El lehendakari, Iñigo Urkullu, ha defendido este viernes las soluciones provisionales para la llegada del AVE a Bilbao y Vitoria presentadas esta semana en Euskadi por la ministra de Transportes, Raquel Sánchez. En el primer caso el tren parará en Basauri y habrá que cambiar a un Cercanías para llegar a Indalecio Prieto-Abando. En el segundo, los primeros convoyes entrarán a la misma estación, la de Eduardo Dato, pero en superficie. Ha considerado que “lo importante es que entre en funcionamiento” una infraestructura que, según ha recordado, ya estaba planificada en 1992 y se empezó a construir en 2006 -acumula un gasto de 3.800 millones de euros- y que haya un compromiso para la construcción, entretanto, de las estaciones definitivas y de los accesos definitivos a ambas capitales, que serán soterrados y que implican una gran obra de reurbanización. Confía en que las “encomiendas de gestión” para que sea el Gobierno vasco el que ejecute unas obras que paga el Estado permitan acelerar los plazos, aunque se ha cuidado de no dar ninguna fecha para la inauguración.
El consejero de Transportes de Urkullu es Iñaki Arriola, uno de los tres representantes del PSE-EE en la coalición que conforma el Gobierno vasco. El alcalde de Bilbao, Juan María Aburto, del PNV, se mostró contrariado por no haber sido informado del encuentro entre Arriola y Sánchez mientras él tenía una cita en Madrid con otros cargos del Gobierno central para tratar este tema. El de Basauri, Asier Iragorri, también del PNV, denunció el “ninguneo” de haber conocido por terceros que su municipio será crucial para esta alternativa temporal y que sufrirá una gran afección. El de Vitoria, Gorka Urtaran, del mismo partido, mantuvo un encuentro posterior con la ministra en la catedral de Santa María para cerrar los detalles. Preguntado expresamente por posibles tensiones entre socialistas y nacionalistas en esta materia, Urkullu ha destacado la buena salud de la coalición. Y ha añadido: “Espero que podamos poner en común toda la información cruzada entre la ministra y el consejero. [...] Creo que estamos todos en la misma onda, en la misma dirección”.
En todo caso, Urkullu ha subrayado que además de la finalización de la 'Y vasca' queda mucho por definir en lo tocante a la implantación de la alta velocidad. Ha pedido resolver también la conexión de Vitoria hacia Burgos para seguir hacia Valladolid y Madrid y ha emplazado a Francia a que dé solución al tramo de Hendaya a Dax para llegar luego a París en TGV. La propia ministra ya destacó que están en marcha los trabajos para el corredor desde Donostia -en cuyos accesos ya se trabaja- hasta la frontera de Irún. No ha mencionado en ningún momento el gran reto pendiente, que es la conexión con Pamplona. Formalmente, hay dos propuestas encima de la mesa: por Vitoria o por Ezkio/Itsaso en Gipuzkoa. Sin embargo, aunque oficialmente no hay ninguna decisión comunicada, en los presupuestos generales del Estado de 2026 se presupuesta ya en la provincia de Álava esta línea, como adelantó este periódico. Sí que ha instado el lehendakari a los “agentes económicos y sociales” a que se sumen a la defensa del “corredor atlántico” como ve con “envidia sana” que ocurre en otras zonas con el “corredor mediterráneo”.
Nueve transferencias con retraso
Sin embargo, al tiempo que ha destacado el acuerdo con el Gobierno de Pedro Sánchez para completar las obras de la alta velocidad -a las que en un momento ha llamado “velocidad alta”, que en el argot ferroviario no es exactamente lo mismo- ha criticado los incumplimientos del Estado en el calendario de transferencias pendientes desde el Estatuto de 1979. “En octubre debería haber sido completado un paquete de nueve transferencias de las que ni siquiera se ha comenzado a hablar. Es triste que 42 años después sigamos hablando del cumplimiento de una ley orgánica”, ha denunciado. Tras la llegada de Prisiones, el gran reto pendiente es la gestión del régimen económico de la Seguridad Social, materia que nunca ha sido cedida a ninguna autonomía y que suscita debate por su posible afectación a la denominada 'caja única' de la Seguridad Social. El lehendakari ha recordado que el Estatuto prohíbe expresamente tocar el sistema común y unitario español. “No tiene nada que ver con la ruptura de la 'caja única'”, ha recalcado.
