Según ha trascendido, Iñaki Urdangarin tiene nueva pareja, lo que ha devuelto al cuñado del jefe del Estado a la primera línea informativa. En esta nueva fase de su vida, el exjugador de balonmano aparenta en Vitoria y en sus viajes llevar una vida normal, aunque en verdad continúa cumpliendo en tercer grado la condena de cinco años y diez meses por corrupción que le fue impuesta en el marco del 'caso Nóos' con la mira puesta en un licenciamiento definitivo a partir de mayo de 2022, cuando se cumplen dos terceras partes de su condena iniciada en el verano de 2018. Además, aunque ya no forme parte de la Casa Real y no haya operativos de seguridad oficiales coordinados por la Ertzaintza, Urdangarin mantiene un dispositivo de seguridad discreto a su disposición.
La “exclusiva” de la prensa del corazón sobre la presunta ruptura de Urdangarin con Cristina de Borbón, su esposa desde 1997, ha motivado guardias de fotógrafos, camarógrafos y reporteros que todavía este viernes, 72 horas después de la noticia, rodean el portal de la céntrica calle de Los Fueros de Vitoria en el que se accede a las oficinas del bufete Imaz & Asociados. Como parte de su programa de reinserción, Urdangarin trabaja allí desde hace un año. Esta oferta le permitió su traslado desde un centro de Instituciones Penitenciarias en Madrid (antes había estado en Ávila). Imaz & Asociados es una firma especializada en asesoramiento de empresas. En los primeros días, el condenado no apareció y se explicó que tenía una fórmula mixta de teletrabajo y presencialidad por la pandemia. Este empleo le permitió acceder a un traslado y poder pernoctar en la prisión alavesa, Zaballa, solamente de lunes a jueves. Los fines de semana podía ir a su domicilio familiar.
Ahora ya ha pasado al régimen de semilibertad previsto en el artículo 86.4 del régimen penitenciario, que reduce las visitas a la prisión al control periódico y a su participación en un programa de rehabilitación para condenados económicos. Desde octubre de 2021, las cárceles de Euskadi han sido transferidas al Gobierno vasco, que ha asumido estas competencias. Las fuentes consultadas indican que Urdangarin tiene desde la pasada primavera autorización del juzgado de Vigilancia Penitenciaria para viajar por motivos laborales justificados, también al extranjero. Explican, eso sí, que es más dudoso que pueda salir de España por placer sin una autorización específica -las fotografías con su presunta nueva pareja están hechas en la costa vascofrancesa, a pocos kilómetros de la frontera de Irún-, aunque fuentes judiciales remarcan que desde su llegada a Zaballa Urdangarin es un preso cumplidor.
El gran protagonista de la semana en Vitoria nació en la localidad guipuzcoana de Zumarraga pero desde joven ha residido en capital vasca. La suya es una conocida familia de la ciudad. Su padre, militante del PNV, fue presidente de la gran entidad financiera local, la Caja Vital (ahora integrada en Kutxabank). Incluso tras su matrimonio con la hija de quien entonces era rey de España, Juan Carlos I, regresaba de manera periódica a Vitoria, donde empezaron a ser más frecuentes las visitas de miembros de la Casa Real. El exalcalde y exministro del PP Alfonso Alonso era un de los amigos de la familia con quienes iba de potes. En su actividad con Nóos también cobró 23.000 euros por un informe de seis folios y medio para la catedral de Santa María, inmersa en un ambicioso programa de rehabilitación.
Explican fuentes policiales que aquellas visitas siempre eran comunicadas a la Ertzaintza como Policía principal vasca y que se coordinaban operativos de seguridad en torno a la casa familiar de los Urdangarin, en Mendizorroza, y en los puntos en los que se movieran. Cuando estalló el 'caso Nóos', las circunstancias cambiaron. Con la entronización de Felipe VI, Cristina de Borbón y su marido salieron de la Casa Real y, desde 2015, tampoco son duques de Palma. Oficialmente, desaparecieron los operativos especiales de seguridad, aunque no extraoficialmente y ya sin comunicación al Departamento de Seguridad vasco. Esa misma seguridad discreta regresó en 2021 con la vuelta a Vitoria de Urdangarin y se ha reforzado en las últimas jornadas como consecuencia de los últimos hechos.
En las entradas y salidas de la oficina de Imaz & Asociados se agolpan equipos de los medios de comunicación que persiguen a Urdangarin y a una compañera de oficina con la que se le relaciona. Ella ha tenido que ser auxiliada por un vehículo negro para poder desplazarse a su trabajo, según se ha visto en televisión. La rumorología ha llevado también a varios medios de comunicación a difundir nombres de mujeres de Vitoria como supuestas parejas del condenado, informaciones que se han demostrado falsas. Un vecino de la zona de ese despacho explica que en estos días han pasado por allí “el doble” de periodistas de guardia que cuando empezó a trabajar allí el pasado año.
elDiario.es/Euskadi
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