El Gobierno de Imanol Pradales aprueba este martes el proyecto de presupuestos de 2025, los primeros de su mandato. A falta de conocerse los detalles, es público que el techo de gasto alcanzará los 15.728 millones de euros. Es una cifra expansiva (703 millones más que el anterior) y la más alta de la historia. Sin embargo, este periódico ha podido confirmar de dos fuentes oficiales que las cuentas prevén una congelación en 300 euros mensuales del conjunto de las ayudas relacionadas con el alquiler de viviendas. Se trata de, al menos, la prestación complementaria de vivienda (PCV), la prestación económica de vivienda (PEV), Emantzipa y las ayudas de emergencia social (AES). El programa Gaztelagun, destinado a jóvenes hasta 35 años, ha estado habitualmente referenciado también a la misma cantidad que el resto de ayudas aunque se esperan cambios en su regulación de cara a los próximos meses.
El actual sistema de prestaciones de apoyo al alquiler surgió en 2008 como complemento de la renta de garantía de ingresos (RGI). Se creó la denominada PCV con un mínimo de 250 euros y un tope máximo de 320 euros que nunca se ha vuelto a alcanzar. En 2011 esa prestación se redujo a 250 euros y en esa cuantía se quedó congelada durante más de una década, hasta 2022. En 2022 subieron de 250 a 275 euros y en 2023 de 275 a 300 euros.
En medio, en 2015 surgió la PEV, gestionada no por el Servicio Vasco de Empleo (Lanbide) sino por el propio área de Vivienda. Es una prestación a la que tienen acceso los titulares del derecho a un piso protegido pero a los que la Administración no les pueda asignar una casa adecuada a sus circunstancias. Siempre han estado equiparadas y, de hecho, este año se ha iniciado ya el proceso de fusión de ambas, una pasarela para reconocer el derecho a la vivienda a los miles de perceptores de la PCV, hasta 27.000. Se prevé que en 2025 se sextuplique la partida prevista para la PEV, de 5 a 30 millones.
Finalmente, las AES son prestaciones pagadas por el Gobierno -pero gestionadas por los ayuntamientos- para casos extremos de urgencia y exclusión social y dedican buena parte de sus fondos a ayudas de vivienda. Aquí también se pueden usar para costear hipotecas y no solamente para contratos de arrendamiento.
Emantzipa y Gaztelagun son dos programas de reciente creación. El primero en nacer fue Gaztelagun, gestionado por la parte socialista de la coalición de Gobierno. El segundo lo puso en marcha el ala del PNV. Ambos ofrecen 300 euros al mes a jóvenes. En el caso de Emantzipa es formalmente una ayuda a la emancipación que cubre todo tipo de gastos más allá de la vivienda y se cierra a los 30 años. Gaztelagun solamente bonifica alquileres y tiene más rango de edad. El de 2025 será el segundo año consecutivo de congelaciones aunque el propio lehendakari, Imanol Pradales, ha situado la vivienda como la segunda mayor prioridad, únicamente por detras de Osakidetza.
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