Vitoria muestra su “orgullo” por el plan de limpieza en los grafitis y niega otra vez irregularidades en los contratos
El Gobierno municipal de Vitoria ha mostrado este martes su “muchísimo orgullo” por el plan especial de limpieza de grafitis y otras pintadas en el barrio de Ariznabarra, según ha verbalizado con vehemencia el concejal de Limpieza, el socialista Pascual Borja. El edil, en una comisión y ante las críticas de toda la oposición sin excepciones, ha admitido que existen informes que muestran irregularidades en la contratación del servicio pero ha insistido en que queda claro que no hubo un ánimo “fraudulento”. Ha pasado de puntillas por el hecho de que la empresa contratada se creó 'ad hoc' para recibir esa adjudicación después de pactarlo con el Ayuntamiento -algo que ha admitido su propio administrador-, que no tenía ni experiencia ni medios para realizar el trabajo y que, mediante un fraccionamiento y presentando las facturas con dos CIF diferentes, ha acabado cobrando cerca de 50.000 euros sin haber superado un concurso cuando el tope para las adjudicaciones menores o directas es de 15.000 euros.
Borja ha señalado que irá también “con orgullo” en los próximos días a Madrid a recoger el premio Escoba de Platino por este plan. Aunque el asunto de estos contratos lleva desde febrero encima de la mesa, el concejal del PSE-EE ha asegurado que ve un aroma “electoralista” en las críticas de la oposición y particularmente del PP, dado que este domingo hay elecciones europeas y esta comisión se ha celebrado ahora. A EH Bildu, que fue quien realizó hace ya cinco meses algunas preguntas sobre la empresa Solutigraf y sobre su dueño, A.U.M, le ha llegado a decir que fueron quienes dieron “la cerilla” a un “pirómano” o quienes pusieron “sangre” en un “estanque de tiburones”, en referencia a los 'populares', que después han sido muy beligerantes con este caso, adelantado en marzo este periódico. Cuando ya no había posibilidad de darle réplica, ha lamentado que, como socialista, esperaba de la coalición abertzale “ayuda” para que “la maquinaria del fango se quedara en Génova” y no una pinza desde la oposición.
El responsable de Limpieza ha dicho también que el plan ha permitido borrar también pintadas de tipo vandálico y político, cuando esa labor ya la tiene encomendada la brigada municipal de limpieza, prestada por las empresas de larga trayectoria Prezero y Onaindia y que atiende llamadas de toda la ciudad, no solamente del barrio elegido para el plan piloto, Ariznabarra. Borja ha añadido que Vitoria precisa de recursos para adecentar sus paredes y calles. “Hay una gran necesidad. La ciudad, por imagen, tiene que lucir de otra manera. No creo que la situación social sea para que tengamos la ciudad llena de pintadas”, se ha lamentado. Además, ha aprovechado para lanzar un guiño a sus funcionarios: “Son muy buenos los técnicos. Aciertan casi siempre”.
Todo lo más, Borja ha admitido que, a la luz de las críticas internas del interventor y del secretario general municipales, “se podía haber elegido un procedimiento más adecuado”. “Pero aquí de fraudulento nada”, ha clamado. Hasta ha añadido que la elección de Solutigraf “no fue a dedo” aunque es precisamente la esencia de los contratos menores: la elección de empresas de modo discrecional y directo. Para el edil hay en torno a esta cuestión un “despliegue de hipérbole y exageraciones”. El socio del PSE-EE en el gabinete de Maider Etxebarria, el PNV, ha secundado a los socialistas y ha considerado que el tema está ya agotado. “La vaca está ya más que ordeñada”, ha ironizado César Fernández de Landa, que en todo caso ha admitido que “en todos los ayuntamientos” y también en Vitoria hay anomalías en la contratación que no tienen la consideración de “fraudulentas”.
La oposición, que tiene mayoría en el pleno, no ve igual el asunto. El PP insiste en que ha habido “chanchullos” en la contratación del servicio de limpieza de grafitis. Ve “anomalías” y “pocas explicaciones” en el proceder del Ayuntamiento y ha demandado “humildad” al PSE-EE. Se ha quedado en el aire la pregunta del concejal Alfredo Iturricha de si va a continuar el plan y si se va a continuar contratando de la misma manera que hasta ahora. El dueño de Solutigraf verbalizó a este periódico que había recibido “garantías” de que iba a continuar trabajando para la Administración.
EH Bildu ha pedido que el debate se abstraiga del objeto concreto de los contratos. “Es lo de menos”, ha pedido Amancay Villalba. Lo relevante, a su juicio, “es el procedimiento”. No entiende por qué el Gobierno local ve “benevolente” un informe interno que alerta de fraccionamiento de contratos e irregularidades y ha pedido “que se tomen medidas”, como aprobar una “instrucción de contratación”. “Desde 2019 hay un borrador y el Gobierno municipal lo tiene guardado en un cajón”, ha enfatizado Finalmente, el concejal de Equo y de la coalición Elkarrekin, Óscar Fernández, ha rescatado un informe más general de 2022 que avisa de que los mismos problemas que se han dado con los grafitis se repiten con numerosas contrataciones. “Tenemos que evitar este tipo de procedimientos”, ha señalado el edil de la formación de izquierdas.
0