La profesora de Sociología en la Universidad de Salamanca y la que fuera secretaria de Estado de Igualdad del Gobierno de España hasta enero de 2020, Soledad Murillo de la Vega, ha sido protagonista de las conferencias realizadas por el Ayuntamiento de Portugalete, Bizkaia, este viernes con motivo del Día Internacional de la Mujer. Su charla 'La proeza de cuidarse' ha tratado sobre la responsabilidad de administrar los cuidados en las familias para que estos no recaigan exclusivamente o de mayor manera sobre las mujeres.
Murillo confiesa a elDiario.es/Euskadi que vivió este 8M “con preocupación” por las divisiones a las que se enfrenta el movimiento feminista, sobre todo las provocadas tras las polémicas por la Ley Trans. Sobre esto, ha querido destacar que “las divisiones en el movimiento feminista están mal orientadas. Ninguna persona feminista que hable de la Ley Trans está en contra de las personas trans. Bajo ningún concepto. Se ha desfigurado, siempre me pregunto con qué intención”, ha señalado en una entrevista a este periódico.
El viernes realizó la conferencia 'La proeza de cuidarse' impulsada por el Ayuntamiento de Portugalete. ¿De qué trató?
Trató sobre cómo administrar el cuidado para que tú también tengas tiempo disponible de cara a tu propio cuidado. Con el tema de la pandemia estamos hablando constantemente de que las mujeres tienen una mayor carga y se ha comprobado. La cuestión es que no se trata tan solo en familias monomarentales, también ocurre cuando hay una pareja en la que el padre o el compañero sentimental y ambos teletrabajan, pero los cuidados recaen sobre ella. La pregunta es ¿por qué no administramos los cuidados? Hay que repartir para que nadie se apropie del tiempo que supone tan solo cuidarse a sí mismo.
¿Y qué se puede hacer para administrar los cuidados?
Primero, saber que no es algo que te corresponde hacer a ti y, por lo tanto, que resulte intolerable que el cuidado se deposite en las mujeres como si fuera algo natural. Me interesa recalcar la expropiación de tiempo que se produce cuando alguien está depositando en las mujeres en función de su rol y de su género la tarea de llevar a cabo los cuidados y no hay una réplica por parte de los convivientes porque gozan de esa bula de no cuidar. También ocurre con los no convivientes o en el caso de hijos e hijas que suelen tener con respecto a la responsable del hogar una relación de expropiación de tiempo.
Confío en que la agenda feminista vuelva a aglutinarnos a todas
¿Cree que esa situación pueda mejorar con el nuevo permiso de paternidad?
Cuando trabajamos el permiso de paternidad en el año 2019, pensamos que la primera parte de la aparición de la criatura, sea biológica o adoptada, suponía empezar a organizar la corresponsabilidad. Por eso no estábamos de acuerdo con un permiso por turnos, precisamente porque la corresponsabilidad implicaba el tener que afrontar una serie de tareas, pero también de emociones que son absolutamente nuevas en esa relación de pareja porque aparece una criatura que tiene un protagonismo claro. El permiso de paternidad entró en vigor el 1 de enero de 2021 y lo mejor de todo es que sí pensamos que era necesario, de ahí el carácter obligatorio del mismo.
¿Cómo vivió el 8 de marzo?
Por una parte pienso que siempre tenemos recursos para celebrar el 8M, pero lo viví con preocupación por si hubiera divisiones. Creo que esas divisiones se pueden perfectamente superar en la medida en la que recuperemos la agenda feminista. La agenda feminista debe centrarse en el género y en las diferencias de trato y consideración entre hombres y mujeres porque es precisamente lo que estamos padeciendo. Se ha visto el abuso con el tema de la COVID-19, ha habido un número importante de divorcios, por lo tanto, hay una valoración en cuanto a cómo soy tratada. Y también tenemos que pensar si el 67% de las personas autónomas son mujeres y los sectores como hostelería o educación están mayoritariamente ocupados por mujeres, que no es posible hablar de cuidados como si fuera una dotación de tiempo, es una expropiación de tiempo. Es una proeza negociarlo, no solo quejarse y recuperar una agenda feminista. Por eso confío en que la agenda feminista vuelva a aglutinarnos a todas como hacemos todos los días cuando hablamos de brecha de género.
¿Por qué considera que están surgiendo estas divisiones en el movimiento feminista?
Las divisiones en el movimiento feminista están mal orientadas. Ninguna persona feminista que hable de la Ley Trans está en contra de las personas trans. Bajo ningún concepto. Yo creo que se ha desfigurado, siempre me pregunto con qué intención y no se me escapa que en 2018 fue la manifestación más importante del mundo la celebrada en España. No hay coincidencias. Creo que en ese sentido el hecho de desestimar y colonizar con el lenguaje que el concepto mujer ya no tiene ninguna pertinencia ni el concepto hombre, sino hablar de seres binarios o no binarios pues desde luego me sorprende porque eso no se haría con el movimiento obrero, por ejemplo. En ningún caso desacreditaríamos las luchas y los logros conseguidos.
Estoy segura de que las personas trans no han pedido que se hable de personas no binarias
Desde luego siempre hay péndulos en las organizaciones feministas y los péndulos vienen precisamente por una reacción. No es casualidad. Dos años antes, en 2018, teníamos la manifestación más numerosa del mundo y después en el 2020 empezamos con el tema de la Ley Trans, que es fantástico apoyar y despatologizar, pero no me denomine 'persona no binaria'. Estoy segura de que las personas trans no han pedido que se hable de personas no binarias. Me preocupa una vez más que los varones no estén concernidos, no es asunto de ellos. Es un tema que afecta al movimiento feminista y a las mujeres y ellos están como siempre, al margen absoluto de cualquier discusión y de cualquier definición que les coloque en una situación de inferioridad.
¿Y qué se puede hacer para evitar ese tipo de terminologías y que todo el movimiento esté aglutinado?
Habrá encuentros. Es verdad que la discusión tiene que llevarse de forma menos acalorada y más tranquila. Yo lo intento en cualquier espacio aunque no pueda hablar. La realidad va a ponernos en nuestro sitio porque vamos a tener unas situaciones terribles. Esta discusión no es sobre las personas trans, es sobre el hecho de cambiar los conceptos 'hombre y mujer' por 'sujetos binarios y no binarios'. Esa colonización del lenguaje es lo que me produce una preocupación extrema.
Parece que se trate de un tema que solo importe a mujeres y los hombres se quedan a un lado.
Ellos no se sienten concernidos, por eso hay tantos señores que apuestan por la estética. La ideología 'queer' es fantástica, pero es una estética. Es una estética que curiosamente siempre está refiriéndose a la feminización del cuerpo cuando nosotras todavía tenemos pendiente desembarazarnos de sujeciones como el tema de las dietas, la cirugía estética... Tenemos muchas cuentas pendientes, parar el cronómetro de la vida, una maternidad a los 35 porque te penalizan en el trabajo... Esto sí que es serio. Y rechazamos abiertamente que nos consideren personas binarias o no binarias o personas sangrantes. No sé cómo resultaría que alguien le llamara a un señor 'señor eyaculante', posiblemente habría una reacción lógica y que entenderíamos todos. En este caso desfigurar lo que ha sido una lucha de emancipación que ha beneficiado a todo el mundo, nosotras estábamos solas en el año 83 pidiendo anticonceptivos, no teníamos a nadie al lado. Siempre se ha apoyado cualquier movimiento de personas con discriminación, incluidas las personas trans. Yo creo que no ha surgido de las personas trans el hecho de desfigurar el concepto mujer o desfigurar el concepto género. La mayoría de la población en la medida que busca y encuentra más legitimidad para sus reivindicaciones aparecen movimientos de reacción y no digo que sea de las personas trans. No son las personas trans, en absoluto, a las cuales tengo un enorme respeto por el coraje que tienen para vivir como quieren vivir.
La Ley Trans es una ley que tiene aspectos muy positivos, pero la autodeterminación de género no puede eliminar el concepto género
Puede que el problema sea la desinformación que hay sobre este tema y que por eso se llegue a considerar que las personas que están en contra de esta ley es que están en contra de las personas trans.
La simplificación siempre ha sido una manipulación muy bien planteada porque la simplificación hace que las ideas sean más fáciles de aceptar y, sobre todo, la segunda parte de la manipulación es presentar una idea compleja como si hubiera dos bandos. Basta con que te abones a uno de los bandos sin pararte a pensar en la complejidad que conlleva. Yo lo que lamento es que es una ley que tiene aspectos muy positivos, pero la autodeterminación de género no puede eliminar el concepto género como algo a rebatir. Y luego tiene otra parte que es muy útil, que es como categoría de análisis, es decir, cuál es la brecha de género, cuál es la violencia de género específicamente ejercida en contra de las mujeres por el hecho de ser mujeres. Nos sirve como vía legal, de análisis, de recuperación de la libertad, pero por otra parte, la parte sombría es que nos encierra en unos comportamientos que parece natural como leo en artículos sobre la COVID-19 que dicen 'las mujeres cuidan más', bueno ¿y qué más? ¿Y quién se apropia de esto? ¿Cómo estamos tolerando esto? En términos de análisis. No puede ser un conflicto privado. Por eso aceptamos como natural que en el colegio pidan el teléfono de la madre aunque esa criatura tenga un padre.