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El PNV rescata el segundo Guggenheim de Euskadi como gancho electoral

Vista aérea de los astilleros de Murueta, en Urdaibai,una de las sedes del nuevo museo.

Belén Ferreras

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Visto el éxito del primero, tener un segundo museo Guggenheim en Bizkaia ha sido un sueño acariciado durante muchos años por el PNV. Ya en 2008 el entonces diputado general de Bizkaia, José Luis Bilbao, lo intentó sin suerte. Era un proyecto demasiado caro y la crisis económica que atenazaba por aquel entonces con fuerza a Euskadi hicieron el proyecto inviable. 15 años después de aquel intento, el segundo Guggenheim, proyectado con doble sede en Urdaibai parece un poco más cercano y el PNV saca pecho en plena campaña electoral por el impulso a una idea que asume como propia. “Es un trabajo de muchos años”, señalaba el candidato al Congreso por Bizkaia, Aitor Esteban. El Gobierno de Pedro Sánchez ha aprobado esta misma semana, en el último Consejo de Ministros antes de entrar en harina de campaña electoral, una partida de 40 millones de euros para este proyecto y le ha servido al partido que lidera Andoni Ortuzar para reivindicar su influencia en Madrid y la necesidad no sólo de mantenerla en la próxima legislatura, sino de reforzarla en las próximas elecciones generales.

Los 40 millones de euros vienen del Ministerio de Transición Ecológica que hasta ahora dirige Teresa Ribera. La propia ministra visitó 'in situ' la zona invitada por el PNV para convencerse de las bondades del proyecto que, según el PNV, supondrá un “antes y un después en la zona”. Lo que está planificado es una doble sede en una vieja fábrica de cubiertos de Gernika (Dalia) y en los astilleros Murueta, que quedarían unidos por una ruta cultural y a la vez verde

Esta partida, destinada por el Gobierno central a la Diputación de Bizkaia, estaba prevista en los Presupuestos Generales del Estado para el año 2023 tras un acuerdo alcanzado con el Grupo Vasco en el Congreso, que es como se llama el PNV, aunque se ha materializado ahora, y pretende “impulsar actuaciones singulares de desarrollo sostenible en el entorno del estuario de Urdaibai”, y entre otras cuestiones, “sustituir los antiguos emplazamientos industriales por espacios respetuosos e integrados con el medioambiente”. Para ello, se procederá a la descontaminación de más de 63.570 metros cuadrados de suelo, la restauración del flujo natural de la ría en Murueta y la renaturalización de los espacios, así como el acondicionamiento de zonas verdes y ajardinadas, estacionamientos de bicicletas, nuevos tramos de carriles-bici y sendas peatonales.

Aitor Esteban mostraba su satisfacción por el acuerdo de Consejo de Ministros que “viene a culminar un trabajo de muchos años” llevado a cabo desde su partido, decía. Recordaba que en el presupuesto de este año el Gobierno incluía en principio sólo una partida de 15 millones para esta cuestión. “Y nosotros les hicimos ver que no, que el acuerdo era 40 millones y por lo tanto pusimos la enmienda correspondiente para que esto se corrigiera y después de una serie de meses en los que ya se ha concretado el acuerdo entre Diputación y el Ministerio sobre el convenio para llevar adelante todo esto, se ha aprobado”, señalaba. “Es algo que va a beneficiar a los vecinos de la zona y a la ciudadanía vasca, en general”, destacaba dentro de la particular pugna que mantiene el PNV ahora con EH Bildu por ser los que más consiguen arañar de los Presupuestos o de los acuerdos en el Congreso o el Senado para proyectos en Euskadi. Es decir, por demostrar quién es más decisivo para Euskadi en el Congreso.

La Diputación foral de Bizkaia, tiene consignados también otros 40 millones de euros adicionales para el mismo destino. De hecho el proyecto del Guggenheim de Urdaibai centró también parte de la campaña a las elecciones forales de la ya diputada general de Bizkaia para esta zona, Elixabete Etxanobe. Ya después de su toma de posesión aseguraba la Diputación foral no apoyaría el proyecto de un nuevo museo Guggenheim en Urdaibai “si creyéramos que va a destrozar la zona”, y consideraba que “va a ser un proyecto beneficioso, como lo fue hace 25 años el Guggenheim de Bilbao”. Etxanobe respondía así a las voces de los que consideran que un proyecto destinado a atraer turismo en una zona que es reserva de la Biosfera puede ser muy perjudicial para el entorno natural.

De hecho, organizaciones vecinales como Zain Dezagun Urdaibai han denunciado que el Guggenheim es esta zona supone la “liquidación de facto de la Reserva de la Biosfera de Urdaibai como espacio natural protegido” dentro del programa de la Unesco, y supondrá “daños permanentes, irreversibles y afecciones significativas sobre el patrimonio natural” de esta zona. Otras, como Stop Guggenheim Urdaibai han solicitado a la Fundación de Nueva York que paralice el proyecto. Los informes de la Diputación consideran que no tendrá un impacto ambiental negativo.

Es más, el PNV considera que se trata de un “proyecto de país” que va crear “nuevas oportunidades de empleo”, es “un buen proyecto desde el punto de vista medioambiental”, y que permitirá recuperar los terrenos ocupados antes por industria. “No es sólo poner un museo”, señalaba Elixabete Etxanobe. “Está muy medido cuántos visitantes va a haber, y eso es lo que más se ha tenido en cuenta a la hora de planificarlo, además de dónde se va a situar. Nosotros no apoyaríamos un proyecto si creyéramos que va a destrozar esa zona. Eso es algo que hay que decir claramente y necesariamente”.

Los 40 millones del Gobierno central unidos a los 40 que aportará la Diputación son un comienzo, para acondicionar la zona, pero el coste del nuevo museo ira mucho más allá. Según el informe que ha elaborado el estudio neoyorquino de arquitectura Cooper Roberston, encargado de redactar el informe sobre las necesidades arquitectónicas y magnitudes económicas de la ampliación del Museo Guggenheim Bilbao costará cerca de 130 millones de euros. Unos 80 millones para la construcción de las dos sedes, otros 40 millones para equipamientos, honorarios y licencias, y otros 7 u 8 millones para el desarrollo del proyecto.

El proyecto sigue en fase de “estudio” por parte de patronato del Museo que espera a tener claro todo el tema de la financiación para avanzar en la convocatoria de un concurso arquitectónico internacional. De momento, el Gobierno vasco no ha decidido si entrará o no en la financiación del proyecto. El pasado martes, tras conocerse el acuerdo del Consejo de Ministros, el portavoz del Gobierno vasco, Bingen Zupiria, no avanzó más que el Gobierno vasco adoptará compromisos, “con respecto a este proyecto, en la medida que avance su definición”. Sí está en estudio por parte del Gobierno la posibilidad de que se pueda acceder hasta el nuevo museo en tren, ya que la idea es que no pueda accederse en coches, y que las visitas sean limitadas. En cualquier caso, de momento, nadie se atreve a poner fecha de apertura a un museo para el que queda mucho camino por delante, aunque se haya convertido en protagonista de la campaña.

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