La 'minería urbana' como vía para mejorar la reutilización de los recursos
De usar y tirar, a reutilizar. Con este pensamiento ha arrancado la primera de las mesas de debate de la segunda jornada del Festival de elDiario.es con motivo de su décimo aniversario. En ella se ha abordado una nueva manera de pensar las ciudades y el consumo que se hace en ellas para evitar que se pierdan recursos que generen un mayor impacto en el planeta. Una idea ha centrado la mesa, la de la “minería urbana”, como ha expuesto Alicia García Franco, directora general de la Federación Española de Reciclaje. Con este apelativo se ha referido a los gestores de residuos porque “tenemos que gestionar bien nuestros recursos para no agotarlos”.
En la charla, ofrecida por EMTRE, García-Franco, de hecho, ha recordado que buena parte de la maquinaria que se utiliza en el reciclado procede de las minas, lo que conecta esta gestión de recursos con la extracción de los mismos que se hizo antaño. “El 100% del plomo que tenemos en España o el 75% del aluminio son reciclados. Reciclar es importante para reintroducir en el ciclo de vida los recursos que tenemos”, ha apuntado durante el debate.
Junto a ella ha participado en la mesa Elisa Pozo, arquitecta y urbanista, que la clave de la economía circular debe de ser “consumir menos”, aunque esto no sea suficiente. Por ello, apuesta por generar “economías de escala” en los territorios que permitan una reutilización de los recursos para reincorporarlos en el círculo y dotarles de nuevas vidas. “A todo se le puede aplicar la lógica de la circularidad”, ha expuesto, señalando proyectos que existen en distintas ciudades para la reutilización de los residuos para nuevas funciones como puede ser la agricultura o la energía.
Helena Calvo, impact projects Manager en To Good to Go, ha planteado la necesidad de redefinir el concepto de qué es un residuo. Así, apuesta por “exprimir más las cosas, como hacían nuestras abuelas”. Calvo, directiva de una empresa que aprovecha las sobras de comercios de alimentación y hostelería, ha apostado por que “el final de un producto puede ser el principio para otro uso”. “El compostaje no debe de dejarnos tranquilos, hay muchos usos previos que se pueden dar de un alimento”, ha incidido.
García-Franco ha abogado por “poner en el foco en el consumidor” pero “no culpabilizándolo”. En este punto, ha defendido que es necesario que se dote bien de información de cómo funciona toda la cadena de reciclaje. Con ello, mejorarían sus decisiones de consumo, pensando en aquello que reduzca la generación de residuos.
Sin embargo, las ponentes han coincidido en señalar que la exigencia también debe de ponerse en todos los puntos de la cadena. “Hay que preparar a los fabricantes para que generen productos que tengan una vida más larga y que puedan ser reciclados”, ha apuntado García-Franco, quien ha reconocido que ya se han hecho importantes avances en industrias como el automóvil o la construcción.
Calvo ha coincidido en esta línea, señalando que es “injusto” centrar la responsabilización en el cliente final pese a que sea quien genere una parte importante de los desperdicios. “Hay muchas decisiones a lo largo de toda la cadena que han desembocado en ese desperdicio”, ha señalado. Así, apuesta por generar una mayor conciencia sobre el “ecodiseño” que permita que todos los productos se realicen pensando en el impacto que dejan. Pozo ha concluido en la misma línea, asegurando que es necesario generar un “ecosistema de industrias que apuesten por estos sistemas”.
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