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La segunda vida del vino de Rioja que sobra en Álava: nueve millones de litros se convertirán en alcohol industrial

Belén Ferreras

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Sobra vino de DOC Rioja y millones de litros tendrán que destinarse a otros usos para evitar que el excedente inunde el mercado, caigan los precios y suma al sector en una crisis mayor de la que ya atraviesa golpeado especialmente por la guerra de Ucrania y el hecho de que Gran Bretaña haya salido del mercado de la Unión Europea. El vino de Rioja no se vende como antes y millones de litros de vino calificados con la denominación de origen se almacenan en las bodegas. En la Rioja Alavesa se dará una segunda vida a nueve millones de litros de este preciado caldo, que a través del destilado se convertirán en alcohol de uso industrial de los utilizados, por ejemplo, para la elaboración de productos de limpieza o para biocombustibles.

El Gobierno vasco ha aprobado una línea de ayudas destinadas a la destilación de este vino, precisamente con la condición de que no se utilicen en ningún caso más que para su uso industrial para evitar “cualquier falseamiento de la competencia”, y ha habilitado 8 millones de euros para repartir entre las bodegas de Rioja Alavesa. En concreto las ayudas serán de 0,925 euros por litro de vino tinto y 0,835 euros por litro de vino rosado. El decreto del Gobierno vasco establece las cantidades máximas que se podrán acoger a estas ayudas por destilación: un 10 % de la producción total de vino para bodegas grandes de 500.000 litros o más; un 15% para las que producen entre 250.000 litros y menos de 500.000, y un 20% de la producción las bodegas en las que esta es inferior a 250.000 litros.

Estas ayudas solucionarán parte del problema, pero no todo, porque los nueve millones de litros de excedentes que se podrán acoger a esta medida no son más que “la punta del iceberg del problema”, como señala Jesús Bouza, bodeguero y miembro de UAGA, ya que son muchos más los millones de litros que se almacenan en las bodegas porque no tienen salida en el mercado.

Es difícil establecer cuál es el excedente concreto para la Rioja Alavesa, pero para el conjunto de la DOC Rioja se estima que el stock de vino almacenado sin salida comercial está en unos 80 millones de litros, a los que se añadirán los de la próxima cosecha.

Este vino dedicado a la destilación se venderá a alcoholeras que separarán el alcohol del vino para venderlo posteriormente a usos industriales. “Las ayudas incluyen la condición de que tenemos que presentar el acuerdo con la alcoholera y que nos ha retirado el vino y un declaración de que se va a utilizar para usos industriales. Esto penaliza a las bodegas más pequeñas porque no tenemos tanta capacidad para negociar con las alcoholeras y se puede demorar la recogida, y las ayudas se repartirán en función de orden de presentación”.

Lamenta Bouza también el tope de litros que se pueden destilar, porque la venta de este vino excedente como vino de mesa sale mucho peor. “Se paga más la destilación que la venta, porque ahora no se nos está pagando más de 0,82 o 0,84 euros por litro. Con eso no cubrimos ni los costes”.

El vino DOC Rioja ha registrado durante el año pasado la menor cantidad de litros comercializada en los últimos 10 años. A nivel de Euskadi, según datos analizados por el Observatorio Español del Mercado del Vino, las exportaciones de vino desde el Euskadi cayeron un 12,7% en términos de volumen durante los 10 primeros meses de 2022 hasta los 38,7 millones de litros.

Para evitar que se sigan repitiendo estos excedentes de vino en cosechas futuras la DOC Rioja ha puesto en marcha un plan para recortar la producción, que tampoco ha caído muy bien en muchas bodegas de la Rioja Alavesa. “Siempre pagamos el pato el eslabón más débil” dice lamentando la situación sobre todo de las bodegas más pequeñas.

El plan bianual aprobado por la DOC Rioja supone el ajuste de los rendimientos de la producción para las vendimias de 2023 y 2024 y, por otro, se busca una reducción de las existencias actuales de vino amparado bajo la DOC Rioja “a través de una mayor exigencia cualitativa y la salida primada de vinos”.

Este plan ha entrado también en conflicto con las bodegas vascas que quieren poner en marcha su propia denominación de origen bajo el nombre Viñedos de Álava, ya que consideran que son decisiones equivocadas del Consejo Regulador las que les han llevado a esta situación de excedentes y creen que su plan es sólo una medida coyuntural cuando lo que se necesitan son medidas estructurales.