El lehendakari, Imanol Pradales, se ha reunido este viernes con el PP en el palacio de Ajuria Enea en la segunda cita de su ronda de contactos con todos los partidos con representación parlamentaria con excepción de Vox. El líder de los 'populares', Javier de Andrés, ha declinado la invitación para comparecer después del encuentro, de 75 minutos y en el palacio presidencial, y ha convocado a los medios de comunicación en el Parlamento. ¿Por qué? Porque el gran titular que ha dejado De Andrés tenía más que ver con otro asunto de actualidad, con la crisis entre su partido y Vox, y no con la visita institucional. Sin necesidad de preguntas, el dirigente vasco ha cargado con mucha dureza contra Vox.
Santiago Abascal, el líder de la ultraderecha, es natural de Álava y fue compañero de De Andrés y de la mayoría de los actuales dirigentes. Ha explicado que “el protagonista de lo que está ocurriendo” en otras comunidades autónomas “es la misma persona que ya rasgó el PP en el País Vasco por intereses personales”. “Aquí lo conocemos bien”, ha dicho sobre quien fuera parlamentario vasco 'popular', entre otros cargos.
“Los intereses personales han conducido su carrera política. Es a lo que responde el personaje. Era compañero mío. Su responsabilidad era liderar una comarca de Álava importante, el Valle de Ayala. Pero no le gustó ese papel. Por eso buscó otros objetivos. Eso es lo que ha hecho en su carrera política. Causó un daño al PP vasco y particularmente al PP de Álava”, ha seguido De Andrés, quien también mantuvo una estrecha relación con Santiago Abascal padre en su etapa como diputado general de Álava. Sin embargo, tras salir del PP vasco y antes de fundar Vox, Abascal fue acogido y recolocado por el PP de Madrid.
Sobre la reunión con Pradales, “hora y cuarto de clima agradable”, De Andrés ha mostrado “buena disposición” a acuerdos, incluso también para la reforma del Estatuto. Ha dicho que ha sido el PP el que más cartas autonómicas ha reformado en España. Pero “siempre con intención de servicio púbico” y no “para obsesiones identitarias”. De hecho, ha alertado de que el PSE-EE ha comprado la línea ideológica del PNV de lograr competencias en materias reservadas en “exclusiva” al Estado. Ha puesto como ejemplo que la transferencia del puerto de Bilbao solamente sería posible si se le rebaja la categoría y deja de ser de “interés general”, lo que sería negativo para la economía vasca.
Por lo demás, el PP también ha incidido en que la Sanidad vasca precisa cambios. Ha demandado que se estabilicen las plantillas pero también ha insistido en que las exigencias de euskera complican la búsqueda de personal. De nuevo ha hablado de que el PNV no puede anteponer “objetivos ideológicos e identitarios” a la gestión de los servicios públicos.
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