El Parlamento Vasco aprueba la ley contra el cambio climático y medidas para el campo con protestas en la puerta
Gobierno y EH Bildu culminan su gran acuerdo por la transición energética y suman a Elkarrekin Podemos-IU en un texto para el “relevo generacional” en el primer sector
Las protestas del agro vasco, que acumulan ya tres días consecutivos y que continuarán previsiblemente alguno más, han llegado este jueves a la misma puerta del Parlamento Vasco. Mientras en el interior la Cámara ha aprobado una ley para la transición energética y contra el cambio climático -tras un acuerdo de gran calado político entre el Gobierno del PNV y PSE-EE con EH Bildu- y se ha debatido una iniciativa para “promover el relevo en el sector primario”, en el exterior un centenar de personas -sin tractores- han adelantado más de hora y media una manifestación convocada y se han vivido algunos momentos de tensión con la Brigada Móvil (antidisturbios) de la Ertzaintza.
La ley contra el cambio climático, una de las cuatro que serán aprobadas en la recta final del Gobierno de Iñigo Urkullu, ha jugado un papel decisivo para estirar unas semanas la legislatura antes de las elecciones. El texto final ha sido muy trabajado entre el Ejecutivo y EH Bildu. Uno de los negociadores de esta formación ha sido Pello Otxandiano, ahora más conocido por haber sido designado candidato a lehendakari. Ha asistido como invitado a la sesión y la ha seguido desde un palco. La ley ha sido promulgada con una muy amplia mayoría pero no por unanimidad. Desde la izquierda, Elkarrekin Podemos-IU ha formulado duras críticas. También se han opuesto las derechas, PP, Ciudadanos y Vox.
La consejera de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente, Arantxa Tapia, que ha visto cómo la ley original prevista por el Gobierno ha cambiado de modo radical en la tramitación parlamentaria, ha destacado la “ambición” del nuevo texto, también su “realismo” y ha considerado que “puede ser un día para la celebración en Euskadi” por las medidas que se pondrán en marcha. La norma, por ejemplo, fija objetivos para la descarbonización en 2050 con paradas en 2030 y 2040, crea un canon autonómico -algo inhabitual en la Euskadi foral- para gravar las instalaciones de renovables desde 2025 y plantea la desinversión en proyectos de hidrocarburos como Viura, el proyecto de extracción de gas en La Rioja que está explotado por la sociedad autonómica Shesa. Tapia no ha querido orillar el clima de protestas en Euskadi, en España y en Europa del primer sector. Ha indicado que el articulado “también es especialmente sensible con la actividad agrícola, como no podía ser de otra manera”. Ha mencionado que se plantea para 2030 un 25% de agricultura ecológica y una apuesta por los “mercados de proximidad” o el “uso racional del suelo”. En su partido ha jugado un papel clave en las negociaciones de meses Unai Grajales, que desde la tribunas ha destacado la “flexibilidad” de las partes para trenzar un consenso compartido que ahora toca seguir desarrollando y también la implicación personal del lehendakari, Iñigo Urkullu, para completar la legislatura con este asunto resuelto.
El socio de Gobierno, el PSE-EE, ha querido destacar la participación de los socialistas en las normativas ambientales de España y de diferentes comunidades autónomas, ahora también en la vasca, pero también el marco de confianza trabado con PNV y EH Bildu para sacarla adelante. “La política de las cosas frente a las cosas de la política”, ha ironizado Alberto Alonso, quien precisamente ha enfatizado que la ley aprobada en última instancia es muy diferente a la propuesta inicial de Tapia. Como ejemplo, ha indicado que permitirá destinar las inversiones en combustibles fósiles a impulsar las renovables.
“Es una buena ley. Hemos hecho un trabajo honesto. Hemos llegado hasta aquí a pico y pala”, ha señalado Mikel Otero, el portavoz de EH Bildu en materia ambiental. Se ha dirigido a la consejera Tapia en primera persona para agradecerle su “esfuerzo” para reconducir una “mala ley”, aunque ha aprovechado para demandarle que tiene pendiente de aprobar antes de que acabe la legislatura el plan de energías renovables, ahora en fase de alegaciones.Tras la votación, ambos se han besado y se han dado la enhorabuena.
Desde la bancada de Elkarrekin Podemos-IU, ha tomado la palabra el 'número dos' de Podemos, David Soto. Ha recordado que Euskadi declaró en 2019 la “emergencia climática” pero ha negado que se pueda aplicar el “más vale tarde que nunca”. La coalición de izquierdas, como ha venido insistido en las últimas semanas, es contraria al texto aprobado. Soto ha considerado que a la norma le falta una prohibición de infraestructuras en espacios protegidos o garantizar por ley descuentos en el transporte hasta 2030. También planteaban incrementar un 15% el teletrabajo en ese período. El representante de Podemos considera también que el canon, en realidad, blanquea la instalación de determinados proyectos a cambio de un dinero. Sin embargo, ha rebajado considerablemente el tono contra EH Bildu, ya que en los últimos días le habían acusado de dar cobertura a políticas “retardistas” y beneficiosos para el oligopolio energético. El PSE-EE ha afeado a Podemos que en el Gobierno de España apoyara la normativa estatal y aquí se haya desmarcado.
En el PP, Muriel Larrea ha agradecido al PNV que haya incorporado “más de la mitad” de sus propuestas, pero ha señalado que no se puede votar a favor de un texto que puede comprometer la economía vasca porque no prevé alternativas a algunos cambios que se defienden. Vox ha formulado un discurso netamente ideológico criticando las “directrices impositivas” de la “agenda 2030” y del “postureo verde”. Ciudadanos no ha tomado parte en el debate. Después de la votación, ha usado el turno de explicación de voto para criticar que el Gobierno haya optado por un pacto con EH Bildu para resolver esta materia.
Relevo generacional en el campo
Después de la ley, el Gobierno ha alcanzado un nuevo acuerdo, esta vez también con Elkarrekin Podemos-IU además de EH Bildu, en un debate sobre el relevo generacional en el sector primario. La resolución pactada por las cuatro formaciones plantea que el Ejecutivo a que colabore con las diputaciones, los ayuntamientos y “los agentes vinculados al sector agrario” para elaborar un “diagnóstico” sobre las necesidades en la próxima década. Se creará una “base de datos con aquellas explotaciones en activo sin relevo generacional previsible”. Igualmente, se plantea que se promueva “la implantación de proyectos piloto de espacios de test agrarios, como programa de preinstalación, para facilitar la incorporación de personas externas al sector primario, con el fin de que puedan probar su actividad antes de acceder a otros programas o ayudas como Gaztenek”.
Significativamente, y como mensaje a lo que está ocurriendo en la calle, se ha incluido este mensaje en el documento aprobado: “El Parlamento Vasco reconoce y agradece el servicio que el sector primario presta a nuestra sociedad, dotándola de alimentos sanos, sostenibles y de calidad y preservando nuestro paisaje y medio ambiente, y se compromete a seguir trabajando, de acuerdo con sus competencias, para mejorar su rentabilidad y garantizar su futuro”.
Cargas en el exterior
Un ganadero de la localidad alavesa de Kuartango ha ejercido de portavoz de la protesta de primera hora. “Estamos saliendo con muchísima fuerza. La gente no quiere parar. La situación del campo es complicada”, ha manifestado Julen Martínez de Santos. Ha achacado las causas del conflicto a la “agenda 2030”. También ha lamentado que la Ertzaintza les trate “como criminales”, algo que no piensan “consenstir”. En los últimos días ha habido algunos encontronazos con la Policía y, junto al Parlamento, se han registrado también cargas. La Brigada Móvil ha empujado la línea de la protesta un par de metros hacia atrás con porras y escudos para dejar un pasillo para que se pudiera entrar en la Cámara. Eso sí, el lehendakari, Iñigo Urkullu, no ha llegado caminando como es habitual.
Se da la circunstancia de que, al haberse adelantado la protesta del primer sector, ha coincidido en el tiempo con una de los sindicatos de la Ertzaintza Erne, Esan y Sipe, que demandan mejoras en sus condiciones laborales. La Policía estaba ya vigilando esa protesta de sus colegas y ha movido los agentes para atender la otra. Ha habido agricultores que han animado a los ertzainas sindicalistas a que les apoyen, pero no ha sido así y las centrales han continuado con sus críticas a la gestión del vicelehendakari y consejero de Seguridad, Josu Erkoreka, lo que han acompañado de música a todo volumen.