Urkullu se reivindica en su último mensaje de Nochevieja: “Servir a la sociedad vasca es el honor más grande”
El lehendakari, Iñigo Urkullu, ha pronunciado esta Nochevieja desde Ajuria Enea su duodécimo mensaje de final de año. Es también el último, ya que el PNV ha decidido poner fin a su ciclo y no será candidato en las elecciones que él mismo tiene que convocar en la primavera de 2024. “No es uno más para mí. Lo sabéis bien. Será mi último mensaje de fin de año. Servir a la sociedad vasca es el honor más grande que personalmente jamás habría podido imaginar”, ha solemnizado Urkullu, que ha aprovechado claramente la breve alocución para poner en valor su legado. Continúa sin responder a la duda de si él tenía planes para intentar seguir en el cargo.
“Pronuncié por primera vez mi juramento como lehendakari en Gernika en 2012. Desde entonces Euskadi ha cambiado y se ha transformado. Lo ha hecho gracias al esfuerzo de todas y todos. Nuestra sociedad ha avanzado y ha dado pasos decisivos hacia el futuro. Destaco cuatro: empleo, convivencia, cohesión y autogobierno”, ha señalado Urkullu recordando un primer mensaje que se emitió apenas diez días después de que relevara a Patxi López. Como es habitual en él, ha trufado el discurso de referencias a su gran inspiración política, el lehendakari en la Guerra Civil José Antonio de Aguirre, y de referencias al contexto internacional.
Este mensaje se graba tanto en euskera como en castellano. En esta ocasión lo ha pronunciado en el interior del palacio presidencial, junto a una chimenea y con una ikurriña y un árbol iluminado de fondo, entre otros adornos navideños. En el arranque, se ha visto a Urkullu bajo el ejemplar del árbol de Gernika del complejo de Ajuria Enea y caminando hacia el interior. En estos años, ha combinado mensajes desde la propia Gernika y en su residencia oficial los ha hecho dentro y fuera, en vestíbulos o en su despacho. Con ocasión de la pandemia de la COVID-19 llegó a emitir el de 2021 con una mascarilla FFP2. Siempre ha llevado traje y corbata. El primero, el de 2012, fue rodado de noche en un despacho de trabajo, con un ordenador portátil abierto. En el último, ha lucido una insignia con una ikurriña en la solapa de la chaqueta y, ya con más canas a sus 62 años, se ha mostrado ante la cámara mucho más suelto que entonces.
Sobre la situación económica, Urkullu ha indicado que “en 2012 Euskadi tenía un paro superior al 16%” y que “hoy es inferior al 8%”. “Es un gran logro colectivo que debemos a las personas emprendedoras, autónomas, empresas, cooperativas, economía social, trabajadores y trabajadoras; personas que invierten, innovan y abren nuevos mercados”, ha indicado. Es conocido que a su llegado al cargo casi tiene que convocar elecciones a las primeras de cambio porque presentó un presupuesto con fuertes recortes, de más 1.000 millones de euros. Salvo 'in extremis' la situación con un pacto con su antecesor, López, a quien él mismo había acusado de llevar a Euskadi a la quiebra en la legislatura de 2009 a 2012, la de la gran crisis económica mundial.
También ha mencionado el final de ETA, entonces muy reciente. “En 2012, compartíamos el reto anhelado de la paz y la convivencia, dejar atrás décadas de violencia y terrorismo, lograr la desaparición definitiva de ETA, avanzar en una memoria crítica, en la cultura del respeto, la paz y la convivencia”, ha explicado para dar superados esos ratos. Eso sí, ha puntualizado: “Nos queda la herida de las víctimas, a quienes recordamos cada día”. Ha aprovechado este apartado para recordar la invasión de Rusia en Ucrania y a las víctimas inocentes en Israel, Palestina y “tantos lugares” más. “Muestro mi más profunda preocupación por la falta de capacidad de la Unión Europea ante los conflictos armados internacionales, así como por el endurecimiento de las políticas migratorias”, ha señalado. Lo que no ha habido son menciones a la situación en España.
Urkullu cree que deja una Euskadi más cohesionada que la que heredó en 2012. Entiende que ha gobernado con “capacidad de superar situaciones adversas y adaptarse al cambio, preservando la igualdad de oportunidades”. “En 2012 no imaginábamos lo que nos esperaba. Hemos padecido crisis sucesivas, profundas y de impacto global: consecuencias de la crisis financiera de 2008, pandemia, guerras, crisis de combustibles y de suministros, inflación, subida de los tipos de interés, mayor coste de la vida, ... Éste es el contexto rea de estos años”, ha remarcado. A su juicio, la comunidad autónoma cuenta “con recursos para reforzar los servicios públicos, garantizar el sistema vasco de protección social [y] afianzar [el] desarrollo económico y el empleo”. “Contamos con el modelo de desarrollo humano sostenible para responder a los retos de futuro”, ha seguido citando la transición tecnológica y el “desafío” de la inteligencia artificial -precisamente hace siete Nocheviejas apareció un simulador de Urkullu que podía pronunciar cualquier tipo de mensaje-, la emergencia climática o el futuro de los servicios básicos. También ha implorado que se ataje “de una vez por todas” la “lacra de la violencia machista”.
El PNV retomó el poder en 2012 con la promesa de un “nuevo estatus” y de una consulta para 2015 ó 2016. No se ha producido ni lo uno ni lo otro, aunque hubo un documento de bases pactado entre PNV y EH Bildu que luego fue guardado en un cajón. Urkullu, que medió entre Mariano Rajoy y Carles Puigdemont para evitar la declaración unilateral de independencia y el 155 en Catalunya, se ha visto mucho más cómodo en la reclamación de las competencias pendientes del Estatuto de 1979. En todo caso, como reflexión final ha señalado que el autogobierno vasco “no ha tocado techo”. Eso sí, le preocupa que “tampoco está garantizado”. “Debemos defenderlo y protegerlo, también ampliarlo y reforzarlo. Es nuestro bien común. Es la llave de nuestro bienestar. El autogobierno vasco fue, es y debe seguir siendo, un gran logro compartido”, ha indicado. Es conocido que antes de las elecciones quiere recibir más transferencias, principalmente la de Cercanías.
Como conclusión a tres legislaturas, Urkullu ha defendido que “hoy Euskadi está en pie, más cohesionada y preparada para hacer frente a los retos de futuro que seguro serán igual de complicados”. En el final del discurso de 2023 ha querido utilizar unas palabras con las que cerró el primero, el de 2012: “Termino y lo hago con las mismas palabras de confianza, compromiso y esperanza de mi primer mensaje en 2012. Comienza un nuevo año. Comienza un nuevo tiempo. Trabajaremos para que sea mejor para todas y todos. Éste es nuestro compromiso”.
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