Los pensionistas vascos calientan motores para un 'otoño caliente'
Los pensionistas vascos también auguran un 'otoño caliente'. Espoleados, como el resto de ciudadanos, por la subida desbocada de la inflación, y sin conseguir que desde el poder político se escuchen sus reivindicaciones de establecer la pensión mínima en 1.080 euros, han iniciado contactos con sindicatos y otros movimientos sociales para poder organizar después del verano movilizaciones conjuntas de carácter multitudinario exigiendo la subida de las pensiones, pero también pidiendo que suban los salarios y en defensa de una Sanidad pública de calidad. “No nos queda otro remedio que seguir movilizándonos”, señala Jon Fano, uno de los portavoces del Movimiento de Pensionista Vascos, una de las plataformas más activas desde que iniciaron las movilizaciones cada lunes ante el Ayuntamiento de la capital vizcaína en marzo de 2018. “No podemos estar de brazos caídos ante el recorte del poder adquisitivo que estamos sufriendo pensionistas y trabajadores, por eso necesitamos unas movilizaciones contundentes y lo más trasversales posibles”, señala, uniéndose así a la advertencia de todos los sindicatos de que tras el verano intensificarán las protestas en defensa de subidas salariales.
Este lunes los pensionistas se han manifestado por las calles de Bilbao, que celebra su semana de fiestas, recuperando las movilizaciones de los lunes tras el parón estival. Es la quinta Aste Nagusia en la que celebran la marcha. No pararon tampoco en 2020 y 2021, cuando no hubo fiestas oficiales. Y en esta ocasión, superadas las restricciones, las reivindicaciones de los 1.080 euros de pensión y las consignas contra los recortes se han vuelto a mezclar con la batukada de la konpartsa Mamiki, que cerraba la marcha que abrían los txistularis de Irrintxi, entre ¡'Gora Marijaia! y con los aromas del concurso gastronómico que organizan las konpartsas en el recinto festivo, que tras la manifestación les han cedido un espacio para colocar una mesa en la que seguir recogiendo firmas que presentarán en el Congreso de los Diputados a favor del incremento de las pensiones mínimas y que llevarán el 15 de octubre a Madrid, junto con otros movimientos de pensionistas del Estado. “En esta lucha estamos todos juntos”, señala Fano, recordando que a la manifestación de Bilbao se han sumado “compañeros venidos de Asturias en dos autobuses”, y también se podían ver banderas gallegas entre los miles de manifestantes que han recorrido la Gran Vía desde la Plaza Moyua para terminar, como es tradición, en las escalinatas del Ayuntamiento. También se han adherido a la marcha desde la distancia, a través de un comunicado, movimientos de otras comunidades autónomas como Extremadura, Andalucía o Madrid.
“Queremos implicar a la mayoría de la sociedad en muestras reivindicaciones”, señala Andrea Uña, también portavoz el movimiento, “porque es algo que nos corresponde a todos”. “Sin etiquetas políticas de ningún tipo”, matiza. “Nuestra máxima es 'gobierne quien gobierne, las pensiones se defienden', por eso nosotros invitamos a todos los sindicatos y todos los partidos a sumarse”, dice.
“Estamos ante un problema muy grave. Ya no es que las pensiones no sean dignas. Tampoco lo son los salarios. Y ahora, con la coartada de la Guerra de Ucrania, nos quieren imponer un pacto de rentas con el que reducir la pensiones y los salarios todavía más”, señalan los portavoces del movimiento mientras recuerdan que las empresas “aumentan o mantienen sus beneficios”. De hecho, en la manifestación de este lunes, empresas como la eléctrica Iberdrola han tenido un protagonismo destacado en los carteles reivindicativos, y no precisamente para bien. “Iberdrola, ladrones, subir la luz nos quita la salud”. También ha habido alusiones a la banca, e incluso a la jubilación de oro del Rey emérito.
Por contra, critican que los pensionistas han perdido este año un 3% frente al IPC. “Solo nos han subido un 2,5%, frente a una inflación que en junio ha alcanzado el 10,8%. Lo mismo ocurre con los salarios, donde el 70% de los trabajadores de la CAV no ha tenido ninguna subida porque sus convenios no se han negociado o han decaído”. “Cada vez más salarios y pensiones están por debajo de la pobreza”, advierten. “Seguiremos en la calle hasta que esto cambie”, aseguran.
De entrada, el 5 de septiembre recuperarán las movilizaciones semanales de los lunes en las tres capitales vascas además de 70 localidades por toda Euskadi, como adelanto de la gran manifestación en Madrid el 15 de octubre, y a la espera de la que se pueda concretar en Euskadi con los sindicatos y otros movimientos.
En su opinión, Gobiernos como el vasco, que tendrían capacidad para completar las pensiones hasta los 1.080 euros, no deberían negarse mientras hacen alarde de los remanentes presupuestarios que acumulan 1.800 millones de euros, las Haciendas baten récord de recaudación y las instituciones dicen que la economía no va mal.
Azpiazu dice que la situación económica es “buena”
Precisamente este mismo lunes, el consejero vasco de Economía y Hacienda, Pedro Azpiazu, ha afirmado que, pese a la “gran incertidumbre” existente para este otoño, la situación económica actual de Euskadi es “buena” y ha augurado que 2022 concluirá con un crecimiento por encima del 4%. En todo caso, ha asegurado que el Gobierno va a estar “atento y muy pendiente de lo que pase para ir tomando medidas”.
En una entrevista concedida a la cadena Ser, el consejero ha explicado que la economía está creciendo, se está generando empleo y la tasa de empleo es del 8%, “la mejor desde hace muchísimo tiempo” en Euskadi. En palabras del consejero, estos datos “positivos” dan “cierto optimismo”, de manera que ha augurado que “la economía a final de año va a crecer por encima del 4% en todo caso, un nivel de crecimiento con el que no se puede decir que tengamos graves problemas económicos”. Azpiazu ha apostado por “no hacer dramatismos”, pese a que la inflación es “un problema muy importante”. En este sentido, ha destacado que “hay quien dice que a finales de este año y principios del próximo remitirá de una manera considerable”. “Demos una oportunidad a un mínimo de optimismo”, ha instado
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