Vecinos de Bilbao denuncian la “tala indiscriminada” de árboles en Deusto: “Sin sombra la calle será insoportable”
Una furgoneta azul en la que se lee el lema “creamos espacios verdes” se encuentra este martes aparcada en la acera de la avenida Lehendakari Aguirre, en el barrio bilbaíno de Deusto. Junto a ella, tres grúas conducidas por varios operarios se disponen a talar los 128 olmos que hasta ahora recorrían la céntrica calle, una de las más largas de la ciudad. Mientras realizan las labores una veintena de vecinos se manifiestan, cazuelas en mano, contra la “tala indiscriminada”.
Los vecinos, agrupados en la plataforma ciudadana Stop Tala Deusto, creada para denunciar esta situación, han criticado que los “preciosos y sanos olmos, que dan sombra y cobijo, bajan las temperaturas, disminuyen el ruido y limpian el aire” sean eliminados. “No entendemos cómo el Ayuntamiento no se da cuenta, más aún en el momento en el que estamos, que ha habido temperaturas muy altas y muertes por golpes de calor, de que los árboles protegen las calles y dan vida”, denuncian en el primero de los varios actos de protesta que protagonizarán a lo largo de la semana, en el que varias personas se han pegado a los árboles con cinta aislante.
El objetivo de las protestas, en las que incluyen una manifestación el próximo jueves a las 18.30 en el barrio, es lograr un diálogo con el Ayuntamiento que evite la retirada de los árboles, sin embargo, desde el Consistorio argumentan que están siendo retirados porque se encuentran “en mal estado”. La eliminación de los árboles forma parte de los trabajos de renovación integral de la Avenida Lehendakari Aguirre, un proyecto que cuenta con un presupuesto de 4.733.680,22 euros sin IVA y en el que se actuará sobre 25.805 metros cuadrados que abarcan desde la rotonda de Don Bosco hasta la propia Plaza San Pedro.
El Ayuntamiento argumenta la sustitución del arbolado fundamentalmente “por razones de seguridad, de cara a minimizar riesgos de caídas y fracturas ya que los árboles preexistentes se encuentran en mal estado y con las raíces muy mermadas por el paso cada vez más masivo, y a lo largo de los años, de distintos servicios”. En total, se retirarán 128 unidades de olmo y se plantarán 125 nuevos ejemplares. La especie elegida para los nuevos árboles es el arce tridente, una especie de alto valor estético, con menores interferencias con su entorno urbano, y de crecimiento máximo entre los 9 y los 10 metros.
No obstante, desde la plataforma ciudadana critican la sustitución de estos árboles por otros no autóctonos. “Desde el Ayuntamiento alegan que todos, sin excepción, están enfermos, pero no muestran informes que lo demuestren ni nos dan más explicaciones. La realidad es que profesionales del sector nos han dicho que no es verdad. Algún ejemplar aislado puede estar en peor estado, pero la mayoría gozan de buena salud. Al Ayuntamiento le sale más barato talarlos que mantenerlos en el plan de remodelación de la calle. Los 125 arces tridentes que van a poner, pertenecen a una especie de origen asiático y de menor crecimiento. Son árboles que necesitan mucho riego en verano y no son autóctonos. Al plantarse jóvenes y de menor tamaño no van a tener nunca los beneficios que tienen los olmos maduros”, indican desde la plataforma ciudadana.
Es imposible que todos los olmos estén en mal estado, lo que ocurre es que les molesta en su nuevo modelo de urbanización
Según aseguran, las consecuencias del cambio de los árboles serán negativas. “Cuantos menos árboles y más pequeños, aire más sucio, temperaturas más elevadas, menos sombra, menos anidación de aves y menos vapor de agua. Tendremos una avenida ancha y enorme sin sombra que no se podrá disfrutar por ser insoportable”, lamentan.
Desde el grupo ecologista Eguzki también critican la decisión del Ayuntamiento y aseguran que les “preocupa enormemente” que el Consistorio bilbaíno “practique las talas con una facilidad terrible”. En este sentido explican que no se trata de “una práctica aislada”, sino de algo que el Ayuntamiento está llevando a cabo en muchas zonas de Bilbao como Santutxu, Basurto o Deusto, entre otras. “No vale alegar siempre motivos de seguridad como justificación. Es imposible que todos los olmos estén en mal estado, lo que ocurre es que les molesta en su nuevo modelo de urbanización”, señalan.
Para Eguzki, la solución se basa en que el Ayuntamiento de Bilbao “gestione de forma adecuada el arbolado de toda la ciudad y que el enfoque de la jardinería urbana deba adaptarse a las condiciones propias de Bilbao, con el fin de lograr que se cumplan las funciones más importantes del arbolado”. “En futuras planificaciones en cualquier zona, habrá que considerar una serie de factores para la toma de decisiones como son el espacio del que se dispone o elegir la especie idónea para cada lugar. Además de contar con una mayor cobertura forestal, la plantación de especies autóctonas, o establecer qué se debe hacer para que cada árbol desarrolle todo su potencial”, argumentan.
Cuantos menos árboles y más pequeños, aire más sucio y temperaturas más elevadas
Algunos partidos políticos también se han sumado a las protestas vecinales. Desde Equo Berdeak reclaman que el Ayuntamiento facilite a la plataforma un informe individualizado de cada árbol, que cuente con la opinión de un grupo de expertos de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU), y que haga una seria valoración de los riesgos que tendría talar los árboles, teniendo en cuenta igualmente “la dramática realidad de la emergencia climática y sus consecuencias en la ciudad en forma de olas de calor cada vez más frecuentes”.
Por su parte, desde Elkarrekin Bilbao piden al Gobierno que haya coordinación entre las distintas áreas, ya que, según puntualiza su portavoz, Ana Viñals, el Departamento de Sostenibilidad no ha tenido tanta atención como el de Movilidad, lo que explicaría “la falta de coordinación entre algunas áreas municipales, desarrollando proyectos muy polémicos como la actual tala de arbolado en la Avenida Lehendakari Aguirre”.
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