Urología sin urólogos en el Bidasoa: el hospital de Irún y Hondarribia se queda sin especialistas
En el servicio de Urología del hospital comarcal del Bidasoa -que atiende a 90.000 personas de Irún, Hondarribia e incluso del norte de Navarra- no hay urólogos durante largos períodos desde el 6 de julio. Si los ingresos son graves, se derivan al hospital Donostia, a unos 20 kilómetros. Si no, quedan atendidos por el servicio de Medicina Interna con apoyo “telemático” de algún especialista. El equipo de internistas ha dirigido una carta a los pacientes, explicando que la decisión se ha tomado contra su criterio y la plataforma Osasun Bidasoa, que lleva meses denunciando recortes en la Sanidad pública en la comarca, advierte de que hay también retrasos de “seis y hasta ocho meses” para una ecografía en Rayos o “volantes para enero o febrero” en Traumatología. El Servicio Vasco de Salud (Osakidetza) achaca la situación a un problema “puntual” por las vacaciones: “Se están buscando profesionales. Es cuestión de días o incluso horas que esta situación cambie. Y, muy importante, ningún paciente se queda sin atender”.
Desde Osasun Bidasoa explican que el servicio de Urología del hospital Bidasoa estaba compuesto por tres profesionales. Una de ellas, sin embargo, acumula una baja de larga duración y su plaza la cubre un refuerzo con un tercio de dedicación, que trabaja lunes y martes. En los últimos tiempos, se había quedado solamente uno de los dos con 100% de jornada para unas guardias de 24 horas durante siete días hasta que “se agotó”. “Avisó de que se iba y se ha ido”, explica Mariaje Alfonso, enfermera del Bidasoa y portavoz de la plataforma.
“Hoy es miércoles, te puede dar un cólico o un operado de vejiga se puede poner a sangrar. Llegas a Urgencias, ingresas... y los médicos son internistas. No te pueden llevar a quirófano. ¿Que te pones peor? Llaman por teléfono. ¿Que tienes que entrar sí o sí a quirófano? A Donostia. Si no es grave, el Donostia no lo coge. Se queda aquí, pero no te ve ningún especialista. Quedas a cargo de alguien que no conoce la especialidad. Las citas de consultas para Urología también están cerradas y, si vas a pedirla al Donostia, no te la van a dar porque eres de otra comarca”, describe Alfonso. “Lo de esta comarca es muy sangrante, pero parece que es una tendencia en Osakidetza. Hay listas de espera para las especialidades que hace dos años, antes de la pandemia, nos hubiesen parecido inasumibles. Hemos ido para atrás 30 años y la que se avecina. Hace años, Osakidetza era el orgullo del Gobierno vasco”, protesta esta portavoz, que cuenta cómo una colega con una lesión va a ser operada por la privada ante los retrasos del sistema público.
“Ningún paciente se queda sin atender”, insisten fuentes oficiales de Osakidetza en Gipuzkoa. Admiten que “se están derivando casos urgentes”, pero “los que no lo son son atendidos por profesionales preparados para ello”. En todo caso, se recalca también que es “un tema puntual”, “cuestión de horas o de días, como mucho”. Porque “se están buscando profesionales” y “esta situación cambiará”. “En épocas de vacaciones, estos problemas se acentúan. También las listas de espera no avanzan tan rápidamente”, argumenta Osakidetza, que indica que “hay un poco más” de retraso debido a que la COVID-19 ha condicionado todo. “Pero todo lo indemorable se está atendiendo”, recalcan estas fuentes.
La situación del hospital del Bidasoa ha adquirido relevancia en los últimos meses después de que Osakidetza haya renunciado formalmente a un plan de reforma que incluso estaba contratado por 4,7 millones euros para el bloque quirúrgico del comarcal, un proyecto que había sido muy contestado social e institucionalmente porque implicaba la suspensión de la actividad en el centro durante las obras -al menos, 18 meses- y la necesidad de trasladar temporalmente la atención hasta Donostia. Incluso los propios profesionales habían cuestionado esta propuesta. En mayo dimitió como director-gerente de la OSI o comarca sanitaria José Manuel Ladrón de Guevara Portugal, como adelantó este periódico.
La polémica sobre la situación de Osakidetza, en todo caso, no se circunscribe a aquella zona. Este verano se han cerrado alrededor de 800 camas hospitalarias y se ha reducido de manera general el horario en todos los centros de salud. Los responsables de Salud recalcan que ocurre cada verano, pero en 2022 llega después de que la consejera, Gotzone Sagardui, pronunciara una conferencia en la que apelaba a un “cambio cultural” particularmente en atención primaria por la falta de médicos. Aunque luego se matizó e incluso negó lo afirmado, planteó desplazamientos más largos hasta el médico o incluso; consultorios atendidos solamente por enfermeros. Los sindicatos replicaron con una manifestación multitudinaria en Bilbao y el PNV tuvo críticas de la oposición en pleno e incluso de sus socios del PSE-EE. También en Eibar o Irún los alcaldes socialistas han alzado la voz. El Gobierno vasco, en todo caso, articuló un frente común con comunidades autónomas del PP para señalar la responsabilidad del Ministerio de Sanidad en la escasa oferta de plazas de MIR, un movimiento que tampoco encajaron bien en el PSE-EE.
La principal fuerza de la oposición, EH Bildu, había solicitado una comparecencia urgente en la diputación permanente del Parlamento Vasco -el órgano de guardia en períodos vacacionales, que abarcan en este caso de junio a septiembre- de la consejera Sagardui para analizar los problemas en Osakidetza. PNV y PSE-EE, que tienen mayoría en la Mesa de la Cámara, rechazaron esa petición y los nacionalistas, en un comunicado, negaron también que existieran “recortes”. En verano hay “ajustes”, pero la atención está garantizada, es el argumentario. Por su parte, Elkarrekin Podemos-IU también ha registrado iniciativas en la Cámara sobre la situación concreta en el Bidasoa.
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