. Solamente las aspas miden 80 metros, como el Sacré Coeur de París, por ejemplo. En tercer lugar, sostiene que la tramitación ha estado plagada de “irregularidades”. Han formulado alegaciones en Oyón, en Vitoria —ante la Diputación y ante el Gobierno vasco— y también en Madrid e incluso confían en que los tribunales acaben parando unas obras que podrían arrancar en nada, en primavera.
“Te puedes imaginar el enfado que hay aquí”, comenta. “No, no cambiamos molinos por clases de inglés para niños. Más que nada porque nadie va a querer venir a vivir a Labraza y no va a haber niños a los que enseñar nada. Las casas se van a devaluar. Esos puestos de trabajo que prometen son de la empresa y, después, no se generará nada en la zona. No queremos el dinero. Lo tenemos todos claro. Es un perjuicio inmenso. El futuro de Labraza es bastante negro. Sólo confiamos en la Justicia”, abunda Martínez de Olcoz, que tendrá oportunidad de ofrecer sus argumentos negativos en la sesión plenaria de este miércoles, que incluso se retransmitirá en 'streaming'.
Oyón tiene once concejales. Cinco son de EH Bildu, que regenta la alcaldía. El PNV tiene tres, dos son del PP y uno es del PSE-EE. Este edil es de Labraza y se prevé que pueda ser el único en no secundar el proyecto, aunque su partido en Álava no confirma este extremo. El alcalde admite que en el núcleo principal de Oyón se ve como lejano el proyecto y que en Labraza la “mayoría” se opone. En algunas protestas se han visto carteles denunciando su viraje y se ha convocado una movilización en la puerta del Ayuntamiento para el día de la votación.

Martínez de Olcoz explica que el parque irá en parcelas de las juntas administrativas de Labraza y de Barriobusto y también en algunas fincas particulares. Según indica, no afecta a viñedos pero sí desaparecerán “2.000 árboles”. También explica que hay afecciones para murciélagos, águilas y otros especies de flora, aunque las instituciones y promotores recalcan que ha logrado todos los dictámenes ambientales favorables preceptivos. Indican que tienen sistemas de “detección” de aves y de “parada” de la producción, por ejemplo, y que la construcción incluye planes de “restauración”.
“Podemos asegurar que todos los procesos administrativos en los proyectos -y este en concreto es el más avanzado- están siendo los adecuados, legales, cumpliendo con los requisitos administrativos y jurídicos. Todo ello, además, con la voluntad y compromiso de que Euskadi avance en la transición energética, tal y como lo hacen otros territorios y países de Europa”, indica Iberdrola preguntaba por este parque y también por otros también en cartera, que han generado fuertes protestas particularmente en Álava.
En Labraza solamente hay un bar y su dueño se llamar Óscar. Él también considera “catastráfico” el proyecto aunque él resida en otro pueblo: “La gente está muy quemada. No pueden cambiar la persiana porque sus edificios son históricos y ahora, de la nada, ponen unos molinazos”.
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