Pradales busca un cambio en las relaciones con los sindicatos y se sentará con ELA
El lehendakari se reunirá también con el principal sindicato vasco, que ya ha anunciado que asistirá al encuentro, y pondrá fin a 11 años sin una reunión bilateral tras el distanciamiento con Urkullu
La legislatura de Imanol Pradales parece que dejará en su arranque una imagen inédita desde hace muchos años: la de un lehendakari reuniéndose con el sindicato mayoritario vasco, ELA, al que llama “ELA-STV”. Iñigo Urkullu no se reunió nunca con el actual secretario general de este sindicato, Mitxel Lakuntza, que lleva en el cargo desde 2019. Y las relaciones ya eran más que tensas con su antecesor en el cargo, Adolfo 'Txiki' Muñoz. Hay que remontarse a febrero de 2013 -hace 11 años nada menos- para encontrar una fotografía del secretario general de ELA con Iñigo Urkullu en un encuentro bilateral.
La voluntad de Pradales de iniciar su andadura como lehendakari con reuniones con los diferentes agentes sociales, incluido ELA, y la intención de Lakuntza de acudir al encuentro cuando le convoquen, supone un giro en las formas, pero que habrá que ver si se concreta después en otros cambios que terminen con el enfrentamiento entre el sindicato y la Lehendakaritza que han caracterizado la era Urkullu.
Después la ronda de contactos que lleve a cabo Pradales arrancará la anunciada por el vicelehendakari y consejero de Economía, Trabajo y Empleo, el socialista Mikel Torres, cuyo departamento ya ha realizado una llamada a los agentes proponiendo el encuentro -todavía sin fecha-, según señaló este miércoles el propio Lakuntza, que también ha confirmado que acudirá a la cita. Esta reunión, también muy importante porque supondrá ya entrar en harina en temas económicos y laborales con el consejero del ramo, es menos novedosa que la del lehendakari porque también la anterior consejera de Trabajo y Empleo, Idoia Mendia, inauguró todos los cursos políticos con encuentros con los diferentes sindicatos a los que ELA acudió, aunque más que nada para dejar constancia de sus discrepancias con el Ejecutivo.
De hecho, Mendia ha lamentado en muchas ocasiones no haber conseguido en sus años al frente de Trabajo y Empleo, cuatro en total, que ni ELA ni LAB se sentarán en la Mesa de Diálogo Social a la que sólo acuden CCOO y UGT de Euskadi con la patronal Confebask. A tenor de las primeras manifestaciones del secretario general de ELA sobre el nuevo Gobierno vasco, no parece que las relaciones del primer sindicato vasco con el Ejecutivo vayan a cambiar mucho. Lakuntza ha dejado claro desde el primer momento que considera que el acuerdo de Gobierno entre el PNV y el PSE-EE no aborda cambios, sino que apuesta por el continuismo. “Pradales viene a dar continuidad a las políticas de Urkullu”, ha reiterado este miércoles en una entrevista a Radio Euskadi, en la que ha minimizado la importancia de que se vaya a celebrar ese encuentro con el lehendakari más allá de “normalizar lo que no era normal”, en alusión a la falta de interlocución con Urkullu.
Lo cierto es que en ningún momento el anterior lehendakari ocultó el malestar que sentía con los sindicatos. Los únicos encuentros bilaterales con las centrales se produjeron en el arranque de su primera legislatura, en una ronda con los agentes sociales en 2013. A partir de ahí, las relaciones de los sindicatos nacionalistas con Urkullu no hicieron más que empeorar y les ha reprochado en numerosas ocasiones, especialmente a ELA, su intención de hacer política sin presentarse a las elecciones y ejercer de contrapoder. Es algo que ELA no sólo no niega sino que hace alarde de esa estrategia de marcada oposición al Gobierno. Y eso hoy por hoy no va a cambiar.
Es cierto que el talante de la personas importan a la hora de cómo se llevan a cabo después las relaciones. Por ejemplo, con motivo de la huelga general convocada por ELA y LAB en Álava, Bizkaia, Gipuzkoa y Navarra en enero de 2020, los sindicatos pidieron sendas reuniones con la presidenta de Navarra y con el lehendakari para explicarles las razones del paro. La situación era la misma para ambos mandatarios, pero mientras María Chivite accedió al encuentro, Urkullu no lo hizo. De hecho, durante todo su mandato se ha mostrado mucho más cercano con las organizaciones patronales que los sindicatos, más allá de reconocer a CCOO y UGT la importancia de su participación en la Mesa de Diálogo Social Vasca que ELA y LAB desprecian.
Aunque Pradales ha mostrado tener otra disposición distinta a la de Urkullu respecto a ELA por el hecho convocar al sindicato a este primer encuentro pese a los sonados desencuentros con los partidos del Gobierno en estos años, que han sido especialmente conflictivos en lo laboral con tres huelgas en el sector público, no hay que olvidar que Pradales ha defendido en diversas intervenciones los mismos postulados del anterior lehendakari en el sentido de que se estaban haciendo huelgas injustificadas, con carácter más político que laboral, con la intención de favorecer al principal partido de la oposición, EH Bildu, en las contiendas electorales. En línea con el “vienen a por el PNV” que ha defendido Urkullu y el presidente del PNV, Andoni Ortuzar. Aunque precisamente ELA es también bastante crítico con la labor de oposición que lleva a cabo la coalición abertzale.
Así las cosas, Lakuntza ya advierte de que será exigente con el nuevo Gobierno y a la reunión con Pradales llevará una batería de peticiones. Entre ellas transformar Osakidetza con más de 2.000 millones de euros de inversión, y cambiar la fiscalidad para que “no paguen menos los que más tienen”, dice. Básicamente pide cambios en Impuestos como Sociedades y Patrimonio, para que el grueso de los ingresos de las Haciendas no lo pongan los trabajadores a través del IRPFy el IVA.
También pedirá un salario mínimo adaptado a la realidad vasca, una cuestión con la que este miércoles Lakuntza ha mostrado su malestar porque LAB hiciera pública su propuesta de un salario mínimo de 1.600 euros cuando trabajaban una propuesta conjunta. De lo poco que ambos sindicatos intentan llevar a cabo de forma coordinada en la situación de guerra fría en la que están inmersos, pero que tampoco ha cuajado.
También trasladará Lakuntza en sus reuniones con el Ejecutivo, la negativa del sindicato a participar en el Mesa de Diálogo Social Vasca, en la que tampoco participa LAB, y que considerar vacía de contenido. Un organismo que tanto Pradales como Torres, han puesto en valor como punto de partida para llegar a acuerdos. No parece que a fama de gran conciliador que precede a Mikel Torres vaya a conseguir que la Mesa de Diálogo se pueda completar con las patas nacionalistas que le faltan.
elDiario.es/Euskadi
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