Vox entró con un escaño en el Parlamento de Álava, las Juntas Generales, tras las elecciones forales de mayo. Este 18 de septiembre, fecha que coincide con el octogésimo séptimo aniversario del fusilamiento del republicano Teodoro Olarte, presidente de la gestora que dirigió la Diputación hasta el 18 de julio de 1936, la formación de ultraderecha se ha ausentado a la primera de cambio del homenaje institucional a Olarte y al resto de víctimas del franquismo. El juntero electo, Jónathan Romero, ha declarado a 'El Correo' que existe un “falso progresismo empeñado en reescribir la historia”.
El diputado general de Álava, Ramiro Gónzalez, del PNV, ha afirmado que Vox es una formación “negacionista” también en este terreno. Su 'número dos' y líder de los socialistas en Álava, Cristina González, ha añadido que existen riesgos de “involución” ante el regreso a las instituciones locales de partidos con rasgos “fascistas”. Como en el Parlamento Vasco, ya se ha planteado en el ámbito de Álava una suerte de cordón sanitario con la formación liderada precisamente por un alavés, Santiago Abascal. Romero, por ello, ha registrado este mismo lunes una pregunta a González para que aclare por qué veta a Vox mientras se abre a pactar con EH Bildu, que no condena los asesinatos de ETA.
“Se cumplen 87 años de aquel fatídico 18 de septiembre. [Olarte] Representaba la democracia, la libertad y la institucionalidad alavesa. Era la primera autoridad del territorio. Este homenaje se produce en un momento especial. En toda Europa, resurgen los movimientos negacionistas. También aquí hay negacionistas. Es importante unirnos en torno a esas víctimas que dieron su vida por la democracia y la libertad. Hoy hay negacionistas del liberticidio que supuso el franquismo [y pido] que ninguna fuerza demócrata dé un solo paso de acercamiento a los que niegan la democracia”, ha señalado el diputado general sobre lo acontecido.
El acto institucional, en el que se han visto algunas banderas rojas, amarillas y moradas de la II República, estaba organizado de la mano por la Diputación y las Juntas Generales. A él han acudido familiares de represaliados, así como el resto de partidos políticos y los consejeros del Gobierno vasco Nerea Melgosa, de la parte del PNV, y Javier Hurtado, de la del PSE-EE, al igual que la presidenta del Parlamento alavés, Irma Basterra, y la alcaldesa de Vitoria, Maider Etxebarria.
Un año más, el espacio elegido han sido las traseras del Palacio de la Povincia, donde existe una zona llamada 'Bosque de luz' en memoria de las víctimas. Tras el golpe de Estado del 18 de julio de 1936, Vitoria fue el primer municipio de toda España controlado por los sublevados, que también asaltaron la Diputación. Fueron fusilados ediles y otros cargos alaveses. En el caso de Olarte, el asesinato se produjo a la vuelta del verano y en una zona próxima a Miranda de Ebro, en la provincia de Burgos. Una vez constituido el primer Gobierno ilegítimo de Francisco Franco, se instalaron dos ministerios en Vitoria y uno de ellos tuvo su sede en la propia Diputación.