Este martes 24 se cumplen dos años de las elecciones autonómicas, de la victoria del PSOE de Fernández Vara sobre los populares de José Antonio Monago, que mes y medio después le devolvió a la presidencia de la Junta incluso con el voto favorable de Podemos.
En días de precampaña desaforada, por lo importante que resulta esta segunda vuelta de las generales para el futuro del PSOE, amenazado por primera vez con pasar a ser la tercera fuerza política del país, el presidente de la Junta se expresa sobre el campo, antaño dedicación casi exclusiva de la región y hoy pequeña esperanza industrial para reforzar las manufacturas agroalimentarias.
-Hemos dado un dado un salto atrás, con el problema de Acorex. Algunas cooperativas de base están trabajando de forma individual con grupos foráneos, lo que unido a que todavía hay cooperativas fuera de ese trabajo en grupo, ¿hace necesario un esfuerzo de integración, un plan para que las sinergias repercutan en renta y en empleo en Extremadura?
Sí, y lo estamos llevando a cabo desde la Dirección General de Economía Social. Tenemos un objetivo, que en un plazo razonable que yo me puse en mitad de la legislatura, tengamos claro cuál es el escenario a partir de ahora a seguir. Estamos en conversaciones permanentemente con las cooperativas, también con algunas cooperativas que han venido de fuera y estamos, sobre todo, en conversaciones con el sector; para ser capaces de conseguir que los errores cometidos nos sirvan para aprender, para aprender en positivo.
-Al próximo gobierno que salga de las elecciones generales le va a tocar la negociación de la PAC que tengamos después del 2020, que ya se está negociando. ¿Qué se le puede pedir sobre este asunto?
Nunca se dice pero el gran debate está en torno a lo que los agricultores y ganaderos han considerado como algo que era suyo y que en alguna ocasión estaba siendo compartido con el segundo pilar. Yo creo que la clave está ahí y yo creo que empieza a ver alguna luz de que pudiera ser posible. Vamos a medir el efecto medioambiental, vamos a intentar convertir en dinero el esfuerzo medioambiental. El ecosistema de la dehesa tiene unos costes de mantenimiento por tener que ser respetuoso con el medioambiente, que ahora no son imputables al precio de las fincas, pero que recaen sobre las espaldas de los agricultores y ganaderos.
Que podamos mantener el medioambiente que tenemos a algunos nos gusta mucho, y a otros les cuesta, porque no se les deja hacer todo lo que les gustaría hacer. Si fuéramos capaces de que en la nueva PAC estos conceptos los pudiéramos ir incluyendo… Es decir, cómo monetizamos, cómo contabilizamos el coste medioambiental que tiene para el agricultor el hecho de que la naturaleza se mantenga en los términos en los que está.
Me contaban el otro día unos expertos que vinieron de California, que allí te dicen: Oye, tú en tu finca podrías sobreexplotarla si hicieras esto y esto, como lo podrías hacer yo te pago para que no lo hagas. El agricultor no se niega a hacer determinadas cosas, el problema es que lo tiene que hacer con su dinero y sobre sus espaldas. Si fuéramos capaces de contabilizar, de monetizar, el coste que tiene para agricultores y ganaderos el mantenimiento del medio ambiente, posiblemente estaríamos en el principio.
-Tenemos un problema en los secanos de bajos rendimientos, porque en el regadío barajando unos años con otros se saca para poder vivir; pero algunos secanos con bajas producciones en cereales o con olivar tradicional, lo tienen muy complicado. Por aquí se nos está deshilachando nuestro modelo rural, los jóvenes se marchan y nos encontramos con una población envejecida. ¿Qué se puede hacer para evitar esto?
Esta es mi principal preocupación, además este año por ejemplo estamos teniendo problemas con determinadas infecciones en cereales que nos han hecho, entre otras cosas, abrir un poco la mano para que puedan quemar rastrojos. Esto está afectando mucho al trigo en zonas cerealistas. Y también me preocupa mucho el olivar tradicional.
-¿Tendremos elecciones en el campo?
Las habrá
-¿El año que viene?
Sí, vamos a tramitar una propuesta de ley que estamos dispuestos a hablarla con todo el mundo, donde las reglas de juego tienen que estar claras. No era admisible que pudiéramos admitir, como norma general, que lo mejor que le pueda ocurrir al campo es que nunca más vuelva a haber elecciones, eso en democracia es muy difícil de aceptar.
-Seguimos con cooperativas. En Extremadura son mayoritariamente agrarias, sin embargo dependen orgánicamente de la Consejería de Economía e infraestructuras. Algunos dirigentes de cooperativas en la región habían comentado la posibilidad de pedirle que se adscribieran a la consejería de políticas agrarias, por ser más sensibles y conocedores de sus problemas. ¿Le han trasladado esta petición?
No, no me lo han trasladado, ni siquiera cuando hicimos en el otoño el gran encuentro cooperativo extremeño, con ocasión del aniversario de Cooperativas Agroalimentarias. Se planteó allí, que yo recuerde, como una de las cuestiones esenciales.
Hay una cuestión de fondo, además: las cooperativas no son solo agrarias. Algo que nos queda por desarrollar en el modelo cooperativo es llevarlo a más sectores que el agrario, porque estoy convencido, además, de que daría buen funcionamiento. De hecho en el sector de la dependencia, de las políticas sociales, hay algunas cooperativas y funcionan a las mil maravillas. Esa podía ser una de las razones; pero, en cualquier caso, no tiene que haber problemas de coordinación.
Sí creo que hay un problema de que ha desfigurado aquello para lo que nacieron. Una cooperativa es un instrumento, nunca un fin. Es un instrumento para ayudar al agricultor a comprar y a vender. Para ayudarle a vender, juntando a muchos agricultores que puedan tener ante el posible comprador más fuerza, y a comprar cuando de insumos se trata. Cuanto tú tienes que comprar fitosanitarios o fertilizantes, tú compras a través de tu cooperativas y puedes obtener mejores precios.
¿Dónde está el problema?: Cuando tú dejas de hacer eso y te dedicas a hacer otras cosas. A financiar inversiones , que las acabas teniendo que financiar, como nos ocurrió, con el dinero de los propios cooperativistas y ahí aparece un problema de confianza o desconfianza.
Cuando el anterior gobierno hablaba de unidad, o no, yo siempre dije, y lo mantengo, que no es un problema de unidad, que es un problema de confianza; porque es imposible mantener la unidad en cualquier organización humana si la gente no confía en ella.
Y aquí en Extremadura, el problema es que los cooperativistas empezaron a vender por fuera de su propia cooperativa, en algunos casos, porque habían perdido la confianza en el modelo, en el sistema, y nos llevará tiempo el poderlo recuperar. Yo creo que si hacemos las cosas bien, lo lograremos porque no hay modelo mejor que un modelo cooperativo si está bien entendido. Y algo también muy importante es la formación del capital humano.