Tras un breve paseo por La Concha de Donostia en el que ha tenido que pararse varias veces para tomarse fotografías con simpatizantes socialistas, el expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero ha accedido al hotel de Londres y de Inglaterra para pedir a la sociedad vasca que le dé en 2023 a Pedro Sánchez el mismo respaldo electoral que él mismo tuvo en 2008. En aquel momento -con la izquierda abertzale aún ilegalizada- el PSOE logró un 40% de los votos y la mitad de los escaños en juego. Bajo las elegantes lámparas de araña del histórico edificio donostiarra, ha añadido que lo mismo que aquellos mandatos sirvieron para avanzar en el final de ETA o incluso para “extinguir” el soberanismo del PNV con el 'plan Ibarretxe' ahora toca volcar los esfuerzos en parar al PP más a la derecha de toda la democracia. “Bizkaia, Gipuzkoa y Álava tiene una enorme responsabilidad. Es uno de los sitios donde puede haber un voto mayoritario a favor de la convivencia”, ha enfatizado un Rodríguez Zapatero muy aplaudido.
“Feijóo es la derecha más derecha de la democracia. Feijóo tiene la misma pinta de centrista que yo de cura”, ha ironizado el expresidente socialista, embarcado de lleno en la campaña de Sánchez, a diferencia de Felipe González. “Mi entrega a este partido va a ser hasta mi último suspiro”, ha enfatizado. Según su análisis, el votante de centro solamente puede quedar representado por los socialistas. “Ya no hay centro-derecha, hay centro-izquierda. El centro sólo tiene como referencia al centro-izquierda”, ha señalado. Y ha parecido dudar también de que el PNV vaya a mantenerse en el bloque progresista. Ha agradecido expresamente su “colaboración” durante su etapa en La Moncloa pero ha recordado que no apoyaron su investidura y que sí lo hicieron antes con José María Aznar.
Rodríguez Zapatero ha verbalizado su pesar por la utilización de ETA más de una década después del fin del terrorismo. “Bajo mi Gobierno terminó ETA. Nos sentimos muy orgullosos de ello”, ha clamado el expresidente, que ha agradecido la labor de Patxi López -candidato ahora del PSE-EE-, de Jesús Eguiguren -que sentado en segunda fila ha escuchado un “Jesús, gracias por todo. Gracias siempre, Jesús, ¡valiente!”- y del recientemente fallecido Rodolfo Ares. Algunos asistentes se han emocionado cuando el orador ha recordado los funerales de socialistas asesinados, en particular el de Isaías Carrasco, cuyo crimen se produjo precisamente en la campaña de 2008. “Tenemos derecho a emocionarnos. Me indigno. No voy a consentir que nadie arroje el terrorismo al PSOE, ni a Pedro Sánchez ni a ningún compañero”, ha afirmado un Rodríguez Zapatero que ha defendido también las lenguas españolas diferentes al castellano.
Después de Rodríguez Zapatero ha tomado la palabra Eneko Andueza, secretario general del PSE-EE. Muy beligerante, ha llamado “fake-joo” al candidato del PP -ha repetido la broma dos veces para que quedara clara- y ha atizado a la candidata del PP de Bizkaia, Beatriz Fanjul, por criticar ahora el “¡Que te vote Txapote!” que ella misma empleó en el pasado, y a la de Gipuzkoa, Joana Arce, por ser víctima de violencia de género y representar a un partido que pacta con Vox. Si ganan las derechas -ha gritado entre aplausos de los presentes- España “puede despertar en el 24 de julio de 1939” y no de 2023.
El PSE-EE encara la recta final de la campaña con encuestas como la del EiTB Focus que incluso apuntan a que puede empatar en escaños con PNV y EH Bildu. Así las cosas, han logrado a última hora que el propio Sánchez visite Euskadi. El presidente y candidato a la reelección estará también en Donostia este martes. “¡Vamos a ganar las elecciones! Salid a la calle con orgullo”, ha pedido a los socialistas vascos Andueza.
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