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Sader-Profersa: la última empresa contaminante en el casco urbano de Bilbao en seis claves

El humo saliendo de la empresa el día del segundo accidente de Profersa.

Belén Ferreras

Bilbao —
18 de mayo de 2024 21:45 h

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Dos accidentes en apenas dos semanas han puesto de nuevo el punto de mira sobre el hecho de que Bilbao tiene empresas potencialmente contaminantes en su casco urbano: Profersa y Sader. Están ubicadas en el barrio de Zorroza de capital vizcaína. El incendio del pasado 18 de mayo en Porfersa, la empresa que ha registrado los dos incidentes, ha reavivado el debate sobre la necesidad de que se busque una nueva ubicación, pero los vecinos llevan años alzando la voz, exigiendo que se aleje a estas industrias de sus casas y que se les responda con “transparencia” sobre lo que respiran cuando abren la ventana. Tienen muchas preguntas, pero no siempre tienen respuesta.

1 - ¿A qué se dedican estas empresas y dónde están?

Sader y Profersa son dos empresas del mismo grupo, Agaleus, grupo industrial cuyo CEO de la división de Medio Ambiente es Xabier Caño, presidente de Aclima, el cluster de empresas medioambientales vascas, y que fue director general de Ihobe, la sociedad pública de gestión ambiental del Gobierno vasco. Esta división del grupo no integra a Profersa. Ambas empresas se encuentran ubicadas en Zorroza, un barrio que pertenece a Bilbao, pero que se encuentra alejado del centro de la capital vizcaína, a tres kilómetros del hospital de Basurto, ya en el limite con el municipio de Barakaldo, y en el que viven unas 11.000 personas. Ambas empresas, ubicadas en la zona conocida como Punta Zorroza, a orillas de la ría, se encuentran muy cercanas a muchas de las viviendas del barrio. Profersa fabrica fertilizantes a través de residuos. El Gobierno vasco ha decretado la paralización temporal de esta empresa tras sufrir el segundo incidente en 15 días. Sader es una empresa de descontaminación y eliminación de residuos, peligrosos y no peligrosos. Llevan más de 30 años ocupando esta ubicación, pero ahora han quedado como un vestigio del pasado industrial de Bilbao, convirtiéndose en las únicas empresas de estas características que permanecen en una capital vasca tan cerca de zonas habitadas.

2 - ¿Qué barrios son los principales afectados por las posibles emisiones de estas empresas?

Fundamentalmente afectan a Zorroza y San Ignacio, el barrio que se encuentra justo enfrente de las fábricas, al otro lado de la ría. Pero también al barrio de Altamira, Deusto, Basurto y Burtzeña, el barrio de Barakaldo colindante con Zorroza. Por eso en la plataforma constituida para exigir el traslado de estas empresas a otra zona, Sader Profersa Kanpora, están representadas diferentes asociaciones de vecinos de estos barrios, además de Ekologistak Martxan o la asociación de consumidores Facua Euskadi. “Estamos todos unidos porque esto es un problema que además no afecta sólo a nuestros barrios, afecta a todo Bilbao y a las poblaciones limítrofes, porque el aire, al final, no tiene puertas”, dice Lucía Ortiz de la Asociación El Canal (de San Ignacio). Han iniciado una recogida de firmas para pedir el traslado que suma ya más de 2.600 adhesiones.

3 - ¿Emiten sustancias peligrosas y se están controlando sus emisiones?

Oficialmente no. Tanto el Gobierno vasco como desde el propio grupo industrial descartan emisiones que pongan en peligro la salud de los vecinos, más allá de la molestia de los olores. Según reiteran desde las empresas, Profersa, es la única que emite a la atmósfera durante el proceso de producción, pero lo que sale por la chimenea “es vapor”, aseguran. Sin embargo, Sader, como gestor de residuos, “no tiene ningún foco de emisión”. “Como consecuencia de la actividad no emite nada a la atmósfera”, reiteran fuentes de la empresa. Los vecinos no lo tienen del todo claro: se quejan de picores, dolores de cabeza, ... Mucho más que el olor “a azufre que se te queda en la casa cada noche”, dicen. Pero sobre todo denuncian la “falta total de transparencia”. “Ante nuestras quejas nos responden que la calidad del aire es buena, que no hay ningún problema, pero no hay medidores que acrediten esa calidad. Es decir, no sabemos los que estamos respirando”, dice Mikel Romano, representante de Facua en Euskadi. Precisamente el viceconsejero de Sostenibilidad Ambiental del Gobierno vasco, Aitor Aldasoro, anunció el pasado jueves que se instalarán medidores en los barrios Zorroza y Elorrieta en San Ignacio para controlar la calidad del aire, aunque no especificó cuándo. Es algo que los vecinos llevan demandando años sin éxito, lo mismo que estudios epidemiológicos de la población.

