Las tres Diputaciones vascas, que son las que gestionan la red de residencias en Euskadi en sus respectivos territorios, han dispuesto en las diferentes fases de la pandemia de hasta siete centros intermedios para derivar casos más leves de COVID-19, uno en Álava (Zadorra), tres en Bizkaia (Birjinetxe, Unbe y la Casa del Mar de Santurtzi) y otros tantos en Gipuzkoa (la Cruz Roja de Donostia, San José de Ordizia y una planta del hospital de Eibar). Según los datos recopilados por este periódico, por ellos han pasado del orden de 1.521 mayores, un 24,59% de los 6.184 positivos estimados en los centros de mayores de Euskadi. Este sistema a medio camino entre lo asistencial y lo sanitario ha permitido mejores aislamientos y sectorizaciones en las residencias con brotes y, singularmente en la primera ola, una menor congestión de la red hospitalaria. Por los hospitales han pasado14.700 personas este año y, de no haber existido este filtro, la presión sobre el sistema habría crecido más de 10%.
En el caso de Bizkaia, donde la estimación muestra que 3.735 mayores han contraído el Sars-Cov-2 (y 525 han fallecido, además de otros 34 casos sospechosos) el principal punto de referencia para las derivaciones ha sido la residencia Birjinetxe del barrio de Txurdinaga de Bilbao. Por allí han pasado 541 mayores de otras residencias desde su apertura el 27 de marzo del pasado año hasta que el 22 de febrero se confirmaron las últimas altas. Además, otras 383 personas “frágiles” que no podían completar su convalecencia tras el positivo han quedado aisladas también allí. ¿Por qué se eligió este lugar? Superó un pequeño brote de COVID-19 en la primera semana de la pandemia -el 7 de marzo de 2020- y se interpretó que reunía todas las condiciones para garantizar todas las medidas y protocolos. La Diputación vizcaína, además, ha derivado otros 136 mayores infectados al centro de IMQ Igurco Unbe. Este recurso fue activado del 5 de abril al 31 de mayo en la primera ola y, ya en la segunda, reabrió 5 de noviembre. A diferencia de Birjinetxe, Unbe sigue disponible para esos otros pacientes. En la pasada primavera se activó incluso un tercer centro, la Casa del Mar de Santurtzi, pero de sus únicos 12 inquilinos ninguno procedió finalmente de las residencias afectadas.
En Gipuzkoa, con 1.390 positivos y 322 muertes, ha habido igualmente tres recursos y en los tres se han efectuado derivaciones, aunque no al mismo tiempo. En la primera ola (de marzo a mayo) funcionó como centro de referencia la Cruz Roja de Donostia y allí llegaron 89 usuarios de la red de residencias guipuzcoanas. En la segunda han sido otros dos los puntos, uno en Eibar -una planta en el hospital de la localidad- y otro en Ordizia -58 plazas precisamente en una residencia que sufrió un fuerte brote con 25 defunciones-. Han estado operativos desde junio y desde septiembre, respectivamente, y han acogido a 411 y 195 mayores enfermos.
Ni en Gipuzkoa ni en Bizkaia quedan ya casos de coronavirus en las residencias, pero sí en Álava. Aquí ha habido 1.059 contagios y 208 muertos y este viernes es el día previsto para que puedan recibir el alta los tres usuarios todavía positivos del centro de Yécora, en la Rioja Alavesa, que estaban totalmente asintomáticos. En todo caso, ninguno ha sido enviado al que ha sido único centro de referencia en toda la pandemia, la residencia pública de Zadorra, en Vitoria, cuyas instalaciones más modernas que las de muchos centros pequeños permitían aplicar los protocolos sanitarios con seguridad. 149 mayores han pasado por allí, 28 de ellos de centros privados, según el recuento oficial.
Fuentes de la Diputación alavesa indican que, “durante la primera ola, se priorizó el apoyo, acompañamiento y formación a las residencias y viviendas comunitarias”, esto es, se interpretó que la pandemia fue repentina y sobrevenida y no se cargó con una factura a los centros. Explican desde el área que dirige Emilio Sola que fue “coincidiendo con la tercera ola” cuando se aprobó un decreto para establecer una tarifa, “en un momento en el que las residencias habían tenido tiempo de adaptar su funcionamiento a esta crisis sanitaria”. La cuantía, además, no fue de 50 euros sino de 92,51, “que coincide exactamente con el precio de concertación de plazas residenciales en 2020”, que en 2021 se habrá revalorizado con el IPC.
Desde Bizkaia indican que no se ha abierto nunca este debate sobre las compensaciones económicas. Gipuzkoa, finalmente, indica que “no se ha cobrado nada a los centros” aunque sí han puesto en marcha un sistema para los usuarios derivados desde residencias privadas, que suponen el 15% de las plazas. A ellos se les ha cargado un coste en concepto de “estancia temporal” en alguno de los tres centros de referencia y, a la vez, se les han descontado esos días de su factura en el recurso del que procedían.
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