El Deportivo Alavés no ha sido de su grupo campeón esta temporada, como ansía su himno, pero ha logrado igualmente el ascenso a Primera División. El bravo equipo albiazul ha resurgido potente otra vez y, tras su éxito 'in extremis' en Valencia, ha celebrado este lunes el éxito con miles y miles de personas en las calles. Vitoria entera ha aplaudido y acompañado a los jugadores, técnicos y directivos en la fiesta con final en la Virgen Blanca, que presentaba el aspecto de la bajada de Celedón.
Algunos datos apuntaban a más de 30.000 personas, es decir, más del 10% de la población total y un 50% más de los que caben en el estadio. Las camisetas más nuevas, las clásicas e incluso las de Dortmund han inundado Vitoria durante toda la jornada. Las banderas han adornado bares, balcones, coches o establecimientos. Ni siquiera la lluvia ha encogido la fiesta.
Un autobús descapotable ha conducido al equipo desde su feudo, el estadio de Mendizorroza, hasta el centro. Los héroes sobre el césped han sido ovacionados. La masa ha cantado el himno, los apellidos de los futbolistas y otras canciones de los partidos. Pero, sobre todo, el goleador Asier Villalibre, que llevaba una ikurriña anudada al cuello, ha encandilado a los presentes con su trompeta.
La nueva alcaldesa, Maider Etxebarria, ha participado en la recepción con una bufanda al cuello. Y ha parecido prometer felicidad en su mandato. “Es un anticipo del buen rollo que vamos a tener. Esta legislatura acaba de comenzar y mira cómo ha comenzado”, ha señalado. Ha citado como próximos momentos de disfrute el Tour, el festival de jazz o las fiestas de La Blanca. “Somos el Alavés. No nos rendimos nunca”, ha dejado escrito estos días también el diputado general de Álava en funciones, Ramiro González.