El lehendakari ha ofrecido este viernes una larga conferencia bilingüe en el foro Nueva Economía, celebrado en un hotel de Bilbao ante un muy nutrido grupo de autoridades políticas, empresariales y hasta religiosas. En ella, se ha mostrado optimista pero también prudente sobre las expectativas de Euskadi. En materia sanitaria, ha destacado el “éxito del proceso de vacunación” frente a los datos mucho más bajos de otros países pero también que los últimos datos obligan a continuar “alerta” porque “se mantiene la incertidumbre”. En materia económica, ha asegurado que el PIB vasco sube al 3,8% -frente al 2,7% del “Estado español”, el 3,7% de la “zona euro” y el 4,9% de “Estados Unidos”- pero ha apelado a la “esperanza cautelosa” por el rampante coste de la energía, “la falta de suministros industriales” y el “repunte de la inflación”.
“En este marco de 'esperanza cautelosa', nuestras previsiones para 2022 son de crecimiento positivo de la economía vasca, con un incremento del Producto Interior Bruto del 6,4%. La previsión es que el próximo año se puedan crear 10.800 empleos y la tasa de paro se consolide por debajo del 10%, cumpliendo el objetivo nuclear de nuestro programa de Gobierno. En todo caso, decimos 'esperanza cautelosa' por los datos de la evolución epidemiológica y las circunstancias de vacunación a nivel planetario y las posibles incidencias, así como por la fortaleza o no del 'rebote' de la economía en nuestro entorno más próximo”, ha explicado.
Como preámbulo de su intervención, Urkullu ha hecho al auditorio un repaso de los datos globales de la afección de la COVID-19 en Euskadi, incluyendo un recuerdo a las “4.800” personas fallecidas. Se trata de la cifra de defunciones ofrecida por el Servicio Vasco de Salud (Osakidetza) este lunes, aunque el Ministerio de Sanidad la eleva hasta 5.000, según el último informe publicado este jueves. Por lo demás, ha citado los 270.000 contagios (casi el 12,5% de la población) y que ha habido “18.900 personas hospitalizadas” y “1.800 ingresadas en UCI”. “Hemos realizado cuatro millones de test y hemos administrado cerca de 3,5 millones de vacunas”, ha enfatizado un Urkullu con la esperanza de que no llegue una nueva ola. De hecho, ha subrayado que el aumento de casos -que seguirá a corto plazo porque el R0 sigue por encima de 1, según ha reconocido- no está tensionando como en otras fases de la pandemia la red de Osakidetza. Es más, ha considerado como “relajada” la ocupación en UCI, donde no llegan a 30 los casos críticos de COVID-19. Ahora bien, una vez más, el lehendakari se ha mostrado contrariado por titulares de medios de comunicación que enfatizan que los datos vascos son peores que los de la media de España.
Urkullu ha aprovechado su intervención para recordar que están presentados los presupuestos de 2022 y que confía en que en el Parlamento susciten apoyos entre la oposición. No obstante, ha recordado que dispone de mayoría absoluta y que es “legítimo” que salgan adelante solamente con los apoyos del Gobierno. Es más, ha destacado que ello no indica falta de capacidad de acuerdo porque el Ejecutivo ya es fruto de una suma de diferentes, la de PNV y PSE-EE. En todo caso, ha repetido que quiere hablar con todos los partidos de la oposición que lo deseen -de momento solamente se ha descolgado Vox- aunque siempre para tratar cuestiones “realistas”, aunque ha recordado la “experiencia” de años anteriores. Ha dicho que hay formaciones que “dicen que se quiere negociar y luego actúan de manera táctica o de manera estratégica”. De hecho, ha parecido criticar que Elkarrekin Podemos-IU venga denunciando que no le parecen unas cuentas expansivas y sociales, aunque no ha dado siglas.