En Bizkaia, las empeladas del sector de ayuda a domicilio llevan dos años en conflicto, con paros parciales al principio y paros que hacen un total de 42 días en los últimos meses; las trabajadoras de residencias de la tercera edad de Gipuzkoa, llevan 165 días de huelga para reivindicar un convenio digno y exigir un modelo de cuidados de calidad en los centros y las trabajadoras del servicio de Limpieza de los Juzgados de Bizkaia han comenzado a movilizarse para, en 2020, incorporar a sus demandas el aspecto salarial, sobre todo en materia de brecha de género.
Son estas últimas quienes han protagonizado una de las protestas más originales, ya que han denunciado este jueves 26 de diciembre sus condiciones laborales celebrando el Año Nuevo 1980, para reivindicar que su situación laboral actual es peor que la de por aquel entonces. Convocadas por ELA y CCOO, las trabajadoras del servicio, subcontratado con la empresa Sacyr Valoriza desde el año 2010 y que da servicio a ocho juzgados de Bizkaia, se han vestido con ropa de los 80, pelucas y escobillas de váter y bajo el lema “Stop condiciones laborales vintage” han celebrado la Noche Vieja frente al Tribunal Superior de Justicia del País Vasco en Bilbao.
Inmaculada Gómez comenzó a trabajar como limpiadora en el juzgado hace 20 años y es una de las trabajadoras que ha denunciado la “explotación” laboral que sufren y que “las condiciones laborales del colectivo actualmente, son de esa época y, en lugar de mejorar, empeoran”.
“Estamos peor que hace 20 años porque anteriormente sí que se cubrían las bajas, las vacaciones y a día de hoy no se cubre absolutamente nada. Cuando tú te vas de vacaciones ya se ha ido antes otra compañera a la que le has tenido que hacer su trabajo y acabas reventada”, ha afirmado Gómez.
La responsable de ELA Maite Leizegi ha denunciado que las trabajadoras del servicio, alrededor de medio centenar, se sienten “explotadas” porque “cada día aumentan las cargas de trabajo y esta situación supone dejar nuestro trabajo a medio hacer para poder cumplir con las órdenes de la empresa porque se niega a cubrir ninguna vacante”. Según ha explicado, cada trabajadora tiene asignadas unas tareas “en función del tiempo contratado”. “Pero la realidad es que, aparte de nuestro trabajo, realizamos también el de las compañeras que están de vacaciones, de licencia o Incapacidad temporal, entre otros”, ha denunciado Leizegi.
“A partir de que hemos empezado con las concentraciones parece que las condiciones van mejorando, pero no del todo porque los sindicatos y la empresa se están reuniendo pero no han llegado a nada. Estamos optimistas porque creemos que tenemos mucho a nuestra favor, pero no vamos a parar porque tampoco nos fiamos de la empresa”, ha señalado Merche, que lleva trabajando como limpiadora en el juzgado desde 1990.
Carbón para los diputados “que se portan mal”
A unos 100 km de Bilbao, en Donosti, las trabajadoras de residencias de Gipuzkoa, otro sector tanto precarizado como feminizado, han llevado a cabo este viernes 27 de diciembre una sentada frente a la sede de la Diputación Foral, en San Sebastián, para reclamar una solución a un conflicto en el que, con los nuevos paros convocados, se alcanzarán los 180 días de huelga. Y es que, las trabajadoras de residencias de personas mayores y centros de día de Gipuzkoa llevan en huelga desde el pasado día 12 de diciembre y lo estarán hasta el próximo 10 de enero.
Al igual que las trabajadoras de limpieza del juzgado, las trabajadoras de las residencias también han optado por una acción de denuncia original: dejar el día de Nochebuena “carbón” en la Diputación de Gipuzkoa para el diputado general, Markel Olano, y la diputada de Políticas Sociales, Maite Peña, como regalo de Olentzero para simbolizar “que se han portado mal y es lo que merecen”.
El sindicato ELA ha criticado la “hipocresía” de la Diputación de Gipuzkoa, a la que “no le interesa lo más mínimo ni las trabajadoras, ni las familias ni los usuarios” y mantiene su disposición a “pelear hasta la última de las consecuencias por la mejora” del sector. “A la hora de la verdad, fomentan la precariedad en un sector feminizado, que tiene una brecha salarial de 6.000 euros respecto a sectores masculinizados”, denuncia, al tiempo que censura la “irresponsabilidad” de la Diputación guipuzcoana al no hacer “el más mínimo esfuerzo por contactar con las partes del conflicto”.
El peligro de “privatizar un servicio público”
Por su parte, las trabajadoras en huelga del Servicio de Ayuda a Domicilio, que llevan sin convenio desde 2012, también se han manifestado este viernes en Bilbao, en la que representa su tercera jornada de huelga en diciembre, para denunciar “el deterioro progresivo de sus condiciones laborales, el descenso del número de horas y el retroceso de la calidad del servicio que se presta a las personas dependientes” en una huelga en la que suman 42 días de paros.
“Somos más de 1.500 trabajadoras, prácticamente en su totalidad mujeres, que trabajamos realizando un servicio esencial para la ciudadanía, un servicio público que ha sido privatizado a través de empresas privadas subcontratadas por los ayuntamientos y mancomunidades de Bizkaia”, han denunciado.
Además, han criticado los “recortes constantes” que sufren por parte de ayuntamientos y mancomunidades, quienes, “aprovechándose de la Ley de Dependencia estatal realizan recortes presupuestarios que tienen graves consecuencias, no sólo en las condiciones laborales, si no también en el servicio que se presta”.
“Se recortan cada día las horas de servicio, en total, más de 8.000 en los últimos cinco años; sufrimos perdidas salariales y derechos laborales; padecemos las consecuencias de la contratación a tiempo parcial y la imposición de las decisiones de las empresas subcontratadas que sólo velan por mantener sus millonarios beneficios con dinero público”, han denunciado las trabajadoras, tras una manifestación que ha recorrido el centro de Bilbao.