La tasación de coches por matrícula es la manera más habitual y rápida de conocer el valor que tiene nuestro automóvil en el mercado. El problema surge cuando queremos vender el coche y el concesionario o el comprador nos dice que su precio es más bajo del que pensamos, y posiblemente tengan razón. ¿Por qué? Porque la tasación de vehículos por matrícula no es para nada precisa, pues no tiene en cuenta elementos tan importantes del automóvil como el estado del motor o la conservación del mismo.
Así, la tasación por matrícula se realiza tomando como única referencia el año de matriculación del vehículo. Esto es, se basa únicamente en la antiguedad del vehículo sin fijarse en cómo se encuentra el motor, la carrocería, el interior de éste o los kilómetros que ha recorrido. Para hacerlo, el profesional o la herramienta en cuestión registra la marca, el modelo y la fecha de primera matriculación del automóvil, calcula la depreciación del mismo con ayuda de unas tablas de precios estandarizadas y, de esta forma, obtiene el valor final que tiene. Es un método rápido y sencillo porque no necesitamos apenas datos del vehículo, pero por esta misma razón, evidentemente, el valor que obtenemos no es un valor real.
Se trata, por tanto, de un resultado estimado pero, ¿hasta qué punto podemos fiarnos de éste? Todo depende del uso y el estado del automóvil en cuestión. Se calcula que un automóvil recorre entre 15.000 y 20.000 kilómetros de media al año. Si tasamos un automóvil con un rodaje dentro la media y bien cuidado, por la matrícula, es posible que el valor que obtengamos se ajuste más a su precio en el mercado. Sin embargo, aún existen algunos factores que harán que su precio en el mercado sea distinto, como por ejemplo, si es diesel o gasolina, si tiene equipamiento extra o si es un coche de fumadores… ¿Qué? Así es, un coche con olor a tabaco vale menos que uno sin. Por ello, lo mejor es complementar siempre esta estimación con profesionales, ya que solo a través una evaluación minuciosa del vehículo se puede obtener un valor ajustado al real.