El lehendakari, Iñigo Urkullu, ha abierto este martes por la tarde por última vez las puertas de la sede de la Presidencia vasca para un acto oficial. Aunque este miércoles tiene agendada la colocación de la primera piedra del nuevo edificio del hospital de Arrasate-Mondragón, la última recepción después de doce años ha sido un encuentro con 56 jóvenes cooperantes y 13 oenegés que partirán a sus países de destino en julio.
A las 16.30 en punto, como estaba previsto, el lehendakari ha accedido al atrio acompañado de la consejera Nerea Melgosa. Llevaba traje gris y corbata. En la solapa de la chaqueta, una insignia con una ikurriña. Unos diez minutos después ha tomado la palabra. “Es mi último acto en Lehendakaritza”, ha avisado a los presentes, entre ellos más periodistas que los de costumbre. Ha mencionado que su primer acto tuvo lugar el 27 de diciembre de 2012, “un evento de Lantegi Batuak” también vinculado con la “solidaridad”. “Ha sido un honor ser lehendakari de Euskadi. Gracias por estar aquí”, ha solemnizado después. Y, dirigiéndose a los jóvenes pero implícitamente a toda la sociedad, ha finalizado con un “buen viaje y, de todo corazón, muchas gracias” en euskera.
Horas antes, en el mismo edificio, Urkullu ha reunido por última vez a su Consejo de Gobierno. Las deliberaciones del gabinete son secretas por ley pero el consejero-portavoz, Bingen Zupiria, ha explicado en la rueda de prensa posterior que el lehendakari ha tenido palabras de “reconocimiento” y “agradecimiento” para su equipo. También ha tomado la palabra el vicelehendakari en funciones y cabeza visible de la parte socialista de la coalición de Gobierno, Iñaki Arriola. Zupiria ha destacado la coordinación entre ambos partidos y que han sido “ínfima minoría” los asuntos en que PNV y PSE-EE no han estado de acuerdo. “Han sido muchos los casos en los que se ha hecho un esfuerzo muy importante y permanente por parte de todos los consejeros para llegar a acuerdos e intentar evitar transmitir a la sociedad una sensación de bronca o diferencia”, ha manifestado.
Zupiria ha señalado también que ha sido un empeño personal de Urkullu que se produzca un traspaso ordenado, “que quien llegue tenga toda la información necesaria”. El actual Ejecutivo ha dejado “por escrito” todo lo relevante para los nuevos consejeros, cuya identidad se guarda bajo siete llaves pero que supondrá un gran cambio con respecto a los actuales. Como cada semana, antes del Consejo de Gobierno sus integrantes han compartido un desayuno “frugal”. No han hecho nada especial y “no ha habido espacio para cuestiones personales”, ha dicho el portavoz. De hecho, han cargado el orden del día con 55 asuntos, muchos más de los habituales y algunos de cierta trascendencia, como la mejora de las condiciones laborales de la Ertzaintza.
La Presidencia vasca está ya sumergida en los avatares del relevo. Este jueves Pradales será designado por el Parlamento. Tomará posesión este sábado en Gernika y recibirá de manos de Urkullu la 'makila' presidencial, el bastón de mando. Está previsto que el martes próximo prometan su cargo también los nuevos consejeros, que pronunicarán en Ajuria Enea unas primeras palabras. El todavía lehendakari, antes, hará de anfitrión de su sucesor en una visita guiada por las dependencias de Ajuria Enea y Lehendakaritza como antes la hizo con él Patxi López. No está previsto que Pradales resida en el palacio presidencial.
elDiario.es/Euskadi
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