Otros 45 nombres de villanovenses asesinados por el alzamiento franquista del 36 figuran en una lápida como identificados, y que será colocada como segunda fase del Memorial que existe en ese cementerio, en el que ya figuran otros 301 nombres inscritos desde hace cinco años en el monumento conmemorativo.
Avanzan además los trabajos aunque lentos en la fosa común del camposanto villanovense, donde según la presidenta de la asociación de familiares del Memorial, Agustina Merino Tena, hay restos de “un centenar” de represaliados en la ciudad y resto de la provincia.
Están identificados, con pruebas de ADN a los familiares, 346 de vecinos o residentes en Villanueva con esta última tanda que se incorpora mediante lápida en un acto que tendrá lugar en el cementerio el sábado próximo a las once de la mañana. Un homenaje cívico a las víctimas del franquismo con la segunda fase del Memorial en el interior del recinto, y la inauguración del Muro de la Memoria, un monolito de granito situado en el exterior junto a la tapia.
En esa tapia se produjeron numerosos fusilamentos “y todavía están las huellas de las balas”, añade la presidenta de la asociación de familiares de víctimas.
En estos actos y según el programa, en primer lugar el profesor José A. Casado interpretará tres piezas musicales en memoria de las víctimas, y posteriormente la presidenta de la asociación, Tina Merino, hablará sobre la investigación de las fosas en esta segunda fase del Memorial
Posteriormente, lectura de poemas por parte de las familias de las víctimas, lectura de testimonios también de allegados, e intervención de un representante del Ayuntamiento de Villanueva de la Serena, para terminar con una ofrenda floral.
A las 12,30 horas hay una asamblea de familias y soci@s del Memorial, y a las dos de la tarde comida de confraternización de familias y amigos.
Julio de 1938
Villanueva de la Serena cayó en manos de los sublevados al poco de producirse el alzamiento, en 1936, pero una contraofensiva la devolvió a manos republicanas hasta finales de julio de 1938, formando parte de la resistencia del Gobierno de Madrid dentro de la llamada Bolsa de la Serena.
Finalmente cayó y según explica esta asociación un centenar de villanovenses como mínimo fueron fusilados, la mayoría sin juicio y ‘paseados’, en las tapias del cementerio.
La gran fosa común se cubrió con sus cuerpos y con los de otros centenares de villanovenses y diversa procedencia, asesinados en la provincia de Badajoz.