Hay carreras ilegales de coches en Vitoria y las va a seguir habiendo. Es la firme opinión que ha trasladado este lunes el concejal de Seguridad, Iñaki Gurtubai, que ha prometido que se ahondará en las medidas disuasorias, pero que ninguna bastará para ponerles punto final a las concentraciones y carreras ilegales si quienes acuden a ellas no perciben por su cuenta el riesgo que suponen, tanto para ellos como para el resto. “Se puede reforzar la presencia policial, y se hará; se pueden instalar más cámaras, y se instalarán; se pueden colocar badenes, y se colocarán, pero si quieren seguir haciendo carreras, irán a otras calles o incluso fuera de Vitoria y las harán”, ha lamentado.
A la conclusión del acto inaugural de la nueva comisaría de la Policía local de Vitoria en la calle de José Erbina, el concejal de Seguridad del Ayuntamiento, Iñaki Gurtubai, ha explicado que avanza “razonablemente bien” la investigación del accidente del 14 de enero, que dejó dos fallecidos y que involucraba a un coche que participaba en una carrera ilegal en el polígono industrial de Júndiz. Se han reconstruido los hechos gracias a las cámaras de las fábricas y de una gasolinera de la zona, al estudio del estado en que quedaron los coches y a las declaraciones de la gente que se ha ido acercando a la Policía.
A las 23:04, según la narración del concejal, la Policía se acercó al lugar y se encontró con medio centenar de vehículos, que alrededor de la 1:00 empezaron a dispersarse. A la 1:30, y no estando la Policía presente para entonces, volvieron entre ocho y una decena de coches y arreciaron las derrapadas y los acelerones. De acuerdo con la reconstrucción que se ha elaborado de los hechos, había dos coches corriendo y compitiendo entre sí y el choque se produjo al intentar incorporarse a la vía o cruzarla un tercer vehículo, en el que viajaban cuatro jóvenes, dos de ellos los fallecidos. “Fue una colisión frontolateral y a una velocidad altísima”, ha lamentado el concejal, que no ha querido aventurar aún la velocidad a la que se movían los dos coches que competían entre sí, pero que sí era “muy superior” a la permitida allí, de 50 kilómetros por hora.
Los conductores de los dos coches que competían entre sí fueron detenidos y, tras comparecer ante el juzgado, quedaron en libertad con cargos, así como sin pasaporte ni carné de conducir y con la obligación de acudir ante el magistrado instructor del caso todas las semanas. Se les imputan los delitos de conducción temeraria con manifiesto desprecio para la vida de terceros y también de homicidio por imprudencia grave.
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