El Juzgado de lo Penal número 1 de Cáceres ha condenado a un vecino de Ceclavín (Cáceres) a cinco años y medio de cárcel como autor de diez delitos de maltrato animal, uno por cada uno de los ejemplares de caballo y burro que tenía en su explotación.
La sentencia, a la que ha tenido acceso Efe, le responsabiliza de siete delitos de maltrato animal y de otros tres de maltrato animal agravado.
Por los primeros le impone una pena de seis meses de cárcel por cada uno de ellos y ocho meses por cada uno de los agravados.
Asimismo, deberá pagar 7.500 euros al “Refugio del burrito” en concepto de indemnización.
El abogado de la acusación particular, Mariano Mariño, ha indicado a Efe que es la primera vez que en Extremadura una sentencia condena por un delito por cada animal, de ahí la pena de 66 meses, y no trata el maltrato “como un conjunto”.
El ya condenado poseía una parcela en Ceclavín en la que se encontraban, bajo su custodia, varios ejemplares de burros, asnos y caballos, pero “sin tener a ninguno dado de alta y, en su mayor parte, sin chip identificativo”, además de carecer de instalaciones para su cuidado.
También habla de “condiciones higiénicas insalubres”, sin alimento en los comederos y con poca agua en los abrevaderos.
Heridas abiertas
Según la sentencia, la mayor parte de los animales presentaban “mal estado de carnes”, estaban “esqueléticos” y con “grandes heridas”, algunas abiertas y otras inflamadas, que no habían recibido asistencia veterinaria.
Tras dos inspecciones del Servicio de Protección a la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil en verano de 2016, en las que se halló el cadáver en estado de descomposición de un caballo y un mulo suelto en el “camino la Trocha del río”, junto a la parcela del acusado, y se observaron restos de otros cuatro animales, el Juzgado de Cáceres retiró cautelarmente el derecho del acusado sobre los animales, ante la falta de adopción de medidas para solventar la situación.
Así, se entregaron 18 animales en depósito a dos asociaciones protectoras, “El Refugio del burrito” y “Wiston”, de ayuda a los caballos maltratados.
Todos los ejemplares presentes en la explotación excepto dos, un caballo fallecido 24 horas antes del traslado y una yegua preñada con fractura de radio que tuvo que ser sacrificada.
Tras un examen veterinario y recibir asistencia y medicación, resultó que diez de los animales sufrían lesiones que comprometían gravemente su salud por la falta de cuidado del acusado, por los que ha sido condenado.