Urkullu pide a Sánchez que declare el estado de alarma y ceda su control a los presidentes autonómicos
El lehendakari, Iñigo Urkullu, ha pedido formalmente al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que declare el estado de alarma y ceda su control a los presidentes autonómicos. La petición llega ante el fuerte repunte de los contagios de coronavirus de las últimas jornadas, más de 1.200 en las últimas 24 horas, y la imposibilidad de que las medidas propuestas por la comunidad autónoma pasen de recomendaciones por decisión del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV). El Gobierno vasco, una coalición de PNV y PSE-EE, cree que es tiempo de “intentar preservar la salud de toda la ciudadanía” y reclama que el “mando y gestión” del régimen excepcional sea delegado al Ejecutivo autonómico.
Tal y como ha explicado el propio Urkullu en rueda de prensa, ha mantenido la mañana de este viernes una conversación con Sánchez en la que le ha hecho partícipe de las malos números de Euskadi, los peores en contagios de toda la pandemia y los más altos en cuanto a presión asistencial de la segunda ola -ya se superó otro pico muy fuerte a finales de agosto y principios de septiembre-. Se pueden consultar aquí más datos. Una treintena de municipios de más de 300.000 habitantes tienen tasas superiores a 500 casos por cada 100.000 habitantes en 14 días, un promedio que supera toda Gipuzkoa. Ningún indicador muestra visos de que la situación vaya a remitir a corto plazo. “Esta tendencia se mantendrá también los próximos días. Hay riesgo de transmisión comunitaria y, como consecuencia de ello, existe también riesgo para las camas hospitalarias y las camas UCI”, ha advertido Urkullu.
El lehendakari le ha trasladado a Sánchez una solicitud formal para la declaración de un estado de alarma en toda España, cuyo mando y gestión recaiga en manos de los presidentes autonómicos. “Un mando y una gestión que se desarrollarán de manera coordinada con el estado”, ha apuntado. “Estamos asistiendo a un incremento exponencial de manera vertiginosa de la incidencia del coronavirus en todas las comunidades autónomas. Y probablemente en Euskadi estemos mejor que en otras, pero eso no es consuelo. Y no quiero compararme con las demás. En base a unas medidas consensuadas entre todos, tenemos que intentar poner coto a este riesgo de transmisión comunitaria que va a incidir en una presión asistencial. Hay que preservar la salud de todos, no solo de los vascos”, ha manifestado, para justificar que la petición del estado de alarma se haga para toda España y no solo para Euskadi.
El pasado sábado Euskadi propuso limitar a un máximo de seis las reuniones en todo el territorio, pero la Justicia le advirtió de que no podía hacerlo con normativa autonómica sin estado de alarma. “Hasta el día de ayer, creíamos que en Euskadi teníamos competencias suficientes para adoptar decisiones como las que habíamos sometido a consulta del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco, curiosamente con el aval de la fiscal superior”, ha lamentado. En ese contexto, optó por convertir también en recomendación el confinamiento de 25 localidades (20 en Gipuzkoa y 5 en Bizkaia) en tasas críticas de contagios, mientras en otras comunidades eran medidas coercitivas. Remiso desde marzo al marco del estado de alarma por su interpretación centralizadora, Urkullu finalmente no ha encontrado más solución para adoptar medidas de obligado cumplimiento ante el entuerto jurídico. Desde el Gobierno manifiestan el deseo de actuar “con la mayor celeridad y diligencia posible”. “Lo importante es que intentemos garantizar la salud de la población vasca. No solamente de las personas enfermas y sus contactos, sino de todas las personas”, ha apostillado Urkullu.
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