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PNV y PSE-EE acceden a meter en los presupuestos vascos el canon a viviendas vacías de Sumar tras romper con EH Bildu

Pello Otxandiano y Nerea Kortajarena, este jueves en el Parlamento Vasco

Iker Rioja Andueza

Vitoria —

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El Parlamento Vasco ha vivido una mañana caótica impropia de una tramitación presupuestaria de un Gobierno con mayoría absoluta que no precisa de acuerdos ni prisas. En una sesión parlamentaria aderezada con la enésima caída del sistema informático que ha obligado a rescatar el papel, lo que había sido anunciado como el momento clave para saber si PNV y PSE-EE terminaban de cerrar algún tipo de acuerdo con EH Bildu ha acabado con el consejero de Seguridad, Bingen Zupiria, que no ha tenido ninguna relación con las conversaciones, anunciando en Euskadi Irratia sesenta minutos antes de las votaciones que eso no se iba a producir, con los abertzales criticando la falta de voluntad de sus interlocutores y con los partidos del Ejecutivo queriendo apoyar medidas de las otras fuerzas de la oposición, Sumar y PP.

A la coalición de izquierdas le han aceptado una enmienda para apoyar a los ayuntamientos en la aplicación del canon de vivienda vacía previsto desde 2015 y nunca aplicado (0,5 millones de euros). Y eso que Jon Hernández, el único representante de Sumar, había llegado a quejarse públicamente de que no le iba a ser admitido nada de los 62 puntos que había registrado. Y al PP se le quería votar una subida de 0,38 millones a la dotación de las federaciones deportivas vascas que, curiosamente, va dentro de una partida que lleva textualmente en el nombre la “potenciación de las selecciones vascas y su proyección exterior”, aunque finalmente los 'populares' lo han retirado por lo que podía implicarles políticamente. “Nos gustaba”, ha bromeado sobre esa iniciativa el PNV. Curiosamente, el PP tenía otra enmienda para eliminar otra disposición de apoyo a los equipos diferenciados de los de España y lo ha atribuido todo a un “error”. Vox no ha participado en la sesión y ha estado en todo momento fuera de las conversaciones.

La comisión que ha analizado las enmiendas presentadas al proyecto original del Gobierno de Imanol Pradales ha introducido también otros dos ajustes. Son 230.000 euros de apoyo a la causa saharaui propuestos por PNV y PSE-EE con EH Bildu y Sumar y que ha contado igualmente con el apoyo del PP. Y 50.000 euros para la defensa de Pablo Ibar, vasco preso en Estados Unidos, acordados con la misma fórmula. Son dos enmiendas que año tras año se suelen acordar independientemente del contexto político, aunque el PP no las firma por no coincidir en un mismo papel con EH Bildu, aunque esté plenamente de acuerdo con ellas.

Por lo demás, las votaciones han permitido aprobar un paquete de ajustes planteadas por el propio Gobierno. Las autoenmiendas son una treintena. Las hay de contenido económico, cuantificadas en unos 15 millones de euros. Permitirán dotar económicamente el segundo PAC de Osakidetza en Vitoria y otras infraestructuras sanitarias como el nuevo ambulatorio del Casco Viejo, también de Vitoria, o comprar furgonetas de la Ertzaintza. Asimismo, tienen dos propuestas de retoques en el articulado para mejorar el programa de ayudas juveniles Emantzipa y para hacer expropiaciones en caso de proyectos de interés general. El Ejecutivo sostiene que son propuestas que asumen en parte lo que han ido recogiendo de la oposición en las negociaciones. De hecho, hay una enmienda sobre el impulso al SMI vasco (0,1 millones), una de las exigencias de EH Bildu. Se puede leer aquí más sobre estas enmiendas.

Y hasta aquí. En el resto de puntos PNV y PSE-EE han sacado adelante tal cual su propuesta económica, de 15.728 millones de euros. Será lo que se refrende ya definitivamente el 20 de diciembre en pleno y que entrará en vigor el 1 de enero de 2025. Son unas cuentas que crecen un 4,7% y las más altas de la historia, aunque la oposición ha denunciado que áreas como Salud o Seguridad crecen por debajo de la media. En el caso de Emakunde, incluso, hay un recorte con relación al dinero disponible en 2024.

En lo político, en las horas anteriores Gobierno y EH Bildu habían pugnado por no dar por rotas las negociaciones aunque el acuerdo no terminaba de convencer a ninguna de las partes y era innecesario aritméticamente. Sin embargo, en la noche del miércoles la coalición ya advirtió de que la víspera había sido un “desierto” y que no había nada cerrado. En la batalla por el relato, algunos medios han publicado que el Ejecutivo ofreció como oferta final 100 millones a los abertzales y otros que eran solamente 16.

“¿Qué ha pasado en las últimas 48 horas? No quiere extenderme mucho porque a la ciudadanía no le interesa, pero recibimos la última propuesta antes que los principales medios y con un ultimátum”, ha protestado Pello Otxandiano. Frente a las diferentes publicaciones, Otxandiano ha indicado la oferta era de 30 millones ahora y de 150 para la legislatura. “Pero, insisto, esto no interesa nadie. Son cosas de los partidos”, ha querido zanjar el líder institucional de EH Bildu, aunque a la vez ha alentado que sigue habiendo plazo hasta que el pleno vise del todo los presupuestos, una posibilidad irreal para el Gobierno.

La coalición había reducido sus exigencias a cambios en Vivienda y a impulsar el SMI vasco, un punto ya pactado con PNV y PSE-EE en la única ocasión en que habían llegado a un acuerdo económico, en 2022. El propio Otxandiano ha recordado ese precedente para quejarse de que entonces el acuerdo, con los mismos equilibrios políticos e igualmente innecesario, se cerró en unos 250 millones, muy lejos de las cifras que se manejaban ahora. Al final, siguiendo con el argumentario de que podría haber partido para seguir hablando, EH Bildu ha terminado absteniéndose a todas las enmiendas de PNV y PSE-EE con tres importantes excepciones. Han dicho 'no' a las tres partidas adicionales para la Ertzaintza, incluida la compra de vehículos y 'software'. La coalición se ha abstenido también en los artículos no enmendados, al igual que el PP, de modo que técnicamente solamente Sumar se ha opuesto a las cuentas a pesar de ser el único grupo que ha logrado colar algo.

Desde la bancada del PNV, Alaitz Zabala ha constatado que las negociaciones no han llegado a “buen puerto” a pesar de la actitud “constructiva” de su formación. Y el PSE-EE ha interpretado que EH Bildu ha terminado bajándose de la negociación por “vértigo” y por las críticas externas a su postura posibilista, particularmente las de ELA. “Hay que desdramatizar. No eran ustedes necesarios”, ha agregado Ekain Rico, que ha dicho también que el Gobierno ha negociado “por principios” y no “por necesidad”.

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