Extremadura contará en los próximos meses con varios aceleradores lineales de última generación para los tratamientos de radioterapia en enfermos de cáncer, que permitirán destruir las células cancerosas sin afectar al tejido sano que les rodea.
Un equipamiento con el que contarán el complejo hospitalario de Mérida, el Infanta Cristina de Badajoz y el nuevo hospital de Cáceres, según ha explicado el consejero de Sanidad y Políticas Sociales, José María Vergeles, durante el VIII Congreso de la Sociedad de Cancerología de Extremadura, celebrado en Don Benito.
Además, en 2017 la Junta de Extremadura pondrá en marcha el Banco de Tumores de la región, en respuesta a una reivindicación de la Sociedad de Oncología de Extremadura.
Esto posibilitará un análisis de “mejor” calidad de la que se dispone en la actualidad, así como tener un buen número de muestras de tumores para analizar y que sirvan para determinar el diagnóstico de la enfermedad.
A dichas novedades se unirá también el próximo año la mejora de las notificaciones y el registro de tumores de la región puesto que éste “no” tiene la utilidad para la que fue creado, ha afirmado el consejero.
Estos no serán los únicos avances en materia de detección de dicha enfermedad puesto que el Servicio Extremeño de Salud (SES) implantará una nueva Unidad de Oncología Pediátrica en Badajoz que, junto a la Unidad de Quimioterapia de Zafra, harán que se pueda “atender a los enfermos con mayor equidad en toda la comunidad”.
Todo ello, ha apuntado, con el objetivo de reducir las cifras oncológicas que se registran en la región, donde cada año se diagnostican en torno a 4.700 nuevos casos de pacientes con cáncer, y poder enfrentarse a ellos de forma más temprana.
En este sentido, Vergeles ha concretado que en Extremadura los casos más comunes son el cáncer de colón, de cérvix y de mama.
En ellos se centran esfuerzos en materia de prevención, a pesar de la “falta de cohesión” del sistema de salud a nivel nacional, según ha criticado, puesto que “obliga” a las comunidades autónomas a ser “cada vez más autosuficientes”.
El VIII Congreso de la Sociedad de Cancerología de Extremadura, que se celebra en la Institución Ferial de Extremadura (FEVAL), se constituye en un gran foro entre los principales agentes terapéuticos de la región, que debaten sobre dicha enfermedad y sus diferentes afecciones, así como los tratamientos para combatirla.
Campaña de la gripe
El Servicio Extremeño de Salud (SES) ha adquirido 225.000 vacunas contra la gripe para la campaña de vacunación de esta temporada 2016-2017, que se iniciará el próximo lunes, día 24, en todos los centros de salud y consultorios médicos de la región y finalizará el 31 de diciembre.
Así lo ha detallado el consejero de Sanidad y Políticas Sociales, José María Vergeles, en una rueda de prensa este sábado en la que ha estado acompañado del director gerente del SES, Ceciliano Franco, y la directora general de Salud Pública, María Pilar Guijarro.
La adquisición de las vacunas ha supuesto un importe total de aproximadamente 900.000 euros y, como en años anteriores, se ha realizado a través de un acuerdo marco entre el Ministerio de Sanidad y la mayoría de las comunidades, que facilita el ahorro.
Los centros de salud ya han recibido durante esta semana los dos tipos de vacuna adquiridas esta temporada: una de inmunidad aumentada para los mayores de 65 años (Intanza 15), de las que se han adquirido unas 160.000 dosis; y otra de las denominadas clásicas para el resto de la población diana (Influvac).
También se han dispuestos algunos vacunas para los alérgicos a alguno de los componentes de las otras vacunas, como por ejemplo a las proteínas de huevo.
La temporada pasada la tasa de vacunación en mayores de 65 años subió más de un 1,5 % respecto a la anterior, pasando de 57,10 % a 58,77 %, pero esta tasa de cobertura es muy inferior a la recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que aconseja vacunar al menos al 75 % de la población mayor de 65 años.
Por eso, el SES se propone vacunar en esta campaña a al menos al 65 % de la población de 65 años o más, con el fin de disminuir la frecuencia de la enfermedad en la población de riesgo, reducir el número de complicaciones, sobre todo respiratorias, derivadas de la misma, así como la mortalidad y los ingresos hospitalarios.
La población diana a la que va dirigida prioritariamente la campaña de vacunación está formada por los siguientes grupos: personas de 60 años o más; personas menores de 60 años, incluidos los niños con más de 6 meses, con alto riesgo de complicaciones derivadas de la gripe por padecer: enfermedades crónicas cardiovasculares, neurológicas o pulmonares.
También se incluyen las enfermedades metabólicas, incluida diabetes mellitus; obesidad mórbida; insuficiencia renal; hemoglobinopatías y anemias; asplenia; enfermedad hepática crónica; enfermedades neuromusculares graves; inmunosupresión; cáncer; quienes llevan implante coclear; y trastornos que conllevan disfunción cognitiva, entre otros Síndrome de Down y demencias.
Otros grupos de riesgo son las mujeres embarazadas; niños y adolescentes de entre 6 meses y 18 años que reciben tratamiento prolongado con ácido acetil salicílico; y las personas que pueden transmitir la gripe a otras con alto riesgo de complicaciones, como los trabajadores de centros sanitarios, instituciones geriátricas o cuidadores domiciliarios.
También deben vacunarse las personas que trabajan en servicios públicos esenciales, como fuerzas de Seguridad del Estado, personal docente, bomberos, Protección Civil, emergencias sanitarias y centros penitenciarios o de internamiento.
Además de la vacunación, la campaña incluye actuaciones de educación para la salud y de prevención con insistencia en las medidas de protección, para lo que se han elaborado y distribuido materiales informativos y de sensibilización como un díptico y un cartel donde el lema es: “Que la gripe no te pare, vacúnate”.
Entre las medidas de protección, ha destacado taparse la nariz y la boca cuando se tose o estornuda (mecanismo de contagio más frecuente), utilizar pañuelos de un solo uso, lavarse las manos de forma correcta (agua y jabón o bien soluciones específicas), y mantener una ventilación adecuada de las viviendas o centros.
Cuando se tiene la gripe, el enfermo debe quedarse en casa hasta un día después de la desaparición de los síntomas (6 o 7 días) y tomar analgésicos o antitérmicos, no antibióticos, ya que la gripe es una infección vírica no bacteriana, ha explicado Vergeles.
La vacunación debe hacerse al inicio del otoño ya que las defensas producidas por la vacuna tardan unos 14 días en aparecer y se obtienen así mayores niveles de defensas para combatir el virus cuando éste tiene más incidencia, con clima frío y seco, habitualmente a finales de diciembre y principios de enero.
No obstante, los centros de salud dispondrán de vacunas durante todo el invierno, por si fuera necesario administrársela a personas que no la hubieran recibido en su momento.
Vergeles ha subrayado que la vacunación se hará en los centros sanitarios, en los centros residenciales y en el propio domicilio en el caso de los enfermos crónicos que no puedan desplazarse.
Además, ha recalcado que los enfermeros pueden estar “absolutamente tranquilos” porque tienen toda “la cobertura legal y jurídica” para poder administrar las vacunas en esta campaña y así se lo han hecho saber mediante una circular donde se informa de que se trata de “una campaña de salud pública”, en la que la vacuna no está sujeta solo a una prescripción individual del médico.