“El resultado ha sido negativo”. Según fuentes de la Ertzaintza, los servicios de Emergencias han dado ya por suspendida este miércoles, tras cinco jornadas de trabajo, la búsqueda en las aguas del río Bidasoa, frontera natural entre España y Francia en Irún, del cuerpo del migrante en tránsito cuya desaparición fue denunciada el pasado sábado. Según los primeros datos, su nombre es Ibrahim Diallo y tenía 24 años. Con él saltaron al agua otras dos personas que sí llegaron a la orilla francesa.
Las fuentes consultadas precisan que se suspende únicamente el rastreo en el río, una operación en la que han participado la Ertzaintza, la Guardia Civil y la Cruz Roja, así como también equipos de Francia. Se mantendrá abierta una investigación policial y se retomará la búsqueda en caso de que aparezcan nuevos indicios, explica la Policía vasca. Este miércoles se ha vuelto a revisar el Bidasoa en horas de bajamar pero no ha aparecido el cadáver, lo que ha motivado la decisión de no continuar. El propio Gobierno vasco ya recordó el fin de semana que en un caso anterior -son ya cuatro los migrantes africanos muertos tratando de cruzar a nado la frontera- el operativo duró nueve días.
Hace ya casi un lustro que Francia erigió un muro invisible en forma de controles policiales y devoluciones en caliente para impedir el paso por los puntos habituales en pleno espacio Schengen de la Unión Europea de los jóvenes africanos que buscan continuar su ruta a través de la frontera de Irún-Hendaya. Ello ha hecho florecer mafias que se lucran con estos impedimentos o que se exploren rutas alternativas. El río es una de ellas, pero muy arriesgado. Aunque la distancia es aparentemente corta, es un espacio de fuertes corrientes, mareas vivas y más profundidad de la visible. Además, en esta época del año las temperaturas del agua son gélidas. La Cruz Roja, que gestiona un albergue para este colectivo en la zona de Hilanderas, ha editado incluso folletos en varios idiomas desaconsejando ese paso. Sin embargo, según 'El Diario Vasco' este mismo miércoles otras tres personas lo han intentado, aunque han renunciado a la operación a medio camino.
Estos hechos se producen en medio de una oleada de solidaridad hacia los refugiados de la guerra de Ucrania. De hecho, la propia zona de Irún-Hendaya es un punto de acogida para ellos, con nuevas plazas de alojamiento también en Hilanderas. Por ello, una concentración este lunes e incluso el Gobierno vasco han apelado a que se permitan los mismos corredores seguros para los migrantes que viajan del sur hacia el norte que para quienes lo hacen en dirección contraria.
elDiario.es/Euskadi
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