4 - Ni medidores ni protocolos de actuación

La empresa asegura que hace sus propias mediciones cada quince días y que está todo correcto. Medidores de las instituciones en el entorno, a la espera de si se colocan los prometidos por el viceconsejero, hoy por hoy no existen. Los más cercanos a las plantas, que podrían tener datos de la calidad del aire durante los accidentes ocurridos en Profersa, curiosamente dejaron de medir coincidiendo con la franja horaria en la que se desató el incendio en la fábrica de fertilizantes. Como no se trata de plantas catalogadas como peligrosas, la población no tiene ningún protocolo de actuación ante un posible accidente. El pasado sábado cuando los vecinos de Zorroza empezaron a llamar al 112 se les emplazó a encerrarse en sus casas y cerrar las ventanas. “Los que llamaron se enteraron; los que no, no. Necesitamos un protocolo de actuación ya”, reclaman. “Y si no hay emisiones peligrosas, ¿por qué teníamos que encerrarnos?”, se preguntan.

5 - Camiones constantes atravesando el barrio

Los vecinos tienen miedo a lo que pueda influir en su salud lo que respiran y se quejan de los olores, pero también de la contaminación añadida que supone el constante trasiego de camiones por el barrio de Zorroza. Sobre todo porque Sader acoge residuos -peligrosos y no peligrosos- de múltiples lugares. De hecho, Sader está siendo investigada por un juzgado de Donostia por haber recepcionado una cantidad no determinada -pero elevada- de lixiviados procedentes del CMG-I de Zubieta en Gipuzkoa, las instalaciones gestionadas por el consorcio público GHK. Pero llegan residuos de muchas otras comunidades autónomas que, según denuncian desde la plataforma vecinal, no siempre llevan la identificación correcta para señalar que transportan residuos y qué tipo. “Hemos comprobado que algunos camiones no llevan la correspondiente placa identificativa del residuo que están obligados a llevar los que llevan mercancías peligrosas. Es otra de las cuestiones que a nosotros nos hacen aumentar nuestra preocupación, nuestra sospecha de que aquí se está cociendo algo peligroso para nuestra salud y que no nos quieren informar”, dice Igor Gutiérrez de Zorrotza Elkartea. “Y aparte de lo que puedan contener dentro, nos preocupa porque estamos hablando de que pueden pueden pasar 20, 30 ó 40 camiones al día por el barrio, con todo lo que eso supone de contaminación atmosférica”, dice. Una situación que contraponen a que vaya a entrar en vigor en breve la zona de bajas emisiones para el centro de Bilbao. “Como si los barrios no tuviéramos el mismo derecho a la calidad del aire”, ironizan.

6 - ¿Para cuándo la salida de estas empresas de Bilbao?

La reivindicación número uno de esta plataforma es que estas dos empresas se trasladen a otra zona, y llevan años pidiéndolo pero el Ayuntamiento no acaba de dar fechas concretas. Con Sader está ya firmado un acuerdo para que la empresa deje la zona, pero todo parece pendiente por un lado de que la actividad empresarial tenga una nueva ubicación y de que se concrete el plan de ordenación urbana de Punta Zorroza, que ya contempla que ese suelo deje de ser industrial y que esas empresas estén fuera de esta nueva zona de expansión de la ciudad. Pero a este plan le queda todavía muchos años de recorrido. Por su parte, desde Sader aseguran que está previsto que una empresa “de nueva creación” del grupo Agaleus integrando la actividad actual de Sader -que se cerraría- además de otras cuestiones relacionadas con la economía circular y la valorización de residuos. Si todo va bien el proyecto del puerto debería estar operativo para el segundo semestre de 2026“, dicen desde la empresa. Este proyecto, en principio, no incluiría a Profersa.

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