Urkullu asegura que las instituciones españolas son “lejanas y ajenas” aunque pide un PNV fuerte en Madrid
Al clásico grito de “Astindu ikurriñak!” de la 'speaker' del PNV, Olatz Yarza, cientos de personas han recibido a Aitor Esteban y al resto de candidatos al Congreso y al Senado en el acto de cierre de la campaña para las elecciones generales. El partido, como es habitual, ha elegido un gran montaje en el Arenal de Bilbao. No han faltado “Loli y Amaia”, dos actrices que han aderezado los mítines de toda esta campaña estival, ni tampoco el presidente del Euzkadi Buru Batzar, Andoni Ortuzar, o el lehendakari, Iñigo Urkullu. Este último ha querido resaltar la importancia de que su partido “cruce el Ebro” para ir hacia el sur, a Madrid, por todos los temas y políticas que hay en juego aunque ha matizado que esas instituciones se le hacen “lejanas y ajenas”. “No son lentejas. Nos jugamos nuestras alubias, las tejas de Tolosa, el vino de Rioja Alavesa y hasta el bonito de Bermeo”, ha clamado.
“No es fácil trabajar a cientos de kilómetros. Es duro. Muy duro. Son muchísimas horas de coche, de tren o de avión; muchísimas horas fuera de casa. Es tensión, agobio, tristeza. Qué duro es decir en casa cada semana 'hasta el fin de semana'”, ha agradecido Urkullu a los candidatos a diputado o senador o a los actuales integrantes de lo que el PNV llama “grupo vasco”, a los que ha enumerado uno por uno por su nombre de pila. Pero ha señalado que ese equipo es una pieza fundamental junto al Gobierno vasco y al resto de instituciones para blindar el autogobierno o el Concierto Económico. Asimismo, Urkullu ha querido tranquilizar a los aspirantes ya que, según ha señalado, aunque el resultado no sea del todo bueno el trabajo y el esfuerzo del “camino” ya son un éxito y habrán merecido la pena. En este campaña, el lehendakari solamente ha estado presente en la última semana.
Ortuzar, por su parte, ha invitado a todos los candidatos y a Urkullu a ponerse una camiseta verde similar a la de la selección vasca de fútbol y con una ikurriña en la pechera. Todos lo han hecho rápido, salvo el candidato por Álava, Mikel Legarda, que ha tenido algunas dificultades. También ha cantado. De hecho, así ha empezado su intervención. No es algo radicalmente nuevo en este tipo de actos. El propio Urkullu cantaba en cada mitin de las autonómicas de 2020, también en julio. Convencido de la victoria en Euskadi y hasta de poder lograr seis diputados, Ortuzar ha seguido con las invitaciones y ha prometido chuletas para todos los asistentes al mitin, incluso menú vegano alternativo si se diese el caso de simpatizantes que no coman carne. “A mí me gusta el ajo, pero debajo de la chuleta”, ha bromeado.
El presidente del PNV insiste en que en Euskadi hay para elegir entre “dos personajes”, por Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo, y “una persona”, Aitor Esteban. Ha vuelto a lamentar el “bipartidismo”. “Todos los partidos no hemos tenido las mismas oportunidades”, ha señalado después de afirmar que los “grandes medios” silencian al PNV. En referencia a EH Bildu, ha cuestionado que tenga ya decidido sí o sí apoyar a Sánchez y al bloque progresista. Aunque formalmente el PNV insista en que no secundará en ningún caso al PP ahora que tiene a Vox como aliado institucional, periódicamente introduce píldoras de ambigüedad. Ha recordado Ortuzar, por ejemplo, que Sánchez defendió el 155 en Catalunya, si bien en aquella época el presidente que lo aplicó era Mariano Rajoy y los 'jeltzales' eran sus socios presupuestarios. En todo caso, Ortuzar ha recalcado a sus bases que todavía hay tiempo de movilización, incluso en el sábado de reflexión y el domingo antes del cierre de los colegios. “Hasta las ocho de la noche del domingo os necesitamos de campaña”, les ha dicho. Esteban, en su discurso final, ha calificado al PNV como “la voz de la resistencia vasca” y ha tenido un recuerdo para su padre y para su madre.
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