Euskadi ha debatido largamente durante la pandemia sobre su capacidad para decretar restricciones contra la COVID-19 que limiten derechos fundamentales, principalmente la movilidad, al margen del estado de alarma. Los tribunales han tumbado varios propuestas del Gobierno autonómico, con el juez Luis Garrido como ponente de todas ellas, y el lehendakari, Iñigo Urkullu, finalmente ha aceptado que no puede imponer toques de queda o cierres perimetrales con la normativa ordinaria en la mano. Ni siquiera ha intentado explorar una vía intermedia que sí utilizan otras comunidades como Navarra para aplicar esas medidas, una fórmula consistente en lograr autorización judicial previa. Sin embargo, sin que haya mediado debate político o jurídico alguno, dos municipios de Bizkaia, Plentzia y Lekeitio, encaran el primer fin de semana de septiembre, un tiempo que un año ordinario supondría la celebración de sus fiestas, con fuertes restricciones de movilidad que no solamente no han pasado por la mesa de crisis de la emergencia sanitaria en Euskadi, el conocido como Labi, sino que han sido acordadas con total naturalidad mediante decretos de sus respectivos alcaldes. Y todo en la semana en que el Ejecutivo vasco ha tenido que anular 14.700 sanciones por limitar la movilidad durante el primer confinamiento después de que el Tribunal Constitucional decretara que incluso el estado de alarma no era suficiente.
Plentzia tiene alrededor de 4.000 habitantes, está en la costa y está conectada con Bilbao con el metro. Junto con la vecina Gorliz, son ya varias semanas en las que, noche tras noche, se suceden los botellones, aglomeraciones e incidentes en playas o pinares. El más grave fue la denuncia de violación de una joven, conocida la pasada semana y que todavía se investiga. Entre el viernes 27 de agosto y el jueves 2 de septiembre dos personas del municipio han dado positivo. Su tasa de incidencia es de 272,73 casos por cada 100.000 habitantes a 14 días y ha caído un 62% con respecto al viernes anterior, aunque es una evidencia que muchos de quienes participan en las aglomeraciones no autorizadas son personas de fuera. Ahora le tocaría celebrar San Antolín en un año sin COVID-19.
Lekeitio cuenta alrededor de 7.000 habitantes. También es una localidad de costa, aunque más alejada de la capital vizcaína. En estas fechas es tiempo de fiestas y, especialmente, del Antzar Eguna, el día de los gansos. Hace ya un tiempo que ya no se utilizan animales vivos para los juegos y el divertimento de los asistentes, pero sigue siendo el día grande del año. Lekeitio se presenta en este arranque de septiembre como el municipio de más de 5.000 habitantes en Euskadi con la incidencia más alta de contagios, ya que su tasa frisa los 1.000, aunque ha bajado un 1% con respecto a la pasada semana.
En ambos casos, las medidas aprobadas conducen a que nadie que no acredita su residencia en el municipio con el DNI pueda acceder, lo que supone un confinamiento perimetral 'de facto'. Elixabete Uribarri, alcaldesa de Plentzia por el PNV, firmaba el miércoles un decreto de alcaldía en el que fijaba que “en los días 2, 3 y 4 de septiembre, a partir de las 17.30 horas” se realizarán “controles aleatorios” para los accesos por carretera con el objetivo de que “sólo podrán acceder aquellos vehículos en los que viajen personas con residencia en el municipio de Plentzia”. ¿Excepciones? Se alude a que se autoriza a quienes “acrediten” una “necesidad” de paso, así como a vehículos de “emergencias, de seguridad y de servicios municipales”. A ello se le añade otro artículo que anuncia “controles de acceso al municipio” en la estación de metro. El Gobierno vasco, con efectivos de la Ertzaintza, está colaborando con la pequeña Policía local en estas tareas.
En cuanto a Lekeitio, ha acordado “un dispositivo especial de seguridad [...], en particular durante el fin de semana del Antzar eguna, desde el 3 de septiembre a las 20.00 horas hasta el 5 de septiembre a las 20.00 horas”. Por ejemplo, este sábado “a partir de las 20:00 se pondrán controles para restringir el acceso de vehículos al municipio” y “sólo podrán acceder aquellos vehículos en los que viajen personas que en su DNI tengan su domicilio en Lekeitio, así como aquellas personas que acrediten la necesidad de acceder al municipio”. Y “el 5 de septiembre se cerrarán los accesos a Lekeitio hasta las 16.00 horas” ya que “se prohíbe el paso de vehículos al municipio, excepto los servicios de urgencia y seguridad”. La localidad se blinda incluso por mar porque “el acceso exterior de barcos al puerto de Lekeitio se cerrará hasta las 16.00 horas”. Aquí colabora igualmente la Ertzaintza y también la Diputación de Bizkaia, ya que “no habrá servicio de transporte público con destino u origen en Lekeitio en su horario habitual” para impedir la llegada de visitantes.
Explica en la web municipal el alcalde Koldo Goitia (PNV) que “estas medidas se han adoptado con el objetivo de garantizar la seguridad de todos”. “A pesar de que en los pueblos de alrededor no se han celebrado las fiestas, han sido muchos los que se han acercado y contagiado durante esos días. Ante esta situación se recuerda a los visitantes de que en Lekeitio no se celebrarán fiestas ni actos, ni se aceptarán actividades que pongan en peligro la salud de la población. Además, teniendo en cuenta la cercanía del comienzo del curso, el riesgo es aún mayor y es nuestra responsabilidad tomar medidas para no complicar más la situación”, se incide. “Si cerramos Lekeitio es porque hemos realizado una reflexión compartida entre todos los colectivos y las instituciones”, abunda Goitia en una entrevista con 'Deia'.
En cuando a Plentzia, el decreto aprobado asegura que las restricciones están amparadas por el artículo 17 de la Ley Municipal vasca. Ese epígrafe es la relación de competencias propias de los municipios y la regidora cita que tiene capacidad para regular el tráfico, la seguridad y las actividades del pueblo, así como para la “promoción, gestión, defensa y protección de la salud pública”. Ambos regidores mencionan el contexto de altercados casi diarios de las últimas semanas. El último ejemplo se ha dado en la localidad de Elorrio, también en Bizkaia. En la noche de este viernes a este sábado, hacia las tres de la madrugada, la Policía ha arrestado a seis jóvenes de entre 18 y 28 años por “desórdenes públicos”. Han causado daños al mobiliario y a la vía pública, según ha informado la Ertzaintza.
309 positivos nuevos este sábado y 69 personas en la UCI
En este contexto, el Servicio Vasco de Salud (Osakidetza) ha notificado este sábado la aparición de 309 casos positivos nuevos, con una tasa de positividad del 5,8%, un indicador que está bajando de manera constante en las últimas semanas. Los contagios se reparten en 161 en Bizkaia, 97 en Gipuzkoa y 41 en Álava, a los que se suman diez más entre personas o de fuera o sin residencia conocida. En las últimas 24 horas han ingresado con COVID-19 31 personas y en la UCI baja ligeramente la ocupación, aunque sigue habiendo 69 casos críticos.
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