La patronal vasca, Confebask, no ha acogido de buen grado, y sí más bien todo lo contrario, que el Gobierno reduzca la jornada laboral a sus trabajadores. Confebask no entiende que el Gobierno vasco decrete la vuelta a la semana laboral de 35 horas, “en un momento en el que ese debate no está presente, ni siquiera en las economías europeas de referencia, como Francia. Entre otras cosas, porque la gravedad de la crisis y las incertidumbres a medio y largo plazo no discutidas por nadie, impiden lanzar las campanas al vuelo”, argumentan.
La patronal vasca muestra su sorpresa por el hecho de que el propio Ejecutivo reconozca que “2016 puede ser un año complicado porque se mantienen incógnitas” y al mismo tiempo libera cada año 8'7 millones de presupuesto público para reducir la jornada laboral a 70.000 empleados públicos “sólo por el hecho de tener esa condición laboral, sin hablar de mejorar la productividad o de un de mejor aprovechamiento de sus funciones”.
Confebask ha enviado un comunicado a los medios de comunicación en el que transmite su rechazo a la medida anunciada por Josu Erkorena de recuperar este 2016 las 35 horas semanales de los funcionarios vascos que incluye 22 días de vacaciones y 6 por asuntos particulares.
La patronal vasca no comparte la decisión porque, entre otras razones, “entiende que no es un buen ejemplo para la sociedad. En un momento en el que, mientras a empresarios y trabajadores del sector privado se les pide un esfuerzo añadido para, en las actuales condiciones de incertidumbre, garantizar y crear empleo, sorprende que el Ejecutivo de Gasteiz recupere una medida pactada hace 15 años (año 2000), ampliamente superada por las circunstancias de una crisis brutal que exige nuevos retos y desafíos; y que, desde nuestro punto de vista, en ningún caso pasan por trabajar menos horas”.
Confebask no entiende que, en un contexto de desempleo como el actual y mientras a la mayoría se le exige esfuerzo e inversión, el Gobierno vasco en su ámbito de actuación apueste por este decreto. Y dedique casi 8 millones de euros anuales de presupuesto público a sufragar una reducción de horas, en lugar de reforzar todavía más el impulso de políticas que generen una mayor reactivación de la economía y consecuentemente, del empleo.