Vox logró con una baja participación un escaño por Álava en las elecciones autonómicas de 2020. Ahora, con poco más de 4.000 papeletas y superando por escaso margen la barrera electoral del 3% tras haberse reducido la participación del 65% al 54%, irrumpe también con un primer cargo local, un juntero en las Juntas Generales de Álava. El que ocupará ese asiento en el Parlamento provincial será Jonathan Romero, un guarda de seguridad que tiene nueve banderas de España como perfil de Twitter. La extrema derecha obtiene el puesto por la circunscripción de Vitoria, aunque esos mismos datos no le den para obtener un edil en la capital, ya que en las municipales esa barrera mínima asciende al 5%.
Superado el 90% del escrutinio, el PNV logra en Álava una ajustada victoria. Ramiro González se ha dejado más de 12.000 votos y dos escaños y se queda en 15 procuradores en la Cámara foral. EH Bildu crece y logra 14 escaños y solamente 2.000 votos menos. La clave es que la caída de la participación apenas la ha notado la plancha de Eva López de Arroyabe, que ha recibido el impulso de la victoria de Rocío Vitero en Vitoria. Eso sí, González ha obtenido mejores números que Artolazabal en la capital, lo que vuelve a probar la existencia de un voto dual.
A nivel foral, el PSE-EE se deja un escaño -no logra ninguna representación fuera de la capital- y es empatado por el PP de Iñaki Oyarzábal, que mejora sus registros. La coalición Elkarrekin cae a alrededor de 10.000 votos y se queda con tres escaños, muy lejos de los primeros datos cuando Podemos surgió en 2015.
Una panorámica global de los resultados municipales en Álava al margen de Vitoria deja al PNV con 190 concejales por 134 de EH Bildu. En realidad, el PNV solamente pierde uno, que es el que se deja Artolazabal en Vitoria. El PP supera a los socialistas como tercera fuerza municipalista. En Llodio, la segunda localidad vasca, EH Bildu se ha impuesto con siete ediles por seis del PNV, que ahora gobernaba con Ander Añibarro.