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El otro PNV: 150 militantes contra el “centralismo hexagonal” de Francia en las europeas

Jean Tellechea, al fondo, candidato del PNB en las elecciones europeas

Iker Rioja Andueza

Vitoria —
6 de junio de 2024 21:45 h

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En España, el PNV lidera la coalición CEUS para retener su escaño en las elecciones europeas. Pero este 9 de junio también hay otro PNV. O, más bien, el PNB: Parti Nationaliste Basque, en francés. En ambos casos comparten siglas en euskera, las de EAJ. Los nacionalistas vuelven a presentarse a unas europeas en la circunscripción de Francia diez años después como parte de otra coalición, Écologie Positive et Territoires. Está conformada por ocho partidos minoritarios y liderada por políticos ecologistas de París. Su referente es Jean Tellechea, el 'número tres' de la coalición, y en esta campaña ha compartido algunos actos políticos con la candidata del PNV, Oihane Agirregoitia. Pero, ¿qué es el PNB? ¿Es tan relevante en la política francesa como lo es la vida pública española? Explica Tellechea que los de Andoni Ortuzar tienen apenas 150 afiliados en los territorios vascos de Iparralde. Sólo en el Gobierno de Iñigo Urkullu hay 500 altos cargos, aunque en Navarra no pasaban de 300 en 2020. La organización, como tal, se creó en 1990 aunque el PNV, fundado en 1895, siempre ha tenido una larga trayectoria en la zona, particularmente cuando la convirtió en su santuario durante el franquismo.

“Para nosotros las elecciones europeas son muy importantes”, explica al otro lado del teléfono Tellechea, que inició la campaña recorriendo en bicicleta con correligionarios los pueblos del Pirineo vasco donde, según explica, tuvieron una buena acogida de la ciudadanía. El presidente Emmanuel Macron imitó a España y reformó el sistema electoral para crear una circunscripción única para las europeas. Se estrenó en 2019. Con mucha menor implantación que en Álava, Bizkaia y Gipuzkoa, el PNB decidió no presentarse a esos comicios de hace cinco años. Sí lo hizo en 2009 y 2014 en solitario, bajo la marca Euskadi Europan, aunque sin obtener representación entre los diez eurodiputados que repartían entonces las regiones del sudoeste del hexágono, entre las que se incluía Iparralde. En cifras, el PNV obtuvo 3.101 votos en 2009, el 3,45% en Iparralde y el 0,01% en Francia. En 2014, subió a 7.172 papeletas, el 7,51% y el 0,03%, respectivamente. Sin embargo, en Sabin Etxea a aquellos votos de hace diez años les tienen especial cariño. Fueron las primeras elecciones de Ortuzar como presidente y, según publicitaron, les permitieron superar a EH Bildu, quien con los votos de Navarra había ganado al PNV.

Una de las ideas-fuerza del PNV en esta campaña es que son la única formación vasca que se presenta “en los siete territorios”, si bien en Navarra ha escondido su marca en favor de la de Geroa Bai. Quieren ponerlo en contraste con EH Bildu, cuya marca en Iparralde se llama EH Bai y no concurre en la circunscripción francesa. La coalición abertzale insiste en que dentro de las listas de la circunscripción española llevan a miembros de EH Bai y que también les darán voz en Europa de lograr el escaño. “Tienen más implantación y han hecho un trabajo muy importante, pero el PNB es el único partido que crece aquí”, cuenta Tellechea, que estima que han “duplicado” sus afiliados en los últimos años. De hecho, han 'fichado' en las últimas semanas a quien es alcalde de Donibane Garazi (Saint-Jean-Pied-de-Port, en francés), Laurent Inchauspé. El PNB tiene una veintena de electos locales -el propio Tellechea es concejal en Urruña- pero ningún representante en París, mientras que hace solamente seis años fue quien decidió la presidencia del Gobierno al hacer prosperar la moción de censura contra Mariano Rajoy que aupó a Pedro Sánchez.

Su presidente, Peio Etxeleku, es miembro de la ejecutiva de Ortuzar y llegó a recriminar al PNV que el año pasado, por el 14 de julio, participara en los actos de la fiesta nacional de Francia cuando, según su criterio, es un homenaje al principio del fin de las singularidades vascas en la república. Pero, evidentemente, los objetivos políticos del PNB son muy diferentes. “Compartimos los mismos valores y la forma de trabajar, pero en Francia tenemos tanto retraso en la evolución autonómica... Es el país más centralizado. Vivimos un centralismo hexagonal. Tenemos muy pocas competencias en los territorios. Todo se decide en París. Hablar de independencia no es nuestro proyecto hoy. Pero tenemos que convencer a la gente de que un buen servicio público es el que se hace en el territorio”, explica Tellechea, que cree que su partido tiene margen de crecimiento por la “desaparición” de los socialistas y de la derecha tradicional en favor de proyectos más “populistas”. El candidato denuncia también el “retraso” sobre el euskera en Francia.

En 2017 sí se creó una mancomunidad que aglutina a los 158 municipios de Iparralde. En 2022 tenía unos 600 millones de presupuesto. Su presidente es Jean-René Etchegaray, el alcalde centrista de Baiona y que ha participado en estos años en actos con el lehendakari, Iñigo Urkullu, y con la presidenta navarra, María Chivite.

El PNV, en Europa, forma parte del grupo Renew, los liberales y centristas. Se da la circunstancia de que están asociados allí con Ensemble!, la marca que aglutina tanto al En Marche!/Renaissance de Emmanuel Macron como al MoDem. La plancha para la circunscripción francesa se llama Écologie Positive et Territoires y su candidato es Yann Wehrling. Este dirigente francés, que es vicepresidente del consejo de Île-de-France -la región de París-, fue líder de Los Verdes en Francia, luego secretario general del MoDem y ahora ha fundado su propio partido. No se prevé que esta formación pueda lograr representación y mucho menos que alcance los tres escaños que darían entrada en Bruselas y Estrasburgo al PNB, algo que nunca ha ocurrido en la historia. Tellechea, con todo, cree que esta primera alianza puede sentar las bases para futuras coaliciones. “Queremos construir algo en el tiempo y podemos hacerlo”, sostiene.

Ortuzar, en diciembre de 2023, inauguró un séptimo “biltzar” u organización local del PNB. “El PNV está muy implicado en el desarrollo de esta región de Euskadi. Un territorio que, más allá de lo simbólico, forma parte de nuestra patria y de nuestra nación. Iparralde ha estado demasiado tiempo mirando al norte, a Burdeos, pero de aquí a Burdeos hay un desierto verde de pinos. Creemos que el futuro de Iparralde está más vinculado al resto de Euskadi que a Francia, y vamos a trabajar para que así sea”, dijo entonces el presidente del partido.

Un barco, muchas villas y la CIA

El PNB se constituyó como tal en 1990. El Ipar Buru Batzar tiene el mismo nivel en el partido que las organizaciones de Álava, Bizkaia, Gipuzkoa y Navarra. Es decir, no es una agrupación “extraterritorial” como las que el PNV tiene en España, Argentina, Chile, México y Venezuela. Pero el PNV no llegó en 1990 a Baiona o San Juan de Luz. La historia de este partido más allá de la frontera hispanofrancesa tiene mucho que ver con la Guerra Civil. A pesar de las dudas iniciales de las organizaciones de Álava y de Navarra, donde había triunfado el golpe de Estado, el 18 de julio de 1936 el católico PNV se alineó con el legítimo Gobierno republicano de España. De hecho, durante la Guerra Civil se institucionalizaron las primeras instituciones autónomas de lo que entonces era Euzkadi, una denominación que el PNV mantiene. El primer Gobierno del lehendakari José Antonio de Aguirre estuvo muy volcado en la guerra y creó, entre otros organismos, el denominado Servicio Vasco de Información (SVI), una agencia de espionaje controlada por el partido y que tuvo su sede en Baiona, en Villa Mimosas.

Ramón Agesta, fallecido en 2012, escribió que el SVI comenzó su actividad “a mediados de septiembre” de 1936, es decir, antes incluso de que se constituyera en octubre el Gobierno de Aguirre. “Pepe y su hermano Juan José [de apellido Michelena] nos llevaron a Blancpignon, al comienzo de la ría de Baiona, después de aleccionarnos que íbamos a un servicio de absoluta confianza del partido. Allí, entre algunos barcos de pesca o de recreo, se hallaba un atunero Domayo venido de Bilbao, con un capitán de unos cincuenta años: Artadi. En él íbamos a servir de enlace entre la ría de Baiona y los puertos de Gipuzkoa primero, y Bilbao después, caída Gipuzkoa. Una vez proclamado el Gobierno vasco en Gernika el 7 de octubre, se decidió que el Servicio se pusiera a las órdenes del Gobierno, adscrito a la Presidencia. [...] En el barco nos instalamos como pudimos hasta que un día apareció donde estábamos nosotros Don Constantino Zabala, suegro del lehendakari Aguirre. Al vernos hechos unos vagabundos le pareció indigno que haciendo un servicio importante no tuviéramos una casa donde dormir en puerto. Al llegar a Bilbao y hablar con su yerno pronto hubo un giro importante sobre Baiona con el acuerdo de que se alquilara la villa Mimosas”, relató antes de fallecer casi centenario. Y siguió: “De Mimosas, a mediados de 1939, se pasó a la villa Gotchoki, situada en el mismo barrio en Chemin de Marrant como consecuencia de haber salido la fotografía de Mimosas en el 'París-Soir' de la capital francesa, titulándola 'sede de tráficos y actividades secretas vascas'”.

En Baiona, el PNV negoció con la Italia fascista de Benito Mussolini el denominado pacto de Santoña para la rendición de los batallones de gudaris tras la conquista por parte de los sublevados de todo el territorio vasco. Aguirre, ya en el exilio e iniciada la II Guerra Mundial, puso el SVI al servicio de la CIA recién creada en Estados Unidos, entonces conocida por las siglas OSS. En las afueras de París la CIA y el SVI diseñaron el proyecto Airedale, que consistía en la formación de un grupo de elite de vascos para combatir al nazismo y, en último término, cruzar la frontera y entrar en España. En aquella operación tuvo mucho que ver el militante Primitivo Abad.

La historia del PNV en Iparralde es, en buena medida, la historia de militantes que allí se refugiaron. Mari Gorostizagoiza y An­der Barrutia, por ejemplo, venían de Arrasate-Mondragon. El partido tuvo su sede en el exilio en Villa Endara primero, en Villa Antoinette después y finalmente en Villa Izarra. Allí se reunía durante la dictadura el Euzkadi Buru Batzar y allí se preservó hasta 1992 toda la documentación que el partido -y el Gobierno vasco- sacó de España en la Guerra Civil. Volvieron ya bien entrada la democracia ocho contenedores y 2.000 cajas custodiados por este matrimonio de militantes de base. Los hermanos José Antonio e Iñaki Durañona, respectivamente, fueron secretario del lehendakari y creador de Radio Euzkadi en 1946. Gorka Agirre, histórico dirigente fallecido en 2009, conoció en el exilio a los primeros líderes de ETA y fue después el principal interlocutor de su partido con ese entorno, hasta el punto de ser investigado por la Justicia. El fundador de Herri Batasuna, Telesforo Monzón, fue consejero del primer Gobierno de Aguirre y militante del PNV en Iparralde hasta su salto a la izquierda abertzale. El fotógrafo Peru de Ajuria salvó también abundante documentación de esa época y continúa vivo.

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