Tubacex aplica de manera 'sui generis' la sentencia: pagará a los despedidos pero no los devuelve al puesto de trabajo
Los 129 trabajadores despedidos en el ERE de Tubacex recibirán su salario sin la reincorporación efectiva de sus puestos de trabajo. A pesar de que el ERE fue declarado nulo por la Justicia el pasado 6 de julio, la empresa seguirá los pasos de PCB -cuyo ERE también fue nulo por sentencia- y pagará los salarios correspondientes a cada trabajador mientras esté en su casa. Así lo han confirmado fuentes cercanas a la empresa a elDiario.es/Euskadi este martes tras celebrarse la reunión entre la dirección y el comité de empresa de Tubacex.
El comité de empresa era consciente de que esta era una de las posibles medidas que podría tomar la empresa, sin embargo, desde el primer momento la ha venido rechazando y exigiendo la incorporación de todos los trabajadores despedidos. Ante la situación que apuntan desde la dirección de Tubacex, los trabajadores deberán valorar si siguen con la huelga indefinida, que ya acumula 153 días.
“La dirección nos comunica la presentación de recurso a la sentencia del ERE y la dispensa de ir a trabajar al personal readmitido. Además de esto, nos trasladan intenciones de posibles inversiones, recuperación de despedidos y negociación de un próximo ERTE, sin fijar nada concreto. Consideramos una ocasión perdida, que será valorada por los sindicatos y la plantilla en los próximos días”, han anunciado desde el comité de empresa, cuya intención en la reunión era la de “encontrar un punto de encuentro para normalizar las relaciones entre la dirección y la plantilla”.
Según informan fuentes de la dirección a este periódico, los trabajadores “serán readmitidos, pero tendrán una dispensa para no ir a trabajar y recibir su salario”. Además, se conformará una “mesa de diálogo” para la “normalización” de las relaciones entre dirección y plantilla. A partir de septiembre, se prevé aplicar un ERTE, cuya duración se desconoce por el momento.
“Si nos pagan los salarios por quedarnos en casa trataremos de poner en marcha una iniciativa para repartir esos salarios entre los trabajadores que mantengan la huelga. Supongo que esto solo lo secundará parte de la plantilla, pero creemos que es lo justo”, ha señalado Aitor Bordagaray uno de los trabajadores despedidos a elDiario.es/Euskadi tras conocer la decisión de la empresa.
A medida que iban pasando los días, los trabajadores de ambas plantas crearon una caja de resistencia con la que reciben donaciones de todas partes de España para que “ningún trabajador tenga que dejar la huelga por la falta de dinero”. Los trabajadores que estaban de servicios mínimos también destinaban sus salarios a la caja de resistencia. “Como se hizo con los trabajadores que estaban de servicios mínimos, tenemos que aprovechar los recursos que nos da la empresa de forma solidaria para continuar la huelga”, ha apuntado Bordagaray.
Si nos pagan los salarios por quedarnos en casa trataremos de poner en marcha una iniciativa para repartir esos salarios entre los trabajadores que mantengan la huelga
El Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV) declaró nulas las 95 rescisiones de contrato, 12 prejubilaciones y 22 bajas incentivadas en las plantas de Llodio y Amurrio al considerar que vulneran la denominada “prohibición de despedir por problemas derivados de la crisis coyuntural de la COVID-19”. Como consecuencia, los trabajadores deberían ser readmitidos de forma inmediata a pesar de que la sentencia no es firme. La empresa, que tenía cinco días para llevar a cabo las reincorporaciones, ha anunciado que la recurrirá ante el Tribunal Supremo.
“La dirección de Tubacex ve incomprensible que no se tenga en consideración que el sector de Oil&Gas afronta un importante cambio de modelo de negocio afectado por la transición energética y la descarbonización. En este contexto, no se entiende que la delicada situación de las plantas de TUBACEX en Álava durante los últimos años no se considere estructural sino coyuntural unida al COVID que comenzó en 2020”, señalaron desde Tubacex al conocer la sentencia.
Para justificar los despidos, la empresa argumentó la disminución de la cifra de negocio, que pasó de 235.725.435 euros en 2019 a 162.547.000 euros en 2020. Unos datos que según la sentencia “no permiten afirmar la razonabilidad del despido”. “Partimos del hecho de que la empresa, a la hora de exponer las causas de minoración de su negocio, parte de unos alegatos que posteriormente abandona en el curso del procedimiento. En un principio, para justificar el ERE, la empresa sostuvo categóricamente que el descenso del precio del petróleo afecta muy negativamente a TTI. (...) Sin embargo, la empresa abandona esa línea argumental consciente de la tendencia al alza de los precios del petróleo, hecho notorio y que todas las partes asumieron en el acto del juicio”, señala el fallo.
La dirección de Tubacex ve incomprensible que no se tenga en consideración que el sector de Oil&Gas afronta un importante cambio de modelo de negocio afectado por la transición energética y la descarbonización
Desde el inicio del conflicto laboral y de la huelga indefinida que este martes cumple ya 153 días, los sindicatos han denunciado que durante los años anteriores a la pandemia, “la empresa ha obtenido millones de beneficios, ha recibido ayudas públicas y ha contado con el respaldo de las reformas laborales que le permiten presentar estos ERE”. Sin embargo, la dirección argumenta que los problemas en el grupo tubero son anteriores a la crisis sanitaria y que la pandemia solo vino a incrementarlos y a agravar su situación en cuanto a pedidos.
Tubacex se fundó en 1963 en Llodio, pero en 1992 tuvo una crisis que la obligó a cerrar. Desde 1993 hasta el año 2020 ha sido una empresa que ha tenido beneficios, con cotización en Bolsa de Madrid desde 1970 y cerca de 2.500 trabajadores repartidos en plantas por todo el mundo. El cambio de dirección en 2011 fue el comienzo de la diversificación de la fábrica y la compra en plantas de producción en España, Austria, Estados Unidos, Italia, India y Tailandia.
Los despidos de Tubacex no se limitan a las plantas de Euskadi. De hecho, la cifra ronda los 600 trabajadores en sus plantas repartidas por el mundo, una estrategia para ahorrar costes y mejorar la rentabilidad. Según informó la propia compañía, la deuda neta alcanzó a cierre del trimestre los 310,4 millones, 12 veces el ebitda (beneficio bruto de explotación), un ratio que incluye las indemnizaciones por los 600 despidos y la adquisición de la filial india Tubacex Prakash.